Cambiar una deuda por otra (+ Video)
Por Juana Carrasco Martín, especial para la Mesa Redonda
España va hacia ninguna parte, así resumieron dos profesores españoles, en un artículo publicado en el Financial Times, la situación de crisis en el país ibérico, donde las duras medidas de ajuste en modo alguno impulsan el crecimiento ni disminuyen el desempleo, e igual destino le ven otros economistas con el mismo resultado de pensamiento al analizar los acontecimientos.
Están convencidos esos especialistas de que hay una fuerte crisis y desarrollará condiciones más fuertes y los acontecimientos dan base a la existencia de esa visión tan pesimista.
En el plan anunciado por el Gabinete de Mariano Rajoy se incentiva el mercado del alquiler, pero desalojan a la población y es cada vez mayor el número de personas que quedan desamparadas; se le da un pequeño aumento a un grupo de la población a costa de que miles queden desprotegidas cuando no se ha aprobado el fondo de ayuda para el desempleado. Y si no han aplicado ahora acciones más fuertes se debe a la presión de los sindicatos, cuyas manifestaciones se han visto en las calles y se puso como ejemplo la cercana marcha de los mineros.
La ley del desahucio se mantienen y disfrazan un poco las cosas diciendo que el número de propietarios en España es mayor que en otros lugares de Europa, pero los alquileres son elevadísimos, lo que impide solventar esas cifras exorbitantes, además, han achicado a 10 días el tiempo que las personas en impago pueden permanecer en el lugar, no hay protección ni asesoría jurídica a los alquilados, y son miles y miles de familias que están en la calle en estos momentos.
El movimiento de los indignados intentó parar estos desalojos, el movimiento okupa se hizo extensivo con el de los indignados, se han hecho asambleas barriales y otras acciones de base para tratar de impedir que se cometan esas injusticias, pero sin resultado.
Así fueron explicados algunos de los efectos en el pueblo español de la situación económica, por la periodista Elsa Claro durante la Mesa Redonda Informativa de la Televisión Cubana conducida por Cristina Escobar, que analizó las condiciones agobiantes que se vive en algunos países del Viejo continente, y en la que estuvo también como panelista la Master Gladys Hernández, jefa del grupo de Finanzas del Centro de Investigaciones de la Economía Mundial (CIEM).
¿Por qué no juzgan a los banqueros irresponsables? Esta historia está demasiado coja y sigue funcionando en un solo sentido, desprotegiendo a los desempleados, que en España son más del 25 por ciento y alcanza el 53 por ciento el desempleo juvenil, un fenómeno de carácter político social muy serio, cuando ese segmento poblacional está prácticamente viviendo a costa de las pensiones disminuidas de sus abuelos o de sus padres.
Otras medidas acompañantes que afectan sensiblemente se producen en el campo de la salud, con medicamentos más caros y la eliminación de servicios de sanidad, cuando Europa se destacó por tener un sistema de protección social más generalizado que en Estados Unidos, un logro que se está desmantelando junto con el llamado estado de bienestar que caracterizó al continente y que pretendió ser en su momento un modelo respuesta al socialismo europeo.
Sin embargo, las medidas de reducción presupuestarias han traído más problemas, porque no conducen al crecimiento económico, cuando los recortes constantes impiden la inversión y el consumo de la población, se está produciendo una enorme salida de capitales y los inversores se están yendo, no se confía en los bancos españoles a pesar del subsidio por 115 millones de euros suministrado por el Gobierno, principalmente al consorcio Bankia, de vínculos con el PP de Rajoy, y luego avaló los llamados productos financieros tóxicos, sin garantía de devolución de dinero. Un dinero que toma el Estado de la sociedad a la que le vuelve la espalda.
En definitiva, el Estado ha asumido la deuda de la banca privada, un paso en falso que se extiende a otros países europeos en semejante situación de crisis financiera.
Y ese rescate es cambiar una deuda por otra, lo que fue analizado por la profesora Gladys Hernández.
Las presiones del Banco Central Europeo llevan ahora a comprar deuda pública o deuda soberana, cuando esto va contra la propia tesis de ese banco de no financiar a los gobiernos, y sí a las instituciones privadas. El objetivo del BCE ha sido controlar la inflación y la estabilidad del euro, porque ese es el talón de Aquiles de la economía alemana, y este banco tiende a proteger su política económica y con ello a Alemania, la economía hasta ahora fuerte en el Viejo continente.
El BCE ha adoptado una serie de programas financieros para los bancos para el supuesto de estos inviertan, pero el problema fundamental radica en la desconfianza en ese sector, por el desequilibrio financiero existente.
Desconfianza porque los bancos no prestan dinero ni invierten en la economía real, sino en la Bolsa, en una búsqueda de obtener ganancias por las fluctuaciones de los precios en un juego a la ruleta o economía de casino, como le nombran, que no garantiza el verdadero crecimiento económico.
