Los sindicatos de trabajadores de Grecia continuaron hoy en pie de protesta por el reajuste fiscal del gobierno del primer ministro socialista, Giorgos Papandreou.

En respuesta al plan de recortes del gasto público, aumento de impuestos, congelación de salarios y jubilaciones, cientos de afiliados del gremio Pame ocuparon este jueves las inmediaciones del ministerio de Finanzas, en Atenas.

A levantarse, las medidas no pasarán, fue el lema de la manifestación que también se trasladó hasta el edificio que ocupa la cartera de Hacienda.

La Confederación de Trabajadores, principal organización sindical del país, denunció que las medidas son unilaterales y carecen de justicia social, según un comunicado del gremio.

El Partido Comunista reiteró su llamamiento a rechazar en manifestaciones las medidas gubernamentales, tachadas como las más duras que ha conocido la nación helénica.

La segunda fase del plan prevé un recorte del gasto público de cuatro mil 800 millones de euros con el fin de reducir este año el déficit presupuestario a 12,7 por ciento del Producto Interno Bruto.

El sindicato Gsee convocó para el viernes a una huelga general y la Unión de empleados civiles Adedy anunció una paralización total el próximo día 16, en caso de que el Parlamento de luz verde para la implementación del plan.

Pasaremos por tiempos muy oscuros durante un largo período, sostuvo el líder sindical Gianis Panagóoulos al referirse a las medidas adoptadas por los sectores populares.

Los principales diarios griegos de línea progresista como el To Vima y el Eleftherotypia coinciden en calificar el programa anticrisis de Papandreou como el más rígido y drástico en toda la historia nacional.

Medidas de pobreza para librarnos de la pobreza, titula así su artículo el periódico To Vima, cercano al gobierno.

El Gobierno griego recibió, sin embargo, elogios de socios comunitarios, del Banco Central Europeo y del Fondo Monetario Internacional, por “las valientes decisiones”.

(Con información de Prensa Latina)