Los Cinco, diez años después: Somos hijos de la Revolución cubana (+ Video)
Transcripción Mesa Redonda
Los Cinco, diez años después
17 de diciembre de 2024
Randy Alonso Falcón: Bienvenidos. Día histórico. Diez años del reencuentro de ustedes cinco. Una batalla que nos prestigió a la Mesa Redonda en sus 25 años y que nos llevó 13 años de dura batalla. El 21 de junio del 2001 fue la primera Mesa Redonda donde se dio a conocer su historia y 13 años después tuvimos la satisfacción de dar a conocer también el reencuentro de ustedes cinco aquí en la Patria. Estamos en el Memorial de la Denuncia, un lugar histórico. Arleen.
Arleen Rodríguez Derivet: Este memorial de la denuncia yo creo que está dedicado, entre otras cosas, a los héroes como ellos. Bienvenidos, qué bueno tenerlos en casa 10 años después. Oye, parecían poquitos años y que duros fueron. Están en casa, con un poco más de canas, con un poco más de hijos.
(Risas)
Randy Alonso Falcón: Excepto Gerardo.
(Risas)
Arleen Rodríguez Derivet: Vamos a contarle a nuestro pueblo cómo están ustedes 10 años después. El día más feliz de nuestras vidas, el 17 de diciembre del año 2014, ustedes volvieron, volvieron los tres que faltaban, ya estaban René y Fernando dando la pelea también por el regreso.
Randy Alonso Falcón: Aquí está la directora del Memorial. Ustedes la conocen muy bien porque han estado otras veces acá, pero ella quiere por supuesto, darles la bienvenida hoy.
Directora Memorial de Denuncia: Bienvenidos una vez más al Memorial de la Denuncia. Para nosotros es un honor que ustedes estén aquí.
El Memorial de la Denuncia es un museo interactivo, moderno, que une la historia con el arte. Es un museo que rinde tributo a las 3478 víctimas fatales producto de las agresiones de los gobiernos de Estados Unidos al pueblo de Cuba. Este museo tiene 6 salas expositivas donde se exponen las agresiones que nos han hecho en esta media década que ha transcurrido después que triunfó la Revolución.
Randy Alonso Falcón: Aquí están las razones por las que ustedes lucharon, y yo creo que por eso nada más justo que hacer esta Mesa Redonda desde este lugar. Vamos a la sala.
Directora Memorial de Denuncia: Están en casa. Adelante.
Arleen Rodríguez Derivet: Adelante.
Randy Alonso Falcón: Hace 10 años, el 17 de diciembre de 2014, este pueblo vivía la alegría, el estremecimiento del regreso de tres de nuestros Cinco Héroes, el reencuentro de ellos 5 aquí en la Patria, y por supuesto que para nuestro programa fue también la concreción de muchos años de una batalla incesante por su regreso a la Patria.
El 21 de junio del año 2001 dábamos a conocer desde este espacio y a través del diario de René González, la historia de estos cinco hombres, una historia tremenda que llevaría al cantautor cubano Silvio Rodríguez a escribir algo como esto: “Ellos son hombres que están resistiendo el embate de siglos de historia, la presión de injusticias que se han convertido en costumbres, en leyes, en poder aparentemente inamovible. Ellos son como la anunciación del mejoramiento, resistiendo en sus celdas el peso de arraigos ancestrales. No sé si humanamente servirá de consuelo comprender que lo que sufren son los zarpazos de una bestia contra una luz insoportable”.
De esa historia queremos hablar esta tarde, 10 años después de su regreso, 13 años después de un combate iniciado públicamente aquel 21 de junio de 2001, pero que tenía antecedentes de 3 años de silencio.
En septiembre del año 98 eran detenidos estos hombres en los Estados Unidos. Algunos de ellos no eran con sus nombres incluso y vinieron 3 años de silencio hasta que se pudo dar a conocer aquella historia.
Aquí están Gerardo, Fernando, Ramón, René y Antonio. Con ellos estaremos hablando esta tarde. Y me gustaría comenzar Gerardo, hablando de esa historia, de la menos conocida quizás, porque si el 21 de junio podíamos dar a luz esta historia, ya habían pasado 3 años en que ustedes estaban en prisión y había un silencio, por supuesto, necesario, sobre el destino de ustedes. Para Los Cinco qué significó la detención, esos años de prisión en silencio, ese no saber cuál era el conocimiento que un pueblo, que una nación, que el mundo tenía de su caso.
Gerardo Hernández Nordelo: Para ponerlo en perspectiva, dos de nosotros éramos agentes especiales. Cuando nos arrestaron, lo hicieron con la misma identidad. Los otros tres éramos oficiales ilegales y teníamos identidades falsas. ¿Qué pasa? Que el libro de la profesión dice si a usted lo agarran, usted no puede jamás comprometer al país para el cual trabaja. Por lo tanto, desde el 12 de septiembre de 1998 hasta que se hizo público el caso en el 2001, estuvimos todo ese tiempo en prisión como Manuel Miramonte en mi caso; Rubén Campas, Fernando; Luis Medina, Ramón; sin poder escribir cartas, sin poder recibir cartas y sobre todo con la incertidumbre, de qué va a ocurrir.
Gracias a nuestros otros dos hermanos que tenían contacto con sus familiares en un momento determinado -digo contacto en lo que el hueco y el régimen de aislamiento permitía- y sobre todo cuando fue ya progresando, pasando el tiempo. Nosotros a veces recibíamos las cartas de los familiares de René y Tony y nos poníamos a tratar de leer entre líneas y sacar de ahí alguna luz de esperanza, alguna noticia de nuestros familiares. Y ocurrieron muchas cosas, realmente. Lo primero que te puedo decir es que desde los primeros días, incluso cuando otros cinco, éramos 10 personas inicialmente arrestadas decidieron cooperar con el gobierno y declararse culpables, nosotros pues tuvimos que poner las cartas sobre la mesa muy temprano en una celda de tránsito donde nos ponían para cuando íbamos a ver a la jueza y dijimos: “qué estamos enfrentando, qué es lo peor que nos puede pasar, qué tengamos que morir aquí en prisión, no vamos a ser los únicos que vamos a morir por una causa, por aquello en lo que creemos.
Randy Alonso Falcón: En ese momento, Gerardo, ustedes cinco no se conocían entre sí todos.
Gerardo Hernández Nordelo: Algunos sí, y otros no.
Y dijimos, qué es lo segundo menos malo que puede pasar, que tengamos que estar 30, 40 años en prisión. Y recuerdo que ahí surge el ejemplo de Nelson Mandela, que en ese momento estaba todavía preso. Y fue incluso para aquellos que no podíamos tener una foto de Fidel, porque no éramos cubanos supuestamente, la primera foto que recortamos de una revista y la teníamos en la pared de la celda era la de Mandela, por su ejemplo, por lo que eso significaba. Y lo otro que dijimos fue que esto será una lucha larga, pero nosotros tomamos la determinación en esos primeros días, y te lo puedo asegurar, cuando uno toma la determinación de que si hay que morir por una causa, muere, a partir de ese momento ya todo lo que suceda pues es pasable, es tolerable. Y tan pronto como un mes después, empezaron a llegar las primeras señales –lo cual conocíamos- que Cuba nunca nos iba a abandonar a pesar de lo que dicen los libros y a pesar de cuál era nuestro compromiso de jamás vincular al país.
Hubo un episodio muy hermoso estando nosotros en celdas de aislamiento, estando en el hueco. Recuerdo que el preso que tenía frente a mi celda en el hueco era un muchacho de apellido Moya, de Cayo Hueso, de origen cubano pero nacido en Cayo Hueso, y él me dice: “Oye, tira la línea que tengo un periódico aquí que Castro habló de ustedes”. Te podrás imaginar aquello. La línea era el hilo de la colchoneta que uno se lo sacaba. Si alguien se lo había sacado, entonces tú tenías que picar finito una tira de la sábana -todo eso escondido de los guardias- y le poníamos algún peso delante y por debajo de la puerta tú tirabas aquello. Con suerte y con mucha práctica entraba en la celda de enfrente, porque si no, él tenía que tirar la suya, los presos le decían a eso pescar. Entonces tiro la línea, tú le amarrabas un sobre que tuvieses por debajo de la puerta y el muchacho coge el sobre mío, mete el periódico, me lo manda y cuando lo leo era la entrevista que Fidel le dio a Lucía Newman, en Oporto, Portugal. Y Lucía le pregunta: “Comandante qué usted tiene que decir de estas diez personas que arrestaron en la Florida y que dicen que son espías para Cuba”. Y Fidel, con su magistralidad le dice entre otras cosas: “Yo no puedo decir nada, no voy a decir nada porque tengo entendido que van a ir a juicio, pero por los recortes de prensa sé que son personas decentes, que no le han ocupado un arma, que no le hicieron daño a nadie, sus vecinos han hablado muy bien de ellos. Y sí sé que van a presionarlos y volcar todo su odio contra ellos”. Y después de darle una explicación de la necesidad que tiene Cuba de defenderse en contra del terrorismo, al final dice algo así: “Si es verdad que ellos trabajaban para Cuba, por supuesto, Cuba nunca los va a abandonar”. Y eso para nosotros, en esas circunstancias, fue una tremenda inyección de aliento y estímulo. No es porque lo dudáramos, no lo dudamos en ningún momento, pero no sabíamos cómo se iba a proceder en aquellos tiempos difíciles.
Randy Alonso Falcón: Esa otra señal que les llegó directamente desde Cuba, cómo la recibieron.
Gerardo Hernández Nordelo: Ese fue el famoso volverán. Ya para ese entonces nosotros podíamos escuchar. Después de muchísimos meses en celdas de castigo, de aislamiento, nos habían bajado durante el tiempo del juicio para el piso 7 y estábamos Los Cinco en ese piso. En ese lugar teníamos acceso a la radio y la radio de Cuba se capta en la Florida. Entonces ese discurso lo pudimos escuchar en nuestras celdas y fue muy impresionante realmente cuando Fidel comienza hablar y explica por qué Los Cinco, quiénes son Los Cinco. Yo recuerdo que una de las cosas que más me impresionó fue escuchar nuestros nombres pronunciados por él, y al final esa frase magistral “…que va a ser una batalla larga, va a ser una batalla difícil, una lucha difícil pero solo les digo una cosa, volverán”. Con su luz larga, ese gesto valiente de haber asegurado eso no solo delante de su pueblo, de los miles de personas que estaban ahí, sino de todas las personas que estaban mirando y de quienes en el mundo iban a escucharlo, y él sabía que iban a escucharlo, y decir en la cara del imperio: no me importa, usted lo sentencia a dos cadenas perpetuas, a una, a treinta años; yo digo que volverán. Ese fue realmente un momento cumbre en nuestro caso.
