Ciego de Ávila: la lección pendiente ante las arbovirosis

 

El saneamiento ambiental debe permanecer entre las prioridades, aun después de que la provincia rebase la situación epidemiológica actual. Foto: Noel Tuero Martínez/Facebok

La más reciente crisis epidemiológica por arbovirosis en Ciego de Ávila ha dejado al descubierto, una vez más, las fisuras por donde se cuela el mosquito Aedes Aegypti. Más allá de las campañas de fumigación y las advertencias sanitarias, el balance obliga a una reflexión profunda sobre qué faltó y qué debemos aprender para no repetir un ciclo que, previsiblemente, volverá.

La reacción, en muchos casos, fue tan tardía como previsible. Cuando los barrios ya reportaban casos positivos de dengue, las acciones se concentraban en la contención, no en la prevención sólida. Por parte de Salud a menudo la capacidad de respuesta se vio superada por la magnitud de la infestación. Faltó una vigilancia epidemiológica más proactiva y una integración de datos en tiempo real que permitiera anticipar los brotes, no solo seguirlos.

Por su lado, Comunales mostró la falta de una estrategia sostenida y efectiva para el saneamiento ambiental. La recogida de basura irregular se convirtió en la norma en muchas zonas, creando microvertederos espontáneos que son el caldo de cultivo ideal para el vector.

La falta de recursos es una realidad innegable, pero también lo es la necesidad de una planificación más inteligente y una ejecución más rigurosa. La limpieza de solares yermos y alcantarillas no puede ser una campaña esporádica; debe ser una prioridad operativa constante. La proactividad no es solo fumigar, es garantizar que el entorno no invite a la proliferación.

La experiencia avileña enseña, a fuego, que por más que se fumigue dentro de las viviendas, si el entorno comunitario está plagado de tanques destapados, gomas abandonadas y basura dispersa, el mosquito siempre tendrá la batalla ganada. La higiene no es un complemento; es la piedra angular de cualquier estrategia de control vectorial.

Erradicar el mosquito es, en esencia, un problema de saneamiento ambiental. Esta crisis deja claro que descuidar la limpieza de los espacios colectivos es desmantelar la primera y más importante línea de defensa. La salud pública se construye, o se destruye, en las calles.

(Tomado del Periódico Invasor)

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