Con 14 billones de dólares en el agujero y un montón de guerras que aparentemente nadie quiere que EE.UU. participe, ¿qué mejor forma para ese país que gastar su dinero colocando 23 mil millones de dólares en aviones espías?

Estados Unidos soltará miles de millones en gastos de defensa con la compra de 55 aviones no tripulados Global Hawk en los próximos años.

Los aviones no tripulados Global Hawk son capaces de volar el doble de los aviones comerciales y pueden detectar a insurgentes hasta 100 millas de distancia. Una vez identificados, las robóticas naves que son controladas desde estaciones de comando las 24 horas, pueden enviar imágenes a los centros de inteligencia o directamente a tropas.

Los aviones no tripulados Global Hawk reemplazarán a los aviones espías U-2 que actualmente utiliza EE.UU., de los que ha dependido ese país desde los albores de la Guerra Fría. Enviar aviones no tripulados a zonas de guerra, mientras son extremadamente costosos, se presenta como un intento para limitar las fatalidades evitando colocar tropas en peligro. A pesar de depender de la navegación de a bordo, esos aviones U-2 han probado ser efectivos en el último medio siglo, recientemente asistiendo en las operaciones en Afganistán.

Un equipo de 50 ingenieros serán esclavos de la construcción de los aviones no tripulados Global Hawk en Palmdale, California.

La Fuerza Aérea estadounidense invertirá 12 mil millones de dólares en la iniciativa, con la naval ofreciendo casi tanto para tener sus propias versiones de los Global Hawks.

Y en caso de que usted no escuchó, legisladores acaban de pasar meses tratando de encontrar la manera de cómo mantener al país fuera de la morosidad. La ciudad de Central Falls, Rhode Island (toda la ciudad) se encuentra actualmente en la corte de bancarrota, y se espera que el condado más poblado en Alabama se una a ellos en las próximas semanas.

Tomado de Russia Today, traducido para Aporrea Ivana Cardinale