Cuba, primer país libre de transmisión madre a hijo el VIH y la sífilis (+ Fotos y video)

Por Yailin Orta Rivera, especial para la Mesa Redonda

Fotos: Roberto Garaicoa

Cuba recibió este martes la certificación que la valida como el primer país del mundo en eliminar la transmisión del VIH y la sífilis de madre a hijo. Sobre este nuevo logro mundial del Sistema de Salud Pública Cubana, otorgado en la sede de la Organización Panamericana de la Salud (OPS) en Washington, ahondó la Doctora María Isela Lantero, jefa del Programa Nacional de Prevención y Control del VIH en la Isla, este viernes en la Mesa Redonda.

La certificación fue confirmada por la Organización Mundial de la Salud luego de una investigación rigurosa que condujo el Comité Regional de Validación, junto a la OPS, el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) y el Programa Conjunto de las Naciones Unidas para el VIH (OnuSida), que abarcó aspectos fundamentales desde la atención médica hasta los derechos humanos.

La experta destacó que este es un logro importante en nuestra larga lucha contra el VIH y las infecciones de transmisión sexual, al tiempo que puntualizó que esto ha sido posible por la tenencia de un Sistema Nacional de Salud integral, gratuito, accesible y regionalizado, basado en la Atención Primaria de Salud, y que a su vez ha sido el resultado de una voluntad política que ha priorizado el bienestar de la población.

María Isela Lantero aclaró que la eliminación no es al ciento por ciento, sino que la tasa de casos reportados de transmisión de madre a hijo del virus del sida igual o inferior al 0,2 por cada mil nacidos vivos.

La transmisión de madre a hijo de estas enfermedades se considera eliminada cuando las tasas de infección son llevados a niveles tan bajos que dejan de ser consideradas un problema de salud pública. En el caso del VIH, esto se define como menos de 2 de cada 100 bebés nacidos de mujeres con VIH, que es la tasa más baja considerada posible de lograr con los métodos de prevención disponibles en la actualidad. En el caso de la sífilis, la eliminación se define como menos de 1 caso por cada 2 000 nacidos vivos.

El logro de Cuba se reconoce como parte del resultado final de un proceso iniciado en el 2010, luego de que los países de la región aprobaran la estrategia del plan de acciones para lograr esta validación.

Del 23 al 27 de marzo un equipo de especialistas de la OPS y la Organización Mundial de la Salud visitó nuestro país con el objetivo de realizar las evaluaciones pertinentes y constató el cumplimiento de los parámetros anteriormente mencionados.

Igualmente comprobaron que se garantiza una cobertura de la atención prenatal igual o superior al 95 por ciento, una cobertura de la prueba del VIH y la sífilis en los servicios de atención prenatal igual o superior al 95 por ciento, la existencia del tratamiento antirretroviral de las embarazadas seropositivas frente al VIH igual o superior al 95 por ciento y la cobertura del tratamiento de la sífilis de las mujeres seropositivas igual o superior al 95 por ciento.

Cada año se embarazan más de 1,4 millones de mujeres que viven con el VIH en el mundo. Sin el tratamiento adecuado, tienen entre 15 y 45 por ciento de probabilidades de transmitir el virus a sus hijos durante el embarazo, el parto o la lactancia. Pero si la madre y el niño o niña reciben el tratamiento antirretroviral adecuado, el riesgo de transmisión desciende a apenas uno por ciento.

Las estadísticas registran que desde 1986 —cuando se diagnosticó el primer caso de esta epidemia en nuestro territorio— hasta el 2014, han nacido un total de 978 niños de madres portadoras de VIH, de los cuales 931 han sido sanos.

Como resultado de los esfuerzos de Cuba, en 2013, solo dos bebés nacieron con VIH en el país, y solo tres nacieron con sífilis congénita, reflejando tasas de transmisión por debajo de los umbrales de eliminación.

La Doctora compartió el principal mecanismo para la detección precoz de la infección es que como parte de la atención prenatal integral se les ofrece a todas las embarazadas la posibilidad de realizarse pruebas serológicas VDRL para la sífilis y de VIH.

En su intervención argumentó que luego de la detección a tiempo, el equipo básico de salud y sus profesores del Grupo Básico de trabajo mantienen un seguimiento clínico e inmunológico a la madre, así como el tratamiento integral con terapia combinada de antirretrovirales genéricos cubanos, iniciado desde las 14 semanas de gestación.

A este proceder, dijo, se le suma que el parto se realiza por cesárea para reducir el riesgo de contagio del bebé con la sangre materna infectada, momento en que se le garantiza el suministro de AZT (Zivoduvina) por vía endovenosa a aquellas gestantes que adquieren infección en el último trimestre, o se les presenta el parto antes de las 35 semanas, o su carga viral es alta, o presentan rotura prematura de membranas, fiebre o sangramiento durante el parto.

En tanto, a los bebés, desde las seis horas de nacido, se les administra jarabe de AZT por seis semanas de forma preventiva, se emplean sustitutos de la leche materna, se les realizan los primeros estudios inmunológicos y se les mantiene el tratamiento hasta los seis meses de vida.

La Jefa del Programa Nacional de Prevención y Control del VIH en la Isla hizo énfasis en que si bien el Sistema de Salud Cubano le garantiza a la embarazada las condiciones para que tenga a su hijo sano, aun siendo portadora de estas enfermedades, las acciones preventivas deben consolidarse, ya que aún existen mujeres que conocen de su seropositividad en el momento en el que se le aplica el examen.

Observamos, enfatizó, que a pesar del nivel de información y conocimientos relacionados con las infecciones de transmisión sexual y el sida que existe en el país, todavía no se tiene una elevada percepción de riesgo de adquirir la infección y no mantienen relaciones sexuales protegidas.

Precisó que a pesar de las bondades del Sistema de Salud Cubano, las personas deben estar más conscientes sobre la importancia de su salud sexual y reproductiva, y explicó que esta validación nos coloca ante el desafío de mantener el trabajo sistemático para no perder los indicadores logrados.