Jóvenes de diversos niveles de enseñanza, en especial los universitarios cubanos, rinden tributo a los ocho estudiantes de primer año de medicina, fusilados por el colonialismo español en 1871.

Como es habitual cada 27 de noviembre, los estudiantes cubanos recuerdan la fecha con una peregrinación desde la sede de la Universidad de La Habana hasta el monumento que perpetúa la memoria de esos jóvenes, en la plaza de La Punta, en el centro histórico habanero.

En 1871 el Ejército Libertador asestaba golpes contundentes a las tropas del ejército español y ello fue uno de los motivos de la represión indiscriminada sobre la población civil, recuerda el sitio digital Infomed, la red de salud de Cuba.

En un comunicado, la entidad recuerda que ese día el colonialismo español fusiló a Carlos Augusto de la Torre, Carlos Verdugo, Eladio González, Alonso Álvarez, Anacleto Bermúdez, José de Marcos, Ángel Laborde y Juan Pascual Rodríguez y Pérez.

Hace 147 años el odio fusiló a la inocencia de 8 jóvenes, alegres y talentosos estudiantes de medicina. Hoy nuestros universitarios y médicos marchan para no olvidar. Ante la tumba inolvidable se canta el himno de la vida #SomosCuba #SomosContinuidad

— Miguel Díaz-Canel Bermúdez (@DiazCanelB) November 27, 2018

De sus restantes compañeros de curso, 11 fueron condenados a seis años de prisión, 20 a cuatro años e igual número a seis meses de reclusión.

El texto rememora, además, que en 1873 el intelectual y prócer independentista cubano José Martí (1853-1895) escribió el poema A mis hermanos muertos el 27 de noviembre. Años más tarde, cuando preparaba la tercera fase de la lucha armada de 1895, contaría entre sus más fieles colaboradores a Fermín Valdés Domínguez, ya graduado de médico, quien fuera uno de los estudiantes que sufrieron prisión en 1871.

El artículo resalta que el año 2000, el entonces presidente cubano Fidel Castro alertaba: ‘lo más importante habrá de ser su consagración total al más humano y noble de los oficios: salvar vidas y preservar la salud, más que médicos serán celosos guardianes de lo más preciado del ser humano, apóstoles y creadores de un mundo más humano. Como lo quiso Martí.

(Con información de Prensa Latina)