Arleen Rodríguez Derivet: Fidel escogió un grupo de periodistas para trabajar el tema y nosotros tuvimos el privilegio de ser parte de ese grupo. Fidel era el director-fundador de la Mesa Redonda y nos invita cuando ustedes hacen el mensaje al pueblo de los Estados Unidos. Fidel los describió a cada uno con esa palabra que dijo en ese discurso, son totalmente inocentes. Es decir, estaba fuera de toda duda. Yo recuerdo cómo los describe y especialmente, marcó el carácter de René porque dijo, los demás son graduados universitarios y va a parecer que él es menos, pero él es igualito que un graduado universitario, un hombre brillante. Nunca olvido aquella noche.
Randy Alonso Falcón: Y describía además el hecho de que René podía haber renunciado a juicio y estaba allí.
Arleen Rodríguez Derivet: Exacto, porque era ciudadano norteamericano y no solo eso sino que tenía una sola acusación. El tema es que eso ya nos comprometió en un primer momento. Recuerdo que en un segundo momento allí se discute la serie de mesas que se van a hacer, porque esto era empezar un capítulo y el título que se escoge como Fidel siempre con Martí: “Cinco héroes en las entrañas del mundo”. Así se llamó la serie de mesas literalmente hasta el regreso de ustedes. Recuerdo también especialmente, cuando nos llega el momento de trabajar el juicio, cómo trabajarlo si no teníamos acceso a ustedes, si la información era limitada y entonces nos llegó el libro manuscrito de René que hoy es un libro impreso, pero era una cosa tremenda la descripción.
Yo quiero recordar ahora al padre de una gran amiga de este programa y de Los Cinco que es Arianne Plasencia, el viejo Sergio Plasencia que ya no está entre nosotros. Recuerdo que me vio una noche cuando todavía no era público nada y me dijo: “¿Tú te estás leyendo el Nuevo Herald? Búscalo por internet, esos muchachos están ganando la pelea”. Porque ya se habían convertido de acusados en acusadores. No sé cómo surgió la idea tuya de convertirte en el narrador de aquel juicio.
René González Sehwerert: Estábamos enfocados en la defensa, en prepararnos para el juicio, pero Olguita siempre había querido estar ahí. Y Olguita tenía un régimen de trabajo que le permitía ir al juicio, ella empezaba a trabajar a las 2:00 de la tarde hasta las 11 de la noche y estaba muy deseosa de estar en la sala del juicio y vivir toda aquella historia. Y de pronto se produce el chantaje de la fiscalía cuando a ella la detienen, la someten a un proceso de deportación y en ese momento me comprometí con ella a que ella iba a estar en el juicio, y fue cuando surgió la idea del diario. Fíjate tú las consecuencias que tienen las acciones. Si ellos no llegan a aplicar ese chantaje contra Olguita, jamás se hubiera escrito ese testimonio, pero eso me forzó a escribir el diario. Y digo forzó porque no fue fácil, los muchachos lo saben, escribir ese diario, salir de la corte, subir al juicio, empezar a escribir ahí rápidamente, después ese fin de semana seguir escribiendo hasta que ya llegaba el domingo en la noche, ellos me llevaban café, la máquina de escribir. Pero hay dos cosas que para mí fueron esenciales en ese esfuerzo: uno, el compromiso que tenía con Olguita y el otro la pateadura que le dimos a los fiscales. El que lee el diario se da cuenta de que nuestro espíritu es festivo, esa es la realidad.
Lic. Arleen Rodríguez Derivet: ¿Ustedes estaban ganando siempre?
René González Sehwerert: Siempre. Y bajábamos a juicio con deseos. Yo no sé si alguna vez hubo otro caso, puede ser que Fidel durante el juicio del Moncada, pero nosotros bajábamos deseosos de sentarnos ahí y seguir golpeando a los fiscales y seguir exponiendo la realidad de Cuba, denunciando el terrorismo contra Cuba y eso lo percibió toda la sala. Nosotros llegábamos a la sala y todo el mundo nos saludaba, las traductoras, Richard, el escenógrafo, entre otros iban conversando con nosotros como si fuéramos camaradas. Y los fiscales que salían de su casa posiblemente en esos automóviles de quince cilindros y desayunaban jamón y queso, llegaban y la gente los recibía como si fueran los delincuentes. Es increíble, ellos llegaban se sentaban ahí, metían la cabeza debajo del buró y nosotros a darle golpe. Yo pienso que eso contribuyó mucho a que yo pudiera hacer ese esfuerzo, porque realmente daban deseos y fluía sola la narración. Uno se da cuenta que la narración en el diario no es rígida, es una narración que fluye, pero es por eso, porque realmente el juicio lo ameritaba.
Arleen Rodríguez Derivet: Hay algo que yo quisiera anotar. Cuando digo el grupo de periodistas, hay tres compañeros nuestros que no están que son Eduardo Dimas, Renato Recio y Lázaro Barredo. Lázaro Barredo en particular que tenía un análisis y un estudio hecho de la mafia de origen cubano de la Florida junto con Taladrid, que fueron capitales en el apoyo a esta denuncia.
Para mí, para Barbarita Betancourt, el punto de apoyo fueron las mujeres, sus esposas, sus compañeras de vida. De algún modo era la historia de amor la que nos enganchó enseguida. Este puede ser mi pareja que le ha pasado esto, había un componente. Y Adriana que era como la jovencita, la niña de aquella historia y con aquellas cartas de Gerardo que le decía en las cartas a los hijos que están por nacer.
Randy Alonso Falcón: De las cosas que atesoramos está el libro que hicimos de Los Cinco, pero también cuando pudimos imprimir los alegatos de ustedes que fueron en días diferentes. El primero fue Gerardo, el 12 de diciembre; después Ramón, el 13; René, Fernando y Tony fue el último, el 27 de diciembre. Fueron en un mes de diciembre como este. Y una de las cosas que sucedieron, ya Gerardo lo recordaba, el crimen del que lo acusaban, y él decía: “quienes están ensangrentadas no son mis manos, son las de otros y si tuviera que volver a la otra vida lo haría de nuevo”.
Arleen Rodríguez Derivet: Los alegatos eran espectaculares.
Randy Alonso Falcón: Pero leía lo de René y él decía que no tenía que estar en ese juicio, si estaba allí era precisamente para acompañar a sus hermanos, pero también para denunciar, para poder participar de esa denuncia, decía exactamente: “No tengo que pedir clemencia, no vendré a pedir clemencia, pero siempre sentiré la obligación de pedir justicia para mis compañeros acusados de crímenes que no cometieron y condenados sobre la base de los prejuicios por un jurado que dejó escapar una oportunidad única de hacer la diferencia”. ¿Por qué un hombre como René, que perfectamente podía haberse declarado culpable como los otros cinco y hubiera salido quizás en meses de la prisión, decide ir al combate con otros hombres que estaban acusados de delitos mayores y que podía incluso como ellos tener penas de vida?
René González Sehwerert: Ese juicio no debería haberse realizado. Si ellos nos hubieran acusado a los diez de lo que realmente hicimos y se hubieran comportado como oficiales decentes -cosa que yo pedí al principio- es muy probable que Cuba nos hubiera dicho declárense culpables y hubiéramos regresado a la Patria porque realmente el cargo en que coincidimos todos era el de ser agente extranjero no registrado. Cuando tú buscas el antecedente, es el caso de Heinz, ese hombre que era un espía alemán durante la guerra mundial, que estaba averiguando información sobre la industria militar norteamericana, al final la sentencia fueron 3 años. O sea, lo más lógico si ellos no hubieran hecho de esto un show político, es que no se hubiera hecho ningún juicio y que hubiéramos firmado nuestra culpabilidad y hubiéramos regresado a Cuba. Pero ellos tomaron esa decisión. Yo pienso que ellos tomaron la decisión de agredir a Cuba a través de Los Cinco y como están tan acostumbrados, tan borrachos de su arrogancia, pensaron que iba a pasar lo mismo que pasa normalmente cuando ocurre un caso de estos que la gente se declara culpable, chivatean, empiezan a luchar, a ver quién se quita tiempo. Pero yo creo que desde el momento en que ellos crearon este monstruo -que fue ese juicio- yo no tenía otra opción que no fuera acompañar a los muchachos. Yo estaba muy vinculado sobre todo al caso de Gerardo por mi especialidad, porque había estado en Hermanos al Rescate, era piloto, tenía cosas que aportar a la defensa, pero además de eso, hubiera sido desleal decir yo me quito de esto. De hecho, ahora estaba recordando que cuando se discutieron las sentencias, hubo una defensa de necesidad que se adujo por parte de la defensa, y los fiscales dijeron que no era todo solamente necesidad porque había temas aquí de defensa nacional y cosas semejantes. Yo pude haberle dicho a mi abogado: “yo no tengo que ver con eso”. Pero imagínate tú que voy a hacer yo separándome de ellos en ese momento. Pienso que lo más lógico era seguir juntos y salir por la misma puerta como salimos. Pero al final todo es el resultado es una decisión inmoral e ilegal que tomaron los fiscales.
Arleen Rodríguez Derivet: Él mencionó un elemento, una palabra clave: juntos. Y pudo haber sido un juicio de cada uno por separado.
Ramón Labañino Salazar: Los abogados hacían un énfasis tremendo en que nosotros nos separáramos, porque al separarnos tendríamos unas sentencias más ligeras, más suaves. Y pienso que eso marcó una diferencia tremenda, incluso una evolución en los abogados.
Arleen Rodríguez Derivet: ¿De quién fue la decisión de ir juntos? ¿De Los Cinco?