A su vez los bancos que reciben préstamos los reinvierten en el Banco Central Europeo.
Otros aspectos vistos en la Mesa Redonda apuntan a la deformación creada por el capitalismo, que auspició un consumo irracional y en estas circunstancias de mayor desempleo, no hay capacidad adquisitiva real.
Pero no se limita a España estas circunstancias. En Grecia la situación es crítica; Chipre ya está pidiendo rescate bancario; Irlanda, que probó de esta medicina con anterioridad no muestra ningún signo de recuperación, por el contrario siguen deteriorándose las condiciones para su población.
Una característica de los préstamos a los bancos privados es que le dan la potestad de decidir qué hacer con esos créditos y nuevamente están adquiriendo casas a bajos precios, en las subastas, con las hipotecas y vuelve a generarse el tejido inmobiliario que precisamente dio origen a esta crisis en Estados Unidos y se desbordó a Europa con su carácter global.
En el centro del problema, por lo tanto, sigue estando la desconfianza en el mercado financiero que vuelve a repetir los desbalances, porque la institución privada no tiene ninguna obligación y coloca ese capital que le han prestado en aquellos valores que le rindan ganancias, lo que hace no precisamente en aquellos países donde la inversión está detenida y el país en crisis. Por eso resulta necesaria la intervención del Estado, para que decida una estrategia de desarrollo del país, y no es lo que está ocurriendo.
Se deben rescatar los Estados, pero en una especie de drogadicción el financiamiento va a los bancos y se exige a países como Italia y España que asuman los recortes presupuestarios y las deudas privadas.
El primer ministro griego Antonis Samarás pide tiempo y ayuda a Alemania y a Francia, pero la canciller Angela Merkel y el presidente Francois Hollande le exigen al país helénico que cumpla sus compromisos y que permanezca en la Zona euro, no hay tiempo que perder, le dicen: pague sus deudas con los bancos alemanes y franceses, opinando qué se debe hacer en Grecia o en España, al menor estilo colonial.
PROBLEMAS SOCIALES
Elsa Claro subrayó la insolidaridad que muestran tanto Francia como Alemania con respecto a Grecia, a la que exigen que devuelva el dinero de los préstamos, y al mismo tiempo le dan nuevos créditos para que compre armas que no necesita, y los vendedores son las industrias de Francia y Alemania.
Hollande predica una cosa y hace otra, y en el intento de hacer funcionar a la economía francesa, que está trancada, crea —por ejemplo— 12 000 empleos de maestros y policías, eliminando plazas en la esfera militar, pero Francia le exige a Grecia que siga gastando en compras militares.
La pregunta para estos países como España y Grecia, sometidos a un programa de ajustes enormes, con un altísimo desempleo y deuda pública, ¿hasta qué punto va a llegar la situación que no genere una explosión social?
Es el caos, y la gente se está suicidando en las calles porque no puede darle frente ni resolver sus problemas económicos.
La eurocrisis está dentro y fuera de la Eurozona, e impacta en la vida de la gente, cuando se le demanda a Gobiernos reducir los costos laborales para supuestamente incrementar el empleo, una política neoliberal ya establecida en otras regiones del mundo que abre el camino a una explosión social.
Irlanda cumplió y tiene una de las mayores tasas de desempleo de Europa. Es un proceso totalmente contradictorio porque reduciendo salarios no se pueden bajar los déficits fiscales, ni tampoco hay desarrollo de la competitividad, lo que se logra con la tecnología de avanzada, con la ciencia.
La caída de los crecimientos económicos en Europa han traído otro fenómeno, la migración intraeuropea y fuera de Europa.
Alemania, con fuertes restricciones migratorias, está entre los receptores, así como Bélgica y Holanda, y se generan otras contradicciones.
Los más afectados son los jóvenes, las manifestaciones que hemos observado la mayoría son jóvenes, profesionales o graduados universitarios que no encuentran empleo.
Hay un aumento de las tasas de suicidio, y es del 24 por ciento en Europa en el trienio, y en lo que va de este año 53 personas se han quitado la vida agobiadas por sus problemas económicos.
Estados Unidos ha enfrentado la crisis de manera diferente, la FED (Reserva Federal) ha bajado la tasa del dólar cada vez que le ha convenido, e imprimen todo el dinero que le da la gana sin respaldo en oro o en bienes materiales, el resto del mundo los está financiando.
La crisis europea ha pasado a ser una crisis de impacto global y algunos analistas consideran que será un golpe brutal para los países emergentes, pero otros no piensan así, como explicó la especialista del CIEM.
Hay un incremento comercial en Asia, y en la región latinoamericana también, con mecanismos financieros que surgen o grupos de mercado integracionistas como el Mercosur en América Latina.
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