Caravana por la Paz inicia recorrido por 26 ciudades de EE.UU.
Frente al cerco metálico corroído por el salitre del mar, Javier Sicilia se sentó a escuchar el lamento de una madre que del otro lado, en territorio mexicano, contaba su tragedia, la de su hijo desaparecido hace cuatro años.
Sicilia, el líder del Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad, tocaba ese cerco fronterizo como gesto de apoyo a las víctimas de la llamada guerra contra el narcotráfico que desde 2006 emprendió el presidente Felipe Calderón.
Cabizbajo se quitó su característico sombrero estilo Indiana Jones y en silencio parecía rezar por los casi 70 mil muertos, más 20 mil desaparecidos y más de 250 mil desplazados que ha dejado la narcoguerra.”Entramos a territorio estadounidense llevando nuestro dolor y nuestro amor, esa sustancia regeneradora de la democracia”, dijo Sicilia al iniciar ayer la caravana por la paz que durante un mes recorrerá 26 ciudades estadounidenses hasta llegar a Washington D.C.
“Estas rejas porosas para pasar armas y drogas, pero terriblemente crueles para la dignidad humana, son una vergüenza en este lugar llamado Parque de la Amistad”, señaló el poeta mexicano.
Acompañado de activistas de ambos lados de la frontera, Sicilia emprendió un recorrido que contempla crear conciencia en el pueblo estadounidense de que la tragedia mexicana es generada en parte por el flujo de armas hacia el sur y el consumo de drogas en este país.
En el lugar donde inició la caravana luego de cruzar la frontera de Tijuana a San Ysidro, estuvo presente el senador Juan Vargas, quien entregó una resolución de la Legislatura de California a favor de Sicilia.
“Estamos con usted”, le dijo Vargas al activista mexicano. “Porque esta guerra en contra es en pueblo, no contra las drogas. Lo que hemos hecho no ha funcionado”.
Fotografías de desaparecidos, secuestrados y asesinados fueron exhibidas durante este evento binacional que también encabezaron el investigador del Colegio de la Frontera Norte, Sergio Aguayo, y el director de Ángeles de la Frontera, Enrique Morones.
Santos de la Cruz Carrillo, un indígena huichol que también participará en la caravana, dijo que la intención es visibilizar el dolor del pueblo mexicano y las injusticias por las que atraviesa.
Los territorios indígenas en México, recalcó, están siendo saquedos por corporaciones y puso como ejemplo el caso de Wirikuta, pueblo sagrado de los huicholes en San Luis Potosí que siendo amenazado por una minera.
Lei-Chala Wilson, presidenta de la NAACP en San Diego, se hizo presente para apoyar a la caravana por la paz al considerar que es necesario cambiar la política contra las drogas.”El consumo de drogas es una condición médica que requiere tratamiento, no encarcelamiento”, apuntó la líder afroamericana.
Javier Sicilia, quien se lanzó al activismo en contra de la estrategia de combate a las drogas luego de que su hijo fuera asesinado en marzo de 2011, destacó que en México la democracia está entrampada por esa política en contra del narco.”Lo que queremos decir a lo largo de esta caravana a cada ciudadano norteamericano y cada ciudadano mexicano y centroamericano, es que el problema de las drogas debe resolverse con todas las organizaciones de la sociedad civil y desde una perspectiva humana y no prohibicionista”, mencionó.
Si continúa la misma estrategia y se deja sólo en manos del gobierno el problema, el país se volverá un estado policíaco, militar y xenofóbico, advirtió”No podemos quedar atrapados en esta lógica de guerra”, recalcó. “El asunto de las drogas debe ser asumido como un problema social, económico y de salud”.
Apuntó que es necesario poner en el centro de la conciencia ciudadana la necesidad de regular las drogas, de controlar el flujo de armas, de intervenir de manera contundente en el lavado de dinero, de salir de la lógica de seguridad nacional y entrar en la lógica de la seguridad humana.”Si logramos también poner en el centro de esta conciencia la necesidad de proteger a los migrantes, buscar sobre cualquier interés la dignidad humana, podremos entonces entre todos cambiar las fallidas políticas de seguridad de nuestro gobiernos y regenerar la vida democrática sin la cual no encontraremos la paz ni la justicia que hace a las buenas sociedades”.
(Con información de CubaSi)
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