Ramón Labañino Salazar: De Los Cinco. Nosotros fuimos presos el 12 de septiembre que fue sábado y el lunes 14 fuimos a la corte y ese día fue que nos definimos como Los Cinco, que nunca se me olvida que estábamos diez, no éramos cinco, éramos diez ahí. Y empezamos, y René creo que fue el primero que habló -mis hermanos me rectificarán- pero René dijo: “esta es la batalla, es nuestra historia que nos absolverá y vamos a pelear”. Y Tony también y así cada uno de nosotros fuimos expresándonos, y ahí fue donde nos unimos y vimos que la otra parte empezó a resbalar, a decir que mi familia. Todos tenemos familia y todos tenemos razones, pero cuando tú tomas una decisión como esta de defender a la Patria, tú tienes que estar consiente que el riesgo también es morir. O sea, tú puedes morirte en esta obra, tú puedes caer preso toda la vida como Gerardo, que querían que estuviera toda la vida en la prisión, que muriera ahí. Y al principio nosotros teníamos 2 cadenas perpetuas, era una Antonio y una yo. Pero esa unidad entre Los Cinco fue lo que pienso que marcó además un hito para los mismos abogados. Los abogados al principio nos apoyaban asustados, impactados porque la prensa fue terrible con nosotros, decía eran tremendos espías, preparados que vienen a Estados Unidos a destruir a la sociedad norteamericana. Y entonces cuando los abogados se sientan con nosotros a defendernos, nosotros lo que sencillamente le dijimos: vamos a ver la evidencia, la evidencia nos exculpa porque todas eran de actos terroristas, bombas en hoteles, misiles contra el Comandante, todos eran actos que nosotros evitábamos para que no murieran personas inocentes, no solo de Cuba, personas inocentes de Estados Unidos.
Arleen Rodríguez Derivet: Pero la evidencia también estaba presa.
Ramón Labañino Salazar: Sí, eso es otra cosa. A nosotros nos quitaron la evidencia porque tenemos que ir al skift, que era una oficina secreta de información clasificada, que para ir ahí era un proceso engorroso y ellos lo hicieron todo difícil, lo más complejo y lo más difícil para que nosotros no pudiéramos defendernos. Y entonces para ir al skift había que levantarse a las 3:00 am, había que pasar un proceso súper complejo de ir a la corte y al final lo que permanecías en el skift eran 2 horas, no te dejaban más de 2 horas. O sea, te puedo decir que no teníamos que ir al skift para decir, busca esta información en tal y tal documento porque la conocíamos, la sabíamos de memoria, era nuestra información, la que habíamos creado. Todo lo que nosotros informamos sobre los actos terroristas, el entrenamiento de los everglades y otros terroristas, las bombas que querían traer a través del aeropuerto, los planes que querían hacer en contra de las torres eléctricas nuestras, en Tropicana. Y entonces esa evidencia es culpatoria. O sea, cuando tú vas a la evidencia ves que no hay espionaje en primer lugar. Nosotros nunca buscamos secretos de Estados Unidos, ni nunca buscamos nada que hiciera daño a la seguridad nacional de Estados Unidos. Y es como dice René, desde el primer día nosotros empezamos a darle golpes, a mostrar fotos de ellos entrenando a los everglades con los fusiles M-50 que son una barbaridad que decían que era para matar tiburones.
Gerardo Hernández Nordelo: Han pasado 10 años y hay personas que no conocen y se preguntan por qué dos de Los Cinco regresan antes. Y la respuesta es sencilla, si René y Fernando hubieran dejado que sus abogados hicieran lo que querían hacer -que es lo que hubiera hecho cualquier abogado que se rija estrictamente por la ley- ellos se hubieran declarado culpables y hubieran hecho, si acaso, unos meses de prisión. Sin embargo, ahí fue donde entró la decisión de Los Cinco de mantenernos juntos. Cualquiera de ellos que hubiera decidido negociar como hicieron los otros cinco, hubiera cumplido muy poco tiempo de prisión. Y si hubieran aceptado las otras ofertas que se nos hicieron, también de no solo negociar con menos tiempo, también obtener prebendas por traicionar a tu país, pues la historia hubiera sido muy diferente.
Y yo quiero sacarme algo de adentro. En el caso de René, tú decías que todos no nos conocíamos entre sí, que yo conocía a todos los demás. En el caso de los otros cinco que se declararon culpables habían dos matrimonios con hijos chiquitos y el gobierno les fue arriba y los amenazaron con sus hijos, con que nunca iban a ver a sus hijos, yo que los conocía, pues en algún momento tuve en mi mente la idea de qué hubiera hecho yo en un caso así. ¿Hubiera hecho lo mismo cuando me amenazan con no dejarme ver más a mis hijos? Y la respuesta me la dio René, porque René tenía una niña de meses de nacida, y dijo: “no, yo me mantengo aquí firme con Los Cinco”. Y si él no lo hizo, entonces quiere decir que la razón está en lo que él hizo. Le ofrecieron a René, como a Fernando, como a todos también un acuerdo escrito, que era si tú firmas aquí está el negocio hecho. Y René lejos de firmar, fue y me dijo píntame aquí un dedo así y le digo, cómo y René dijo: sí, píntame un dedo así (muestra el dedo del medio de la mano parado) y yo le pregunté: ¿seguro? y dijo: sí, píntamelo.
Arleen Rodríguez Derivet: ¿Esa fue la firma?
Gerardo Hernández Nordelo: Y le dijo a su abogado -él no lo va a contar pero yo sí- toma aquí está la respuesta y el abogado le dijo: ¿seguro, René? Sí, tú eres mi abogado y me representas, tienes que entregarlo porque esa es la firma que yo quiero dejar.
Fernando González Llort: Ese dedo yo creo que tiene un antecedente de algo que entra dentro de la historia ya más jocosa y es que desde esos días iniciales, del 14 de septiembre, -y esto también surge si mal no recuerdo de René- cuando nos vimos la primera vez, sale a relucir una frase que yo no puedo repetir aquí.
Arleen Rodríguez Derivet: Claro, el público que se la imaginen.
Fernando González Llort: El público que nos escucha puede buscar el libro de García Márquez “El general en su Laberinto”. Y en ese libro hay una frase que García Márquez pone en boca de Bolívar en múltiples oportunidades, cada vez que se encontraba con una circunstancia compleja. Y entonces yo no puedo repetir la frase aquí porque es una mala palabra, pero esa fue la frase que desde un inicio salió entre nosotros para definir la manera de comportarnos ante cada una de las cosas que la fiscalía proponía.
Arleen Rodríguez Derivet: ¿Pero la letra la puedes decir?
Fernando González Llort: La P. Y entonces esa era la frase con la que nosotros desde el 14 de septiembre nos vimos por primera vez, los diez primeros inicialmente.
Arleen Rodríguez Derivet: Y la escribieron en el espejo del baño.
Fernando González Llort: Sí. Y entonces esa era la frase de respuesta para todo.
Randy Alonso Falcón: Esa era la fortaleza podríamos decir expresada, pero adentro estaban los valores que yo creo que es de las cosas que los jóvenes de hoy tienen que conocer, los valores de cada uno de estos hombres que fueron los que les permitieron enfrentar ese desafío.
Pero vamos a hacer un breve alto. Estamos aquí desde el Memorial de la Denuncia, recordando que hace 10 años estos cinco hombres se reencontraron aquí en Cuba haciendo feliz a este pueblo, pero también marcando una historia de lucha, una historia de confianza en la Revolución y una historia tremenda que las generaciones que vivimos eso, pues lo tenemos bien guardado y que queremos que llegue también a las nuevas generaciones de cubanos. Siga con nosotros estamos en Mesa Redonda en estos 25 años de nuestro programa.
Reportaje audiovisual
Arleen Rodríguez Derivet: Yo quiero que me des un chance para presentar a mi alma gemela. Nos llamábamos así y con permiso de Leomar, mi alma gemela es Antonio Guerrero porque así nos comunicábamos a través de la radio cuando surgió el programa “Una luz en lo oscuro”.
Aquí hay una de las armas de combate de Los Cinco, los poemas de Tony. Ya Tony no escribe poemas y voy a explicar por qué. Creo que lo dice este poema que se llama “Cosas del Lockdown”:
Preciso un poema, no lo puedo escribir,
el bullicio me enturbia, no lo puedo escribir.
Voy del patio a la celda, no lo puedo escribir.
Lo busco, nombre o clamo, no lo puedo escribir.
Todo el día me encierran, entonces lo escribo.
Es decir, la poesía nace del encierro.
Antonio Guerrero Rodríguez: Este fenómeno de la poesía no es explicable. Aquí han narrado el día 14 de septiembre pero yo recuerdo, los dos primeros días, aquel 12 de septiembre llegar a una celda.
Randy Alonso Falcón: En el año 98.
Antonio Guerrero Rodríguez: En el 98. Había una celda por medio entre cada uno, y Gerar y yo quedamos del lado de acá y yo al que veía era a René. Pero no sabía que era René. Un frío tremendo, yo con una colcha que nos habían dado y un rollo y René sin nada. Llegaba a la ventanilla, porque caminábamos dentro de la celda y ahí empezamos a entender quién era, empezaron a llegar un poco las letras aquellas y empecé a entender. Y cuando bajamos que estamos previos a cambiarnos la ropa, que estábamos en un lugar. Les dije: “tengo un poema en la mente”. Y yo no tenía lápiz para escribirlo. Entonces les noté la cara de preocupación como diciendo “nos parece que el flaco se nos está volviendo loco”. Y empezó la preocupación real. Porque que tú llegaras y yo muy entusiasmado con lo que tenía en la mente en ese momento. Y ahí nació la poesía.
Hoy por la mañana busqué entre el arsenal que mami conservó tan bien, este libro que se titula “Inseparables” porque es un libro que para mí tiene un valor muy grande, es una edición limitada y es la narración de estas cosas que se han venido hablando. Cuando escuché a Gerardo, lo abrí y marqué un poema. Vamos a considerar que está escrito en los primeros 17 meses de lo que hemos hablado aquí hoy.
Randy Alonso Falcón: Los más duros.
Antonio Guerrero Rodríguez: Los más duros. En esos poemas estaban nuestras convicciones, todo lo que Gerardo explicó, todo lo que salía de ahí, pasaba por un filtro. Siempre he explicado que nosotros no nos creíamos ni poetas, por suerte, ni lo creemos hoy, no hacíamos metáforas. Este poema para mí siempre ha significado mucho porque es también lo que éramos en realidad y se llama “Causa valedera”, Gerardo ahorita decía que había que tener una causa.
