Usain Bolt: la lámpara de Aladino
Pide un deseo y el genio lo complace, ya descubrimos que Usain Bolt es el dueño de la lámpara de Aladino y mientras sus piernas respondan, los 100 metros planos serán privativos del bólido jamaicano.
¡Qué bárbaro!, 9.63 segundos, un abrir y cerrar de ojos, con categoría y ese increíble talento que no cabe en una instalación desbordada por 80 mil personas, transmisión para mil millones de telespectadores y carisma.
Todavía no soy una leyenda, repitió esta madrugada cuando se paseaba por el estadio olímpico de Stratford, donde la enorme comunidad de Jamaica residente en Londres adelantaba las celebraciones por el 50 aniversario de su independencia.
“Justo aquí, con este enorme regalo que nos ha dado nuestro Usain, en el Reino Unido del cual nos independizamos hace exactamente hoy 50 años”, me comentaba Porttia, una colega jamaicana que tenía cita en un London Pub para festejar.
Récord olímpico no demasiado distante de su primado universal de 9.58. La arrancada lenta, si vale el calificativo, mejoría en el intermedio y ese remate arrollador, sui-géneris y voraz de los últimos 35 metros.
Sigo con el deseo de llegar lejos, hacer historia, ganar los 200 metros y ver lo que podemos hacer en el relevo (4×100), después de la lesión de Asafa (Powell), pero en esencia soy un hombre feliz, mis lesiones quedaron atrás, comentó.
El gesto alado, su explosividad y las comparaciones inevitables. Su ángel es magnético. Todos quieren imitarlo, vencerlo, estar en un bloque de arrancada junto al hombre de la lámpara.
Impulsivo y desafiante, el jovencito Yohan Blake, otro talento jamaicano, se mueve con el viento, aunque plata con 9.75 acentúa una diferencia entre el maestro y el alumno. Se tutean, hay respeto y también cordialidad, hasta ahí.
Usain Bolt, el socio estratégico del genio de Aladino. Lo anticipó Maurice Greene: si logra llegar a Londres medianamente bien, será imbatible, su magia estriba en el poder colosal del sprint.
(Con información de Prensa Latina)
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