El bloqueo afecta pero no detiene al deporte cubano
De acuerdo con el también diputado, solo en 2018 el bloqueo norteamericano vigente desde hace seis décadas obligó a desembolsar más de cuatro millones 600 mil dólares adicionales para adquirir recursos necesarios para el deporte.
Entre los principales obstáculos se encuentran:
- La imposibilidad de comprar directamente en Estados Unidos implementos para la práctica del béisbol. La política de Washington lo impide y el costo se multiplica al acudir a terceros países.
- Dificultades para la participación en competencias internacionales y eventos de formación e intercambio profesionales.
La hostilidad es igualmente notable en el área económica, a partir de la férrea persecución financiera y las presiones contra los bancos, con casos concretos como:
- La imposibilidad de cobrar unos 84 mil dólares por la participación este año en la Serie del Caribe de béisbol y de acceder a 900 mil dólares por nuestro fútbol.
Según el vicepresidente primero del Inder, la lucha contra el dopaje, que atrajo a la Unesco a más de 500 delegados para la conferencia sobre la convención de 2005, es otra muestra de las limitaciones causadas por el cerco que la actual administración en la Casa Blanca se empeña en recrudecer.
Cuba tiene en su capital un laboratorio certificado desde hace 16 años por la Agencia Mundial Antidopaje, para el cual es bien complejo actualizar su tecnología y obtener los reactivos, mucho de ellos de fabricación norteamericana y obligatorio uso por la entidad rectora.
Fornés explicó que la instalación antidopaje no puede funcionar a toda su capacidad en cuanto a la realización de pruebas que afectan sus ingresos y aporte a la limpieza del deporte en la región.
Por 60 años los cubanos hemos enfrentado y resistido este bloqueo, y el deporte no es la excepción, disciplina en la cual se buscan soluciones y alternativas, con sustituciones de tecnología por conocimiento y a apelaciones de la inventiva y la innovación, expuso.
El exatleta y entrenador destacó que Cuba cuenta con más de 80 campeones olímpicos y decenas de medallistas mundiales en diversas especialidades, un logro reservado para potencias y países con mucha mayor población.
El bloqueo no nos ha detenido, ni lo hará, sentenció el funcionario, quien la víspera denunció esa política agresiva en la séptima Conferencia de las Partes en la Convención Internacional contra el Dopaje en el Deporte.
Hará falta mucho más que el Bloqueo para detener al deporte cubano
El Bloqueo Económico, Comercial y Financiero de Estados Unidos contra Cuba es un asunto humano, humanísimo, cargado de historias y vivencias, de dolientes, sobre todo de dolientes.
Los tecnicismos presentes en informes y metodologías no dicen tanto como las anécdotas nacidas de cubanos simples, de los hombres y mujeres que sostienen la nación en estos tiempos.
Decir que el deporte cubano perdió más de cuatro millones de dólares entre los meses de abril de 2018 y 2019 ilustra lo pesado de la absurda política mantenida por la Casa Blanca, pero no emociona, no conmueve, no duele.
Quizás por eso, la Comisión de Salud y Deportes de la Asamblea Nacional del Poder Popular promueve las audiencias públicas en centros laborales y estudiantiles, también en las comunidades. La idea es dar voz a quienes sienten, entre penurias y limitaciones, las consecuencias de una ley estadounidense políticamente motivada y que tiene como propósito irritar al pueblo cubano y colocarlo contra su gobierno.
Sin embargo, este miércoles en la Escuela Superior de Formación de Atletas de Alto Rendimiento Cerro Pelado el enemigo encontró todo lo contrario: rechazo a la agresión imperial y apoyo a la Revolución.
Ariel Saínz, presidente de la Federación Cubana de Voleibol, recordó que el jugador de playa Sergio González no ha podido cobrar premios por valor de 28 mil dólares, debido a que el Bloqueo persigue las transacciones financieras de las instituciones de la Isla.
Rafael Guerra, su homólogo del tiro deportivo, comentó con visible dolor como una fábrica les expresó, cara a cara, que una “ley americana” prohibía venderles el arma necesaria para un campeón cubano.
Rolando Acebal, entrenador jefe del boxeo nacional, aseguró que los costos del Bloqueo no son solo económicos, sino que impactan de manera decisiva en la sicología de los atletas.
La peor consecuencia de carecer, de estar en desventaja, de temer, no es la derrota deportiva, sino el sufrimiento diario a causa de los antojos de un enemigo grande e inalcanzable.
Alejandro Más, subdirector de la Esfaar, expresó que forman atletas con una visión humanista, y no “robots” destinados a ganar medallas. Entonces narró cuántos obstáculos deben sortearse para garantizar el entrenamiento, las competencias, la alimentación, el descanso, la recreación.
Oliet Rodríguez, comisionado nacional de fútbol, ejemplificó las heridas que el Bloqueo causa al más universal en Cuba. Solo evoquemos las peripecias vividas para asistir a lides en norteamérica, y seamos conscientes de que más de un millón de dólares se mantienen en un limbo financiero y no convertido en balones, canchas, uniformes, premios, etc.
Rodney Montes de Oca, director del Laboratorio Antidoping de La Habana, califica como heroísmo el sostenimiento de una institución de este tipo en nuestro país.
Sucede que el Bloqueo prefiere a los tramposos antes de tolerar la venta a Cuba de tecnologías de punta como el Espectrómetro de Masas, o los insumos necesarios para realizar las pruebas de orina, sangre y otras establecidas por la Agencia Mundial Antidopaje.
Molesta pensar que nuestros especialiastas médicos no pueden intercambiar con homólogos de Estados Unidos, y que en ocasiones ni siquiera se les permite revisar información en sitios webs de ese país.
Estos testimonios, cual botones de muestra, cuentan una historia de odio y menosprecio por parte del gobierno de Estados Unidos hacia los cubanos. Son la viva expresión del yugo imperial, y a su vez, de la resistencia consciente.
“Hará falta mucho más que un Bloqueo y las cosas de Trump para detener al deporte cubano”, dijo un joven pesista casi al cierre de la audiencia. Y esa convicción acompaña a muchos.
(Con información de Prensa Latina y JIT)
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