Causa valedera
Haremos ver que somos un camino
atravesando sombras de los nuestros,
que somos una sierra y una estrella
con definidos rasgos y conceptos.
Haremos ver que somos invencibles,
que siempre saldrá el sol para el valiente
no importa que lo acechen, que lo encierren,
que le dejen la piel sin otras pieles.
Haremos ver que en las duras contiendas
de conciencia a poder y viceversa
nunca vacilará nuestra firmeza,
porque es el amor nuestra obra maestra
y hasta la muerte se llena de vida
cuando se tiene causa valedera.
Estas cosas te digo no tienen explicación.
Arleen Rodríguez Derivet: ¿Se convirtió en una canción?
Antonio Guerrero Rodríguez: Sí, no las pasábamos. Yo siempre he dicho que esta poesía no es mía porque la gente pregunta, incluso las historia de amor, los poemas, éramos nosotros, absorbíamos un pedacito de cada uno, lo hacíamos en la convivencia.
Arleen Rodríguez Derivet: ¿Cuándo surge regresaré?
Antonio Guerrero Rodríguez: Todos esos poemas fueron de esos 17 meses.
Arleen Rodríguez Derivet: De los primeros 17 meses.
Antonio Guerrero Rodríguez: Este que leíste ya es un poquito después. Pero era lo que René ha descrito como nadie; aunque cada uno tiene del flaco encaramado en posición de loto.
Arleen Rodríguez Derivet: De yoga.
Antonio Guerrero Rodríguez: Sí, de yoga. Nosotros teníamos la famosa hora de recreación en la cual mis hermanos al comienzo no acostumbraban a salir, quizás René y yo porque era primera hora. A veces te quitaban el desayuno, entraban a la celda, a veces por las noches apenas uno podía dormir, por los ruidos, por las cosas. Y luego cuando traían el desayuno venían anotando rec, rec y si tú no te anotabas, no salías. Y la rec era que acababan de dar el desayuno, venía alguien, te abría la puerta, te llevaba esposado. Y cuando ellos lo probaron dijeron: “para qué si lo que voy es a salir para un cuartico a otra celda”. Pero ese lugar era donde me venía la primera idea. Al principio no tenía cómo escribir, después cuando cogieron confianza me metí entre la media un pedacito de lápiz para anotar la primera idea. Entonces después que yo regresaba en ese hilo me iba, esa era una recreación del día. Había recibido un libro que se titula “Poem a Day”, 365 poemas por día y yo dije: “365 días, no sé lo que haya que pasar”. Y así nació esto y ahí nació regresaré también. Que es un volverán de Los Cinco. Con la convicción de que Fidel nos iba a traer como al expedicionario del Granma.
Arleen Rodríguez Derivet: Roque.
Antonio Guerrero Rodríguez: Como a Roque, que no iban a dejarnos abandonados.
Randy Alonso Falcón: A nosotros fue una de las satisfacciones bonitas también en la batalla. Porque era poder hacer la Mesa, dar los argumentos pero también haber podido convertir a través de la voz de Polo Montañés tu poema: “Martí”, “Regresaré”, como parte de las herramientas de aquella batalla.
Arleen Rodríguez Derivet: Y después vino el disco porque hay que mencionar a otra persona que ya no está, pero que fue capital, que es, Vicente Feliú, el propio Silvio, Amaury Pérez, Augusto Blanca, Corina Mestre, Rochi Ameneiro, un grupo de creadores, todos se pusieron a una y salió un disco bellísimo. Y es una lástima que no se escuche con frecuencia porque a veces nada más lo recordamos en días como estos pero es un disco precioso y el aporte de Maruchi, tu hermana.
Antonio Guerrero Rodríguez: Sí.
Arleen Rodríguez Derivet: Para no hablar de Mirtha, que fue una capitana junto con las otras madres, con Magaly, que ya no está, con Irma.
Randy Alonso Falcón: La poesía como un refugio y a la vez como instrumento de combate.
Antonio Guerrero Rodríguez: Sí, el arte como un instrumento de combate que además fue muy natural. Los hermanos míos lo saben, Ramón también escribía.
Arleen Rodríguez Derivet: Pero es un misterio que no escribiste más en 10 años.
Antonio Guerrero Rodríguez: Pero además nosotros hicimos concursos. En el libro reciente del hueco está el concurso. La evaluación de ellos de los poemas.
Arleen Rodríguez Derivet: Que Fernando dijo que él no concursaba.
Antonio Guerrero Rodríguez: Fíjate “Regresare” no es un poema mío tiene partes de todos porque cuando pasamos, “Regresaré” a la evaluación de todos, Gerardo le encuentra a un verso algo que no estaba correcto. El “Regresaré” que existe, que cantó Polo y el que es conocido tiene en uno de sus versos la corrección que hizo, Gerardo.
Arleen Rodríguez Derivet: El Indio Naborí, Cintio Vitier.
Randy Alonso Falcón: Fue una batalla de muchos.
Arleen Rodríguez Derivet: Lo que vale y brilla de la intelectualidad cubana se sumó a la batalla por Los Cinco. Porque la campaña era tratar de que no se relacionaran con ustedes. Los hicieron miembros de honor de la UNEAC, fue muy lindo.
Fernando González Llort: También se publicaron historias que escribieron otros intelectuales.
Randy Alonso Falcón: Sí, Se publicaron libros sobre el terrorismo y sobre Cuba y ayudó también por supuesto a que trascendiera la batalla. Porque de la solidaridad yo creo que debemos hablar, Fernando. Tú que tienes esa misión ahora, por supuesto. Pero antes de eso, me gustaría saber para gente como ustedes, profesionales, jóvenes, con aspiraciones, con tantas cosas por hacer, cómo decidir dar ese paso de sacrificarlo todo, de sacrificar su vida e ir a cumplir una misión de la que no sabían si iban a volver y que al final los llevó a la situación en que se encontraron.
Fernando González Llort: Randy, nosotros somos hijos de la Revolución y crecimos en el ambiente familiar, social de la Revolución. Las escuelas en las que nos formamos, el espíritu de esos años. Yo crecí de niño participando en los trabajos voluntarios de mi CDR o los padres míos me llevaban a los trabajos voluntarios de sus centros de trabajo los domingos en un camión. Esa es la vida de un joven que nace y que va creciendo en los años 60, en los años 70. Todas las cosas que fueron sucediendo, esa historia de acciones terroristas. Recuerdo las noticias aquellas de los pescadores que habían secuestrado todo el impacto que causó.
Arleen Rodriguez Derivet: Barbados.
Fernando González Llort: El crimen de Barbados que fue un impacto tan grande en la sociedad cubana, la misma experiencia. El momento aquel en que Fidel da la noticia del asesinato del Che, en Bolivia aunque yo era muy pequeño la viví. Toda esa historia va conformando el momento en que vamos creciendo nosotros. Ahora se está retransmitiendo y se retransmitió en “Silencio ha tenido que ser”, se retransmitió “Julito el pescador”, “La frontera del deber”. Y creo que todo eso forma parte del ambiente en el que uno va creciendo y que se va formando; por supuesto a pesar de esas historias que veíamos en la televisión, uno nunca le pasó por la mente que podía ser uno de ellos. Porque uno siempre ve ese tipo de compañeros y compañeras, con unas condiciones excepcionales y nunca piensa que pudiera al final terminar haciendo un trabajo de esa envergadura. Algunos de nosotros participamos también en misiones internacionalistas. Todo eso va formando la personalidad, los valores, de manera que es muy natural cuando se le acerquen a uno y le pregunten y le propongan una tarea como esta. Yo digo que independientemente de las consideraciones personales, no cuesta mucho trabajo decir, me siento honrado de que se haya pensado en mí como lo pueden haber hecho los otros compañeros también, para cumplir una tarea de este tipo y poner el compromiso con la Patria, con la Revolución, con algo mucho más grande que uno y que la familia por encima de cualquier otra circunstancias.
Arleen Rodríguez Derivet: Me parece que es importante destacar lo que tú has dicho: uno no se ve como el héroe. Recuerdo a Celia Hart Santamaría que una vez hizo una descripción y decía: “Ellos ya eran héroes griegos. Porque todos eran apuestos, inteligentes pero además tienen la exageración de tener una familia hermosa”. Porque de donde sales tú con un pensamiento de compromiso y todo eso que tú has narrado. No fue difícil hacer la historia de ustedes. Además han sido coherentes con esa historia. Hoy ocupan tareas, responsabilidades. Yo me acuerdo una carta que René le hizo a Irmita que ella iba en una guagua y alguien le dijo: “tú eres la hija del héroe”. Y tú le dices: “No te envanezcas nunca, piensa que eso es lo único que te obliga a ser mejor cada día. El día que te creas por un minuto que mereces algo más allá de los demás porque tu padre está cumpliendo una misión, ese día dejarás de merecerlo”. Es decir todos los días ustedes nos daban alimento para eso que decía Randy ahorita, no eran Superman de los muñequitos, no eran Batman, no eran los héroes que construyen en Hollywood. Eran gente de verdad, con vecinos, con familia, con hijos, con esposas y con valores.
Fernando González Llort: Yo quiero decir, que es justo decirlo también. Que antes que nosotros han habido compañeros y compañeras que han tenido que cumplir estas misiones y habrán compañeros y compañeras que las tengan que cumplir y esos son héroes de los que nunca vamos a conocer.
Arleen Rodríguez Derivet: Anónimos.
Randy Alonso Falcón: Ustedes mismo lo dijeron en sus alegatos.
Fernando González Llort: En el caso nuestro por circunstancias que hubiéramos querido que no sucedieran, se dio a conocer y la manera en que el Comandante en Jefe –que de eso hablaremos más adelante- decidió que se iba a dar esta batalla también influyó en eso. Pero hay que ser justos. Hay historias que no conocemos de compañeros y compañeras que lo han hecho, otros que lo hacen y los que lo harán y son héroes también por lo que hacen, por poner su vida en función de la Patria, de la humanidad.
