Bajo la bandera de la solidaridad, amistad y el espíritu deportivo, quedaron clausurados oficialmente los XVI Juegos Panamericanos, en el majestuoso estadio de fútbol Omnilife, de esta ciudad tapatía.

La ceremonia, que cerró la noche del domingo y dio por concluida la fiesta deportiva de América, estuvo presidida por Mario Vázquez Raña, máximo representante de la Organización Deportiva Panamericana (ODEPA), quien catalogó a estos juegos como los mejores de la historia.

Vázquez extendió su agradecimiento a Felipe Calderón, Presidente de México, y a todas aquellas personas, entidades, localidades, habitantes, aficionados y a los seis mil tres deportistas que se dieron cita en esta ciudad, por haber hecho posible la celebración de este magno evento.

Por su parte, Emilio González, Gobernador del Estado de Jalisco, expresó que más allá de levantar estadios o Villa Panamericana, lo que se construyó fue un estado de confianza, orgullo y, sobre todo, reconocimiento y futuro para el país, por lo que hizo a la ciudad merecedora de una medalla de oro.

En el acto, se hizo entrega oficial de la bandera de la ODEPA, la cual fue recibida por Rob Ford, alcalde de Toronto, Canadá, y Bal Gosal, ministro de deportes de ese país, y que declara a esa ciudad como la próxima anfitriona de los XVII Juegos Panamericanos.

Asimismo, la prueba de la maratón, rama masculina, fue premiada en el inicio de la ceremonia, cuyos protagonistas fueron el brasileño Solomei Silva, campeón de esta edición, y los colombianos Diego Alberto Colorado (plata) y Juan Carlos Cardona (bronce).

En la parte cultural, estuvieron presentes artistas de diferentes naciones del continente, como el argentino Diego Torres, la agrupación jamaiquina The Wailers, el puertorriqueño Ricky Martin, y los mexicanos Ely Guerra y el grupo Camila.

La delegación cubana, con 442 atletas, conquistó nuevamente en estos juegos el segundo lugar histórico, por naciones, obtenido desde Cali 1971 y superado en La Habana 1991, cuando desplazó a Estados Unidos a la segunda posición.

En esta ocasión, Cuba alcanzó 136 preseas —58 de oro, 35 de plata y 43 de bronce—, diez más de oro que Brasil (48-35-58), quien ocupó finalmente el tercer puesto del medallero por naciones, tras dos semanas de intensa porfía, con los representantes antillanos, por alcanzar el segundo escaño.

Los estadounidenses (92-79-65) volvieron a comandar la tabla, aunque esta vez tampoco pudieron rebasar la centena de títulos, como sucedió en Río de Janeiro 2007, cuando obtuvieron 97, gracias en parte a la labor de los atletas mexicanos (42-41-50), que lograron el cuarto lugar, por encima de Canadá (30-40-49).

(Con información de la AIN)