Escándalo de escuchas telefónicas refleja difícil situación del sistema mediático occidental
Por Wang Fang, Pueblo en Línea
El escándalo de las escuchas telefónicas del periódico inglés News of the World generó un efecto dominó y otros medios de comunicación pertenecientes a News Corporation también se vieron involucrados. En los Estados Unidos, Australia y otros países, las investigaciones acerca de la supervisión de las noticias y la ética de los medios de comunicación han provocado una fuerte reflexión. El problema ha trascendido las fronteras de los medios y en el Reino Unido ha sacudido tanto la fuerza de policía como la política. El primer ministro, David Cameron, ha sufrido la “mayor burla desde que asumió el cargo”.
El escándalo de las escuchas telefónicas no significa que los medios de comunicación ignoren su responsabilidad social o que abusen de la libertad de prensa, sino más bien refleja las dificultades sistemáticas que sufre la democracia y el desarrollo de los medios de comunicación en occidente.
En la historia del periodismo occidental, los medios de comunicación siempre levantaron la bandera de la libertad para el establecimiento y desarrollo de las democracias capitalistas. La prensa siempre se presentó como “el cuarto poder”, independiente de los poderes ejecutivo, legislativo y judicial, como un “rey sin corona” que transmite la verdad y protege el interés público. Sin embargo, , más tarde, los medios de comunicación rápidamente se vieron arrastrados por la ola de fusiones y monopolios. En la década de 1980, la industria periodística en los Estados Unidos estaba controlada por 50 grandes compañías. A mediados de los años noventa, ya se había concentrado en las manos de 10 empresas. Llegado el siglo XXI, el periodismo estadounidense se encuentra monopolizado por cinco grandes consorcios, entre los cuales se encuentran Time Warner, Disney y News Corporation. Esta última, propiedad de Murdoch, se encuentra presente en todos los continentes y tiene una participación del 40% de los periódicos británicos Times y News of the World. En los Estados Unidos es propietaria del Wall Street Journal, la cadena Fox y una docena de estaciones de televisión, entre otros importantes medios. Además, el 70% de los periódicos de Australia pertenecen a esa corporación. La libertad de prensa se ha ido eclipsando bajo la sombra de la corporativización. En un artículo titulado El capital es más duro que la libertad, Murdoch venció, dice: “los periodistas estadounidenses deben enfrentar una triste realidad: ellos sólo son santos, no son el Señor. El nombre del Señor es Dinero”.
El académico norteamericano W. Lance Bennett compara las noticias como la “clave” para entender la política y el gobierno nacional. “Todos los roles políticos, desde el presidente hasta los congresistas, desde los grupos de interés hasta los activistas, todos consideran las noticias como la clave de la política”. Las corporaciones multinacionales de medios de comunicación no sólo controlan y manipulan directamente la prensa, sino también a través de la unión de la élite mediática con las élites empresarial y política, formaron un poderoso grupo de interés para proteger sus intereses. Entre el gobierno y la prensa hay tanto un equilibrio y control mutuo, como una necesidad recíproca. Cuando los políticos quieren ampliar su influencia y/o consolidar su posición, se ven obligados a seducir, utilizar, e incluso congraciarse con los medios de comunicación. De acuerdo con reportes de la prensa británica, el ex director de comunicación de Cameron y ex editor de News of the World, Andy Coulson, quien fue arrestado a causa de su implicación en el escándalo de las escuchas telefónicas, había jugado un papel importante durante las elecciones del partido conservador, debido a sus grandes recursos mediáticos y contactos personales. “En los últimos 20 años, la pregunta que cada político británico se ha hecho es cómo hacer para entrar en contacto con Murdoch, tener buenas relaciones”, señaló Peter O’Brien, comentarista político del periódico británico Daily Express.
Para aumentar sus ganancias, algunos medios de comunicación no vacilan en utilizar medios ilegales como escuchas telefónicas o sobornos, y así obtener una noticia exclusiva. A su vez, los departamentos correspondientes del gobierno cierran un ojo frente a estas faltas, para ganarse el apoyo de la opinión pública. El escándalo de las escuchas telefónicas dejó al descubierto los vínculos entre los medios de comunicación, la policía y altos funcionarios del gobierno. La excesiva libertad de prensa, hasta un cierto punto, hizo que el sistema democrático occidental cayera en un círculo vicioso entre “la opinión pública secuestrada por la prensa, los políticos coaccionados por la opinión pública y los políticos en connivencia con los medios de comunicación”. Durante el comienzo de las guerras en Irak y Libia, muchos medios de comunicación británicos y estadounidenses publicaban los “frutos de la victoria”, pero selectivamente “olvidaban” el horror de las víctimas civiles y las escenas crueles de la guerra. Una gran red de “cooperación” se formó entre las corporaciones de fabricación de armas, la prensa y el gobierno, para controlar con una mano visible e invisible el foco de atención de la opinión pública.
El monopolio es el enemigo natural de la libertad. Los miembros del grupo de interés creado entre los sistemas existentes de la democracia y la difusión de la información, es decir las corporaciones mediáticas, hacen lo más que pueden en las comunicaciones internacionales para adaptarlas a las necesidades internas del país y, a través de reportajes limitados y parciales, responden a las necesidades de algunos sectores y grupos internos, mientras presentan al público general una imagen estereotipada del extranjero. Bajo la presión de la opinión pública y los medios de comunicación occidentales, la voz de la vasta mayoría de países en vías de desarrollo se silenciada, ignorada y reprimida. La “brecha”de la difusión de la información agrava aún más la desigualdad política y económica entre los países desarrollados y los en vías de desarrollo.
Los medios controlan la red de la opinión pública, los medios en sí también se encuentran dentro de la red político-económica. En su última editorial, News of the World decía: “hemos perdido el rumbo”. Detrás de un medio que se ha perdido, ¿cuántas cosas más se han perdido?.
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