Hubiera preferido lo digo honestamente, y estoy seguro que es la misma idea de los compañeros, que nosotros nunca hubiéramos sido conocidos. Yo lo hubiera preferido porque implica que las misiones se continuaran cumpliendo, que el trabajo que se hacía no se interrumpió. Todos los riesgos que se corrieron no para nosotros que estábamos en una misión, para nosotros siempre fue una preocupación y se habló aquí de los momentos del arresto; uno siente la responsabilidad también de cuál puede ser la acción de Estados Unidos contra nuestro país porque siempre entendimos como decía Silvio ahí, de esa manera poética que ninguno de nosotros va a poder emular. “Es el zarpazo de una bestia ante una luz que lo encandila”. Y tú nunca sabes cuál podía haber sido la reacción del gobierno de los Estados Unidos ante una circunstancia como esa, o sea, todo eso eran preocupaciones que estaban en la mente nuestra en esos momentos.
Tú te referías a las familias. Y en el sentido de dónde provenimos, las características y los valores que podíamos tener pero eso explica también la participación de la familia en la lucha. Las esposas, las madres, los hijos, los hermanos, sobrinos también pusieron su dolor personal en función de la lucha. Y cada vez que iban a un encuentro, evento tenían que revivir su dolor en aras de avanzar en la causa.
Yo quiero hacer justicia también aquí con los familiares de los mártires de Barbados que pusieron el dolor personal en función de la lucha por nuestra liberación. Se los he dicho a muchos de ellos cuando coincidimos, cuando participamos en los encuentros. Creo que es justo decirlo también porque realmente no es fácil para ellos revivir ese dolor en cada uno de los encuentros, en cada una de sus participaciones en aras de que se entendiera por qué nosotros estábamos en Estados Unidos y la necesidad que tenía Cuba de que ese tipo de trabajo se hiciera.
Randy Alonso Falcón: Por eso es muy bueno que se hayan retomado estas series otra vez en la televisión. Uno ve esas series y se sigue estremeciendo -aunque quizás con el paso de los años a veces no tienen toda la calidad de la transmisión- de cuántos hombres y mujeres anónimos se han entregado a la causa de la defensa del país y de la Revolución como lo hicieron ustedes. Pero tú marcabas y lo decías ahora, el 12 de agosto hicimos un encuentro muy bonito y tú remarcabas aquel día algo muy importante y es que Fidel cambió la dinámica. Normalmente en casos como estos que ha pasado y lo hemos visto, se negocia bajo la mesa entre los gobiernos, intercambio, etcétera, y Fidel convirtió esto en una batalla política a la que sumó a miles de personas, millones de personas en el mundo, organizaciones. ¿Cómo les llegó esa dinámica, ese cambio dinámico del silencio a ser personas que desde la prisión se habían convertido en referentes ya no solo para Cuba sino para el mundo?
Fernando González Llort: El día 12 de agosto te decía que para nosotros fue una sorpresa porque en este tipo de actividad históricamente, en este tipo de cosas, si uno mira antecedentes siempre se han tratado de negociar de manera, digamos secreta, sin mucha publicidad, involucrando gestores de varios lugares, hasta que se alcanza el objetivo. Pero creo que el Comandante en Jefe hizo una lectura -con la genialidad que lo caracterizaba- del mundo en ese momento, de Cuba, de los Estados Unidos. Veníamos de la lucha por el regreso de Elián González. Y otra cosa, para Fidel siempre fue muy importante la moral de Cuba. Se defiende Cuba públicamente porque parte de que tiene toda la moral del mundo para hacerlo y toda la justicia que acompañaba a la presencia de compañeros y compañeras en Estados Unidos para hacer el trabajo que hacíamos. Aun así, en mi opinión fue extremadamente osado que la defensa nuestra y que el esfuerzo por traernos de regreso fuera a partir de una campaña pública Él lo dijo en aquel discurso, en aquella tribuna, no va a ser un esfuerzo de días, no va a ser un esfuerzo de meses, va a ser un esfuerzo de años. Él preveía que el motor que él iba a arrancar aquí en nuestro país se iba a ir extendiendo a todas partes del mundo en un diseño que únicamente a él se le pudiera ocurrir. No puedo pensar en ningún otro jefe de estado que hubiera ideado una cosa como esa.
Estamos en el año del 25 aniversario de la Mesa Redonda y aquel encuentro del 12 de agosto, tenemos que decirlo también, era precisamente a raíz de eso. Y hay que agradecerle a la Mesa Redonda que jugó ese papel de acelerar ese motor también para dar elementos a la población cubana y después al resto del mundo. Porque en el mundo nadie se hubiera levantado si no ven al pueblo de Cuba batallando. Entonces la Mesa Redonda jugó ese papel y quien ideó toda esa campaña fue el Comandante en Jefe.
Arleen Rodríguez Derivet: Hay un elemento ahí que ustedes no han comentado. Las cartas de ustedes a la solidaridad. El récord creo que lo tenía Tony.
Randy Alonso Falcón: Es el que más habla y el que más escribe.
Arleen Rodríguez Derivet: Tú tenías un récord, tú respondías carta por carta.
Antonio Guerrero Rodríguez: Nosotros siempre hemos dicho que lo que haga uno es lo que hacían Los Cinco.
Arleen Rodríguez Derivet: Y tú firmabas en nombre de Los Cinco.
Antonio Guerrero Rodríguez: Eso era un principio que nosotros sembramos también desde el comienzo. Si puedes ver las cartas mías todas tienen una referencia de Los Cinco. Desde las cartas que nos llegaban a nosotros, sobre todo a mí las cartas de mami que salieron en el libro recientemente, y que nos pasamos porque Olgui estaba allá arriba, y a René no pero a mí sí me comenzaron a llegar.
Yo pienso que nosotros no estuvimos presos, ni acepto tampoco decir que la prisión fue para nosotros un tiempo perdido. Nunca lo he visto así y lo digo con total honestidad porque con todo esto que hemos hablado uno se sentía en una dinámica y sobre todo yo sentía mucho por mis hermanos porque no podían desarrollarla pero también lo hicieron en una dinámica que uno sabía que estaba en lo correcto. Pero después de lo de Fidel pasamos a la ofensiva de la utilidad. ¿Cuánta utilidad? ¿Cuánto le costó al imperio, al gobierno de los Estados Unidos en todas las tribunas el hecho de tenernos ahí en la prisión? ¿Cuánto significa para un ser humano? Fernan lo decía ahorita. Nosotros tenemos el honor pero no somos ni los únicos ni nunca nos lo hemos creído pero nos sentíamos útiles, no importaba lo que pasara, dos cadenas perpetuas, quién vio a Gerardo quejarse alguna vez.
Arleen Rodríguez Derivet: Más quince años.
Antonio Guerrero Rodríguez: Mis hermanos que podían de verdad haber resuelto todo sufrían. Ellos hubieran querido estar en el lugar de nosotros. La primera negociación fue con René cuando estaba lo de la probatoria y él dijo: “no, no. Aquí o Los Cinco o aquí no hay arreglo”. Y Fidel con esa inteligencia nos hizo incluso sentir hombres muy útiles a la Revolución y ya eso es suficiente para tú ser una persona libre y feliz. Había una preocupación, la teníamos desde el primer día. Del último que me despedí fue de Gerardo, qué va a pasar cuando tú llegues a la penitenciaria. Sin embargo era prestigio. La gente venía, lo ayudaba, era un respeto, un aura. Fidel nos creó a nosotros un aura, porque nos hizo irradiar paz, sonrisa.
Arleen Rodríguez Derivet: Ustedes eran Cuba.
Antonio Guerrero Rodríguez: La gente le decía cómo es posible que tú todos los días andes así. Eso es lo que pienso. La prisión en realidad no lo hubiéramos querido porque nosotros teníamos una misión, pero sin embargo el revés se convirtió en victoria. Esa victoria, esos años que la gente ve con tanto respeto, con tanto amor. Lo importante es saber la esencia que estamos hablando. Que estos Cinco que estamos aquí somos los más simples seres humanos que te puedes encontrar en la calle, que no pensamos que hemos hecho nada extraordinario. Lo que sí tomamos como ha dicho Gerardo muchas veces, el camino correcto. Tú tienes dos vías y no había para nosotros otro camino que no fuera este. Uno se emociona como tú dices. Cuando viene a ver empieza Gerardo a hacerme señas que tengo que cortar. Ya la cámara esta frente a mí.
Arleen Rodríguez Derivet: Lo que yo te quería decir. Yo lloré tanto por sus encierros, por Ramón lo que narra en las cartas del tiempo en que se incomunicó por el Katrina que los dejaron encerrados en su prisión, está narrado en su libro. No cuentan la prisión así tan fácil. Estos 10 años te han suavizado la vida, te han hecho abuelo, padre de nuevo, todas esas cosas; pero sufrimos demasiado con ustedes.
Antonio Guerrero Rodríguez: Ahora en el tema que estábamos que yo me exalté, me emocioné. Es increíble, cada uno lo puede narrar, no hay una gente que estuviera asociado a un movimiento por Cuba que no nos escribiera. De momento, te llegaba una carta de alguien de un país, una persona se enteraba que tú fuiste filatélico porque ustedes nos describían a nosotros…
Randy Alonso Falcón: Como los seres humanos que son.
Antonio Guerrero Rodríguez: Exacto. Entonces venía alguien y te mandaban una carta con un grupo de sellos adentro, a veces no te lo dejaban pasar, se interesaban. Hubo personas que nos sintieron como sus familiares, del mundo. Muchas personas querían darnos una alegría, por sentimiento, no por Cuba, después se convirtió lógicamente en eso. Y el deber mínimo que podíamos hacer y que hicimos todos fue contestarles cada carta, nos ayudaron muchos amigos. Recordarán las fotocopias que entonces empezamos a crear que mandaban, pero eso daba una fortaleza tremenda. Ahora me van otra vez a regañar. Yo recuerdo cuando salieron las estampillas de Los Cinco Héroes aquí con los rostros. Hubo una actividad en Santiago de Cuba con los pioneros donde hicieron unas mesas y recuerdo que el guardia llegaba y repartía, tenía que decir los nombres de cada carta, tenía que leer cada carta. Recuerdo que ese día él sacó el bulto con las cartas y tenía tres paquetes. Habían llegado todas juntas y él tenía que cada carta que sacaba decir mi nombre y mi número. La gente decía pero todas son tuyas. Entonces son cosas que solamente son Cuba, el Comandante en Jefe, solidaridad, amor, esto que vivimos nosotros es Cuba.
Ramon Labañino Salazar: Nunca hubiéramos querido caer presos obviamente, pero una vez que caemos presos cumplimos la otra misión. Yo pienso que es la misión más importante, la otra no deja de serlo pero es la misión de defender a Cuba en las cortes de Estados Unidos, de representar a Cuba, de representar a la Revolución Cubana, de poner en alto la imagen de Cuba. Que Cuba tiene derecho a defenderse, a luchar que nosotros no vamos a arrodillarnos, o sea, esa hidalguía que nos enseñó Maceo. El verbo brillante de Martí. Nosotros somos la herencia de un ADN que viene desde las guerras de independencia, creo que desde Hatuey, cuando lo quemaron en la hoguera y eso lo recogemos todos de alguna manera muy humilde. Esa era nuestra misión en la prisión. Y en la prisión era complejo, el libro “Hombre del Silencio” que escribí, es la experiencia que hubiera sido la experiencia de cualquiera de mis hermanos. Es muy difícil vivir entre criminales porque nosotros aunque éramos presos políticos no estábamos en una prisión política. Nosotros estábamos entre personas que habían cometido los actos más execrables y con sentencias súper altas. Sin embargo, cuando llegamos a la prisión, ya después que Los Cinco son públicos, que se hace la campaña internacional, que sale el sellito, todo lo que se hizo, que hay que señalarlo también, por la radio, Radio Rebelde con “La luz en lo oscuro”. Todo eso nos dio una imagen que cuando nosotros llegábamos a la prisión aun cuando sabíamos que era un medio totalmente adverso y difícil. Cuando llego a la prisión la primera vez me dicen: “aquí vas a encontrarte con el cubano más malo que hay, el más terrible” y yo pienso este tipo debe ser lo más terrible que hay aquí. Y cuando llego lo que noto es a un hombre que dice no, no, yo soy fidelista, yo estoy con ustedes. Ustedes son de Los Cinco, o sea, esa moral que nos enseñó el Comandante, que nos enseñó la Revolución cubana ahí estaba presente. Yo pienso que entre las cartas más hermosas que uno recibe, por supuesto la de la familia, pero en especial la de los niños cuando te hablan desde el alma pura, limpia y simple. En aquella época uno recibe muchas cartas. Me acuerdo que era la época de los sellitos, cuando salió el sello de Los Cinco. Esta carta me la mandaron varios niños de una escuela pero sobre todo esta especial es de un niño que él me dice en la carta: “Ramón nosotros te queremos mucho y queremos mucho a Los Cinco y yo quiero que ustedes sepan que Cuba los espera. Estamos convencidos de que ustedes van a regresar vivos o muertos”, o sea la realidad del hecho nos impactó, porque es cierto. En esta pelea igual que como dice el Che en México: “en todas las peleas y sobre todo esta de la Revolución existe la posibilidad de que uno pueda morir, incluso estar el resto de su vida en una prisión” pero el impacto sin duda de decírtelo un niño con la sensibilidad y la honestidad te demuestra cuán profunda puede ser la causa.
Arleen Rodríguez Derivet: Tú dices “Hombre del silencio”, la prisión, la gente con penas de vida, violentos, todo lo que hay en una prisión norteamericana que lo vemos mucho en las películas y en tu libro sale muchísimo, pero ustedes también nos enseñaron y nos presentaron a los presos políticos norteamericanos porque se empezó a hablar aquí de Leonard Peltier.
Randy Alonso Falcón: Mumia Abu-Jamal.
Arleen Rodríguez Derivet: Se empezó a hablar de esos hombres que hasta ese momento eran la Revista Tricontinental y otros materiales los que hacían referencia pero al empezar ustedes, tú tenías el águila blanca cómo era.
Ramón Labañino Salazar: Sí.
Arleen Rodríguez Derivet: Eran indios presos durante años en un limbo legal.
Ramón Labañino Salazar: Que nos invitaron a la ceremonia.
Fernando González Llort: Yo compartí cinco años así…
Arleen Rodríguez Derivet: Con Peltier y con Oscar López, el boricua.
Ramón Labañino Salazar: Y llegó a escribir un artículo de lo más bonito sobre Los Cinco.
Randy Alonso Falcón: En el recuento que hicimos de la mesa está el artículo.
Ramón Labañino Salazar: Sí, exacto.
Arleen Rodríguez Derivet: Y está también el otro que no es preso político, el preso común olvidado de todo el mundo que recuerdo ya de regreso Gerardo hacía gestiones para uno que le pidió escríbele y llévale a mi mamá.
Randy Alonso Falcón: Y también las historias tristes de esos cubanos que estaban en las prisiones y que nos contaban ahora de uno preso por robarse una caja de cigarro.
Gerardo Hernández Nordelo: Cuando lo conocimos estaba haciendo cadena perpetua por robarse una caja de cigarro porque lo había cogido una ley que le dicen la ley del tercer strike en California y decía tú tercera condición es cadena perpetua y después de 20 años se ganó el caso. Hubo un caso que dijo que esa ley era inconstitucional y él salió pero bueno salió ya casi como 20 años de condena.
A los guardias les llamaba mucho la atención porque había muchos cubanos en las prisiones. Lamentablemente conocimos balseros, marielitos, personas que se habían ido por el bombo. Muchas historias trágicas de personas que se fueron siguiendo los cantos de sirena, pensando que el dinero se daba ahí en las matas que nada más había que recogerlo y luego chocaron con la realidad. Hubo casos en los que le extendieron una “ayuda” y era ponerlo a vender drogas, ponerlo a hacer algo ilegal, cayeron presos y son las historias que nosotros conocimos en un principio. Y algunos habían perdido hasta el contacto con la familia.
Pero a los guardias les llamaba la atención y decían: “espérate un momento, si tú eres cubano, revolucionario y estás aquí porque estabas trabajando para Cuba, cómo es que tú te llevas tan bien y compartes y vives en la misma celda con este otro que se fue buscando libertad, supuestamente huyendo del régimen”. En 16 años de prisión ninguno de nosotros tuvo un solo problema en la prisión ni con ningún cubano, ni con ningún otro preso y los guardias eso no lo procesaban bien. Y al final nosotros terminábamos educándolos. Y eso te demuestra que ninguno de ellos se fue por problemas políticos.
Había otra cosa muy curiosa, habían mexicanos que decían nosotros llegamos juntos y nos mandamos a correr de la mira y los cubanos se quedaban parados y decían yo soy cubano y me amparo a la Ley de ajuste cubano, etcétera. Entonces tú te asombrabas de eso. Pero qué distinto sería si le dijeran a los mexicanos que todo el que llegue y diga yo vengo buscando libertad y al año y un día le dan los documentos para que veas qué es lo que ocurre. Entonces los guardias aprendieron mucho durante todo ese tiempo.
Arleen Rodríguez Derivet: Sin embargo de tu prisión donde había tantos cubanos al único que le decían Cuba era a ti. De hecho “Me dicen Cuba” está inspirado en ti.
Gerardo Hernández Nordelo: En realidad a todos nosotros nos decíamos Cuba en la prisión es común. Y sí, tengo entendido según nos dice el maestro Lismia que la canción “Me dicen en Cuba” fue hecha o inspirada en el caso nuestro.
Arleen Rodríguez Derivet: Inspirada en eso.
Randy Alonso Falcón: Eso tiene que ver mucho creo que con la exposición de René en su alegato y decía: “esos 16 años que ustedes pasaron era con la paciencia, la fe y el coraje que nos puede infundir el crimen de ser digno”. Y yo creo que ahí está por supuesto ese respeto que se ganaron en la prisión y que alimentó por supuesto sus 16 años de batalla, 13 de ellos públicos por el regreso de ustedes y que felizmente se concretó un 17 de diciembre.
Fernando González Llort: Tú utilizas ahí la frase que René recoge del crimen de ser digno y para hacer justicia aquí, también parte de la historia. La referencia a la dignidad es del padre de Joaquín Méndez que fue mi abogado.
Randy Alonso Falcón: Tu abogado.
Arleen Rodríguez Derivet: Boricua.
Fernando González Llort: No. Cubano.
Arleen Rodríguez Derivet: Es cubano.
Fernando González Llort: Ese señor que dijo esa frase es un señor que se fue de Cuba al triunfo de la Revolución. Se llevó a Joaquín Méndez con 4 años para los Estados Unidos. Tengo entendido que el hombre incluso había sido del ejército de Batista, no participó en ningún crimen pero se lo llevó. Le decía a su hijo Joaquín que él quería un día ir a verlo en el tribunal. Y fue un día y dijo: “esos muchachos están presos por ser dignos”. El crimen de esos muchachos es ser dignos. Ese es un hombre que migró de Cuba con el triunfo de la Revolución. Y se llevó a su hijo de 4 años que se formó en Estados Unidos como abogado.
En mi alegato yo digo que si creyera realmente la historia que todos los cubanos que vienen para los Estados Unidos son por razones políticas, los cuales son una minoría, lo que pasa es que es una minoría que tiene poder político y poder económico sino yo no hubiera permitido que una persona de origen cubano me defendiera.
Randy Alonso Falcón: Y esa fue la fortaleza que nos llevó hasta ese regreso triunfal. Diez años después cómo ven los cinco este momento, estas batallas, esta dignidad que tenemos que mantener. De ese tema les propongo que hablemos en los últimos minutos de nuestra Mesa Redonda de hoy.
Reportaje audiovisual
Fragmento de discurso del Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz en la Tribuna Abierta en el Cotorro, el 23 de junio de 2001:
“(…) solo les digo una cosa, volverán (…)”
Randy Alonso Falcón: Recuerdo hoy también algo que escribió Ricardo Alarcón, uno de los que hay que mencionar en esta historia porque fue de los más permanentes batalladores por el regreso de Los Cinco, y además siempre al lado nuestro en la Mesa Redonda explicando, dando argumentos desde lo jurídico, desde lo legal, desde lo diplomático y desde la sapiencia también de un político. Y escribía Alarcón en el prólogo a los alegatos de ustedes decía: “Por medio de ellos, de estos alegatos habla lo mejor del hombre, de cada ser humano. Transmiten un mensaje de lucha, de esperanza y de victoria. Son como un sol que sabe disipar las tinieblas más oscuras. Un sol que no se apagará jamás”.
Eso era en el año 2001 cuando ustedes escribieron aquellos alegatos, los dieron a conocer en medio del juicio. Y estamos ahora 2024, 10 años después del regreso, 10 años en que la historia que comenzó del restablecimiento de las relaciones entre Cuba y Estados Unidos ha cambiado dramáticamente, en el que ustedes mismos también han cambiado sus propias vidas. ¿Qué ha significado estos 10 años para cada uno de ustedes? Gerardo, empiezo por ti. El hecho de regresar a la Patria, asumir nuevas tareas, no ser tampoco la tarea para la que estudiaste, para la que te preparaste sino nuevos desafíos, nuevas encomiendas, nuevas cosas que hacer por este país.
Gerardo Hernández Nordelo: Durante esos 16 años uno tenía que soñar. Era la única manera de sobrevivir. Y soñábamos Los Cinco con un día regresar a la Patria. Y cada vez que teníamos un encuentro en los años en que estuvimos juntos y después estoy seguro que lo hicimos también cada cual por su lado. Uno decía qué queremos hacer cuando regresemos a Cuba. Y yo te puedo decir que Los Cinco estamos haciendo lo único que queríamos hacer que era ser útiles a la Patria, útiles a la Revolución. Nunca nos imaginamos en qué lugar ni en dónde. En mi caso como todo el mundo sabe estoy en los Comités de Defensa de la Revolución, tengo el honor, el orgullo de ser el coordinador de una organización fundada por Fidel, una organización que vive tiempos nuevos, que trata de adaptarse a los tiempos modernos al mundo en que vivimos y la Cuba en que vivimos y en eso estamos dando nuestro mayor esfuerzo. Y aprovecho para invitar a todos los cederistas a todos aquellos que tienen alguna preocupación con el funcionamiento de los CDR que nos ayuden, esto es una tarea de todos los revolucionarios, renovar nuestro CDR, darle nuevos bríos y nuevas fuerzas a esa organización. Pero te puedo decir eso fue con lo único que soñamos, continuar fieles a la Revolución, donde la Revolución considerara que era nuestro deber.
Randy Alonso Falcón: Tony ha tenido también nuevas maneras de hacer, ha dejado la poesía pero ha hecho los sueños. Pero recuerdo sobre todo en tu alegato que hablabas mucho de que esa manera de combatir por la justicia en aquel juicio era combatir no solo por el pueblo cubano, era combatir también por el pueblo estadounidense, el pueblo donde habías nacido, el lugar donde habías nacido y donde pensabas que había gente también de bien. El regreso de ustedes se da precisamente con el retorno o el inicio de relaciones diplomáticas entre Cuba y Estados Unidos. Diez años después la realidad no es igual, no es la misma. Sin embargo sigue habiendo muchos estadounidenses de bien que quieren lo mejor para la relación de los dos pueblos.
Antonio Guerrero Rodríguez: Nosotros siempre percibimos que la política hacia Cuba no es un problema del pueblo estadounidense, es un problema que tiene que ver con el gobierno estadounidense, con la política capitalista de expansión, con su sueño que tiene una historia. Ahora mismo desde la posición de mi actividad relacionada con el turismo, nosotros sabemos que la prohibición de viajar a Cuba está relacionada con el estrangulamiento económico contra nuestro país pues estoy seguro que hubieran muchos. Tengo amistades y con algunas guardo relaciones, las sigo en las redes sociales. Es decir, nosotros somos un país noble, lo fuimos ahí dentro de las entrañas. Esa es la esencia de muchas personas que no miran a Cuba -que jamás lo ha sido ni lo será- como un enemigo de los Estados Unidos todo lo contrario. Y seguiremos como dijo él cumpliendo las tareas que nos tocan y soñando un día como mismo soñamos en la prisión con que termine toda esa política, que termine el bloqueo, que vengan los turistas, que deje de haber una base estadounidense aquí, que podamos cohabitar, que la inmigración entre nuestros países sea de una manera distinta.
Arleen Rodríguez Derivet: Hay nombres inseparables de esa batalla que a mí me han ido apareciendo según ustedes hablaban, Roberto, el hermano de René que me tradujo al lenguaje común lo del juicio porque nosotros no conocíamos el tema de los antecedentes, el tema de baja la corte, te comes la corte, términos como esos que uno no entendía. Por qué ellos declararse inocentes, cuánto significaba para ustedes, es decir todo ese trabajo, la misma Olguita que está en las entrañas del monstruo cuando detienen a René. Cuando tú ves la historia de lo que le pasó a Olguita era como un judío en la Polonia ocupada por los nazis, es decir, le pusieron carteles en la puerta, las amenazaron a ella y a sus niñas, gracias a que la niña estaba en Sarasota con la abuela. Toda esa historia que este país asumió como una novela pero que es justamente que la imaginación, la historia verdadera, el heroísmo está en todas esas cosas. Yo he visto a Alicia Rasco mientras tú hablabas que la perdimos en este proceso. ¿Quién era tu visita? ¿Quién te llevó a Danny Glover a la prisión? ¿Quién te llevó a tanta gente? El papel que hizo Leonard Weinglass ese gran abogado que todavía en estado de salud muy deteriorado dio hasta el último aliento por la batalla. Esos norteamericanos que se incorporaron a la batalla por el regreso de Los Cinco.
Hay cosas que yo quiero saber también antes de terminar y quizás estoy como Tony que voy a extender demasiado el asunto. Cuando yo vi a Adriana embarazada a punto de tener a Gema…
Gerardo Hernández Nordelo: En el documental “Gema de Cuba” se explica bastante pero todavía hay cosas que no se conocen. Y eso fue una jugada tan magistral, un ajedrez tan bien jugado que todavía los odiadores más ignorantes no lo conciben. Tú entras a mi página de Twitter y la peor ofensa es ¡tarruo, tarruo! tu esposa salió embarazada cuando estabas preso. Porque se la pasamos por la nariz y ni se la olieron. Hay una carta de Ileana Ros quejándose al Departamento de Justicia cómo dejaron a ese espía concebir. En las prisiones de Estados Unidos federales y en la mayoría de las estatales no existe visita de pabellón, no hay visita conyugal, ni se permite llevarle una jabita, nada de eso. Y realmente hay que decirlo, cuando ellos se enteraron ya era demasiado tarde porque se hizo con un secretismo absoluto, al punto de que se sabía lo que iba a ocurrir si se conocía y de hecho ocurrió cuando se hizo público, Ileana Ros hizo la carta, vinieron las presiones, las críticas pero ya era demasiado tarde. Algún día habrá que hablar más o escribir sobre eso y cuánto representó ese hecho en lo que ocurrió después también, o sea cuanto allanó el camino. En el documental de Estela Bravo, el senador Patrick Leahy, una de las personas a quien agradecemos también su ayuda dijo: “nosotros nos dimos cuenta que si habíamos negociado y logrado esto podíamos seguir avanzando podíamos seguir hacia adelante”. Y realmente hay muchísimas personas norteamericanas también en ese pueblo a quien agradecemos, personas del mundo a quien no podemos dejar de mencionar, los grupos de solidaridad que nos hicieron llegar hasta aquí.
Arleen Rodríguez Derivet: Y mencionar algo que Adriana dijo siempre la idea primera la tuvo Vilma Espín.
Gerardo Hernández Nordelo: Así mismo.
Arleen Rodríguez Derivet: Vilma le dijo tienen que guardar óvulos, tienen que estar preparados para si él demora demasiado en prisión pero nunca renuncien a tener hijos.
Randy Alonso Falcón: Y está la historia de René también. René que no solo tuvo que renunciar a la posibilidad de salir antes de prisión sino que también tuvo que renunciar a la ciudadanía norteamericana, del lugar donde nació para poder también enfrentar el desafío familiar. Porque en esta historia también hay pérdidas y todos de alguna manera perdieron a sus madres, perdieron a sus hermanos, algunos que no pudieron llegar incluso al final de esta batalla.
René González Sehwerert: Este tema de la ciudadanía se había estado manejando desde antes de salir de la prisión y ellos lo querían utilizar para castigarme, para mantenerme ahí tres años más, para mantenerme separado de la familia y desgraciadamente fue la muerte de mi padre lo que me permitió jugar esta estratagema de venir y desde aquí decirle a la jueza ahora sí entrego la ciudadanía y los fiscales ya no pudieron hacer más nada. Pero fíjate el nivel de ensañamiento y de la manera en que ellos se lo toman personal que cuando yo logro hacer esa jugada la fiscal se retira, o sea, ella no quiso ser la que respondiera, entonces designaron a otro fiscal que fue el que dijo está bien no le quedó más remedio que firmar.
Arleen Rodríguez Derivet: ¿Era la Kastrenasti?
René González Sehwerert: Sí, ella era una mujer completamente enferma. Pero yo quería mencionar a otra persona que no puede faltar aquí porque además fue la primera luz cuando estábamos presos, cuando parecía que de verdad se había acabado la historia y surgió la victoria de Chávez en Venezuela. Cuando Chávez ganó las elecciones nos demostró que todavía había espacio en el mundo para que se siguieran haciendo cosas. Y después vinieron en América Latina todos estos movimientos de izquierda. Y Chávez fue un hombre que se supo los nombres de la familia, la historia familiar, mencionaba a las personas por sus nombres. Le preguntaba a Olguita por las niñas por su nombre. Yo creo que es imprescindible el nombre de Chávez.
Y cuando hablamos de la situación que estamos enfrentando ahora coincide en que vienen tiempos duros para Cuba y para Venezuela. Nosotros estuvimos en Venezuela ahora Tony y yo y realmente nos sorprendió el ambiente de alegría de la gente en las calles venezolanas. Nos llamó mucho la atención cómo ellos han logrado enfrentar tantas acciones, tanto daño que se le ha hecho también tanto como a Cuba. Y pienso que es importante que sigamos siendo dúos Venezuela y Cuba, no por gusto Martí y Bolívar después Fidel, Chávez no es coincidencia no es casualidad. Y seguimos enfrentando ese mismo reto juntos Venezuela y Cuba y nos esperan tiempo duros ahora con Marco Rubio como Secretario de Estado. La impresión que tengo es que a lo mejor Donald Trump se va a virar para el resto del mundo y va a dejar a Marco Rubio actuar a sus anchas en América Latina posiblemente. Y todos conocemos las obsesiones de Marco Rubio, la mentalidad criminal que tiene como todos ellos. Pienso que nos siguen esperando luchas pero si de algo sirve la historia de Los Cinco puede ser también para inspirarnos en esa lucha y para que cada uno de nosotros siga en estas circunstancias nuevas construyendo el pedacito de socialismo que nos toca.
Arleen Rodríguez Derivet: A mí me queda una pregunta. El encuentro con Fidel.
Fernando González Llort: Era lo más especial que pudiera ocurrir. Creo que hay que decir también, nosotros lo hemos comentado que hubiera sido una victoria igual el regreso de Los Cinco aunque el Comandante ya no estuviera, pero era muy especial que el regreso se produjera con el Comandante todavía en vida y que el Comandante pudiera ver la victoria de algo que él había pronosticado, lo cual había organizado que se convirtió en la lucha de todo el pueblo, que el General de Ejército condujo dándole continuidad a lo que había hecho el Comandante en Jefe y que él fuera también testigo vivo de esa victoria, creo que fue un momento especial. La posibilidad por supuesto de reunirnos con él, de conversar extensamente, de ver no solo la faceta del Comandante en Jefe con su enorme estatura moral, política, el conocimiento, su preocupación por los temas de la humanidad, su mente activa aun cuando desde el punto de vista físico ya estaba limitado por la enfermedad pero su mente activa, inquisitiva, curiosa, estudiosa y a la misma vez también ver al Comandante en Jefe en un ambiente familiar. Una visión diferente del Comandante en Jefe, el ser humano, el hombre de familia con sus hijos, con sus nietos, es una arista del Comandante en Jefe que nosotros nos sentimos privilegiados; ver al Comandante en Jefe con su nieto sentado en la rodilla y jugando con su barba, es otro ángulo que lo conservo como un privilegio haber tenido esa oportunidad que enriquece la experiencia de las horas de conversación y las cosas que sucedieron, anécdotas de ese encuentro. Creo que él y siempre digo esto cuando me refiero a ese encuentro porque es una pregunta que nos hacen en cualquiera de los intercambios que tenemos. Creo que fue extremadamente generoso al escribir después que había disfrutado de 5 horas de felicidad. Y siempre digo cuando me preguntan de este tema que el Comandante en Jefe tenía y siempre tuvo muchas razones para ser feliz pero si esa fue una razón para su felicidad y le aportó algo a su felicidad bien vale la pena cualquier cosa por la que hubiéramos tenido que pasar nosotros. Y también hago referencia al momento en el que nosotros llegamos al lugar y vimos a esta persona que nosotros tenemos como un gigante en muchos sentidos y verlo genuinamente emocionado es también una experiencia extraordinaria porque uno se pregunta quién soy yo y realmente lo vimos de esa manera al recibirnos, al saludarnos. También la experiencia que muchos otros compañeros y compañeras que tuvieron la oportunidad ustedes de intercambiar con ellos o con el Comandante en Jefe en muchas oportunidades pueden trasladar y es que a la misma vez que uno está viendo a este gigante con este enorme prestigio político, moral y a la misma vez en 2 minutos uno está totalmente relajado en un ambiente totalmente familiar, cómo lo hace, cuál era el don, bueno son personas especiales. Pero realmente es así, uno va al encuentro de un ser al que uno tiene en un lugar alto y sin embargo inmediatamente tiene el don de que se convierta en un encuentro distendido, relajado, ameno, una conversación como si uno estuviera hablando con un amigo o un compañero que conoce de hace mucho tiempo.
Arleen Rodríguez Derivet: O con su padre. La foto sugiere que es él con sus hijos.
Randy Alonso Falcón: Sí. Esas son de las imágenes que nos quedan de estos 10 años de aquel momento también del regreso. Y decía ahorita qué hizo a estos hombres que eran jóvenes, que eran profesionales, que tenían un mundo por delante, sacrificar sus sueños y su vida por todo un pueblo. Pero qué hace a estos hombres que regresaron, que son Héroes de la República, que podían dedicarse a estar en su casa con la familia viendo quizás pasar el tiempo y viviendo esa gloria no deseada pero vivida, seguir batallando y tener que enfrentar además batallas tan duras, Fernando ahí con la solidaridad y con toda esa gente que tanto hace por Cuba, René con su paracaidista y sus aficionados a los temas del deporte aéreo, Tony con el turismo, Gerardo con una enorme tarea de los CDR y Ramón con la tarea más dura que tenemos ahora. ¿Cómo seguir fajado con la rodilla y fajado con la economía?
Ramón Labañino Salazar: Haciendo reflexión de todo lo que han dicho mis hermanos y que han dicho ustedes. Estos 10 años han sido de mucho aprendizaje, de mucha felicidad primero que todo porque regresar a Cuba, a nuestro pueblo, ese cariño es inconfundible. Eso no existe en el resto de la humanidad y con respeto a todas las demás nacionalidades. Nos hemos encontrado una sociedad diferente por supuesto, mucho más avanzada, muy competitiva. Yo pienso que tenemos un nivel de inteligencia suprema a todos los niveles sobre todo en nuestros jóvenes que te cuestionan todo, te preguntan de todo y quieren saber de todo y eso es muy positivo. Unir el convencimiento que hay que defender la Patria con la idea de que uno puede preguntar y cuestionar y saber cuál es el camino correcto está bien. Y darle la fe a los jóvenes que se puede hacer, si nosotros cinco lo pudimos hacer, la fórmula está en la unidad, en tener fe en la Revolución, tener fe en las ideas de Fidel, tener fe en que una causa justa y cuando uno está unido y cuando uno tiene la dignidad, el decoro y la moral para hacerlo siempre se puede triunfar. Y la verdad es que aquí en este punto en que estamos hay que agradecer a todos los que tuvieron que ver con la libertad de Los Cinco, desde los abogados mismos que hicieron su papel. Recuerdo hablando de la evolución de los abogados que Norris, uno de los abogados, llegó a decir al final del proceso y aquello a mí me impresionó mucho, a mis hermanos imagino que también, llegó a decir: “ojalá que Estados Unidos tengan en sus fuerzas armadas hombres como Los Cinco, pundonorosos, hombres de decoro, de honor” y eso también te da la magnitud. No somos nosotros, es la Revolución Cubana que ha sabido formar esas generaciones y eso es lo que nos va a dar la victoria. Los tiempos son complejos, los tiempos son difíciles pero en qué sociedad no se están viviendo tiempos difíciles hoy en día, mira en Europa, en las guerras el desastre con Palestina, ahora Siria con la situación complejísima. Pero tenemos fe que vamos a triunfar y hay que darle las gracias a todo el pueblo cubano, a ustedes mismos en su 25 aniversario de la Mesa Redonda, a la radio que siempre nos acompañó, a la solidaridad internacional, a nuestra familia, nuestro pueblo que es inconfundible. Pero sí quiero por lo menos de mi parte decirlo de manera muy contundente a nuestro Comandante. Yo pienso que el arquitecto, la genialidad de Fidel pero sobre todo el pensamiento que nunca podemos dejar de abandonar. Es verdad que Fidel no está pero están sus ideas, está su forma de hacer guerra, su forma de pelear su previsión como estadista de calcular todo, de tener todo a mano y eso es lo que hay que hacer. Pienso que si hoy debemos dar las gracias en este décimo aniversario que es de victoria de todos, queremos por lo menos yo terminar con un homenaje especial al más grande de todos los tiempos a Fidel.
Arleen Rodríguez Derivet: Tú mencionaste una palabra la unidad y la unidad también es expresión, él se comprometió, él lo hizo todo para el regreso de ustedes y Raúl lo cumplió, porque esa medalla se las puso en el pecho Raúl y si hubiera abandonado esa batalla porque era una pelea que inició Fidel, que era de otra época, que era de otro momento histórico pero hasta que los trajo no cesó porque era el compromiso con el pueblo y era el compromiso con la familia. Yo creo que esa continuidad, ese mantener la Revolución, eso que Raúl le llamó el primero de enero, la niña de los ojos de la Revolución que es la unidad que la descubrió José Martí porque sin unidad no hubiéramos llegado a donde estamos hoy ni hubieran llegado ustedes. Y ustedes simbolizan eso.
Randy Alonso Falcón: Diez años después podemos contar esa historia porque ustedes resistieron por sus valores, por sus principios, por su fortaleza moral que los hizo vencer en la batalla, la que parecía imposible, la de vencer 2 cadenas perpetuas, 15 años, otras cadenas perpetuas, vencer toda la ignominia, vencer todo lo que contra ustedes se orquestó fundamentalmente desde Miami y desde la fuerza más derechista de la sociedad norteamericana incluso de su poder judicial que de alguna manera también ustedes demostraron la falsedad de ese poder judicial. Y yo creo que este país tiene que agradecerle a ustedes que entregaron sus vidas y sus sueños a la causa pero también supieron defender hasta el último minuto en esas prisiones la moral, la dignidad, la fe de este pueblo. Para nosotros ha sido un privilegio haber estado 13 años batallando por ustedes y fue un privilegio poderlos tener en la primera Mesa Redonda que hicimos en persona fue precisamente con los tres que regresaron. Y es la primera vez que los tenemos a Los Cinco 10 años después sentados en esta Meda Redonda con la que iniciamos el año 26 del programa. Así que gracias a ustedes por lo que hicieron, gracias por lo que siguen haciendo. Creo que es muy importante para este país y sobre todo que sirva de ejemplo a esas batallas tremendas que tenemos por delante los cubanos cuando ya estamos encaminándonos al año 2025 con enormes desafíos por vencer. Pero aquí seguimos en combate.
Arleen Rodríguez Derivet: Y yo pido para terminar si puedo pedirlo. Que volvamos a tener un déjá vu de algo mágico, trascendente, que nadie lo esperaba. Cuando ellos se aparecieron en el concierto de Silvio y cantaron Los Cinco “El necio”.
(Risas)
Randy Alonso Falcón: Con esa canción nos vamos entonces en este inicio del año 26 de la Mesa Redonda. Muy buenas noches.
Transcripción: Ileana Reyes Sánchez, Yanet Muñoz Hernández, Yusleydis Seuret Gómez/ IDEAS Multimedios
Haga un comentario.