El alcohol sobre la Mesa
Por Yailin Orta Rivera, especial para la Mesa Redonda
Fotos de Roberto Garaicoa
Este verano Cuba quedó estremecida ante la noticia del envenenamiento e intoxicación por alcohol de madera de múltiples personas, residentes en el Balcón de Arimao, del capitalino municipio de La Lisa. El consumo y toda una madeja de ilegalidades fueron el desencadenante de todo este lamentable suceso.
Cuando aún la memoria colectiva regresa sobre ese acontecimiento por las marcas y consecuencias que dejó el hecho, este viernes se puso el Tema sobre la Mesa a partir de las siguientes interrogantes: ¿Es el alcoholismo un problema cultural en esta nación? ¿Cuáles son los límites entre un bebedor social y un alcohólico? ¿Sobre qué deben estar alertas los que se inician en este consumo?
El Doctor Ricardo González, y los periodistas Luis Sexto y Mileyda Menéndez, ajustaron su mirada en el análisis, en el que coincidieron en que en Cuba no hay una cultura del alcohol, pero sí hay que hacer conciencia sobre los problemas que genera para que no eche raíz.
Ricardo González, por su parte, explicó todos los efectos contraproducentes que generan a nivel biológico los sobreconsumos de esta sustancia, al punto de que a un nadador le puede provocar la muerte si sufre algún calambre en el agua, ya que esta bebida se convierte en un fuerte inhibidor.
Desde el punto de vista social también alertó sobre todos los estragos familiares, con los amigos, con los vecinos, y de la importancia que tenía que una persona reaccionara y cambiara su estilo de vida, de forma tal que esta bebida no se convirtiera en un problema mayor.
Comentó además que era más recomendable tomar un vino, ya que la concentración que tenían de alcohol generalmente era de un 12 por ciento, mientras que los rones tradicionales poseen más de un 40 por ciento de alcohol.
El profesor Luis Sexto, Premio Nacional de Periodismo José Martí, refirió que existían múltiples influencias para los bebedores, pero que esa no podía ser la solución de los conflictos. Cada vez que se consume como fórmula de escape a algo, lo que está es multiplicando sus problemas.
El Doctor Ricardo González alertó además de que la gente enferma por esta condición no eran malas personas. Y puso como ejemplo que de los más de 4 000 pacientes que él había tenido, solo podía contar tres que tuvieran esta naturaleza inhumana.
Ricardo González subrayó que una de las fortalezas mayores que tiene este país, es la voluntad política de la máxima dirección en la atención a este tema, e incluso en la estrategia coherente y medida en la comercialización de estas sustancias en los diferentes formatos en los que se expenden, al punto de que los de menor poder adquisitivo puede comprarlo de manera a granel, de forma tal que no tengan que arriesgarse al buscarlo en fuentes ilegales.
Mileyda Menéndez, editora de la página temática Sexo Sentido de Juventud Rebelde, explicó que en los adolescentes era más complicada esta iniciación, ya que ellos tomaban para legitimarse en el grupo y para sentirse adultos. Ante esta realidad comentó que los jóvenes tenían que ser cuidadosos, porque las reacciones adversas en lugares públicos podían tener riesgos muy lamentables.
Al mismo tiempo insistió en que los padres tenían que educar a los hijos en el entendido de que ellos debían construir un proyecto de vida, para que se enruten bajo esas ideas y sueños. Los jóvenes deben prepararse para asumir los nuevos caminos y hacerlo con capacidad de decisión y perspectiva meridiana.
Se habló además de que el consumo de esta sustancia aditiva en las primeras edades estaba muy vinculado con el consumo de cigarro, lo cual acentuaba las posibles dependencias en un futuro. Los expertos coincidieron en que lo peligroso de beber sustancias alcohólicas no estaba en este propio acto, sino en no conocer los límites.
La relevante artista Omara Portuondo, en declaraciones a la Mesa Redonda, explicó que los cantantes nacían con una condición especial que debían de cuidar. Por ello ella nunca había mezclado su profesión ni con el hábito de beber ni el de fumar, ambos muy dañinos para la salud humana.
Magistral la intervención del profesor Ricardo González Menéndez, como siempre.
mi humilde opinion es que estas personas que desviaron este recurso el cual afecto considerablementa la salud de individuos un tanto irrresponsables deben ser castigados por la ley, puesto que no tuvieron en cuenta el daño que este alcohol podria causar a quien lo bebiera. Debemos luchar contra las ilegalidades.
Un buen intento de la mesa redonda para tratar un tema de actualidad nacional, pero… al final, fallido.
Cuando se organiza un programa de “debate”, más aún de un asunto tan polémico, no se puede tener en el panel una misma voz, aunque aparente ser diferente. ¿Cuál fue el mensaje que se transmitió? Prohibir la producción del “planchao”, prohibir la venta de alcohol liberado a granel, crear espacios de recreación “sin alcohol”… ¿se puede aspirar a que la población siga escuchando el programa con esos truenos? Después de escuchar semejantes textos, dejé de prestarles atención… y seguro que muchas otras personas habrán cambiado el canal o apagado el televisor.
Debemos acabar de aterrizar nuestros programas televisivos y hablar de la realidad, no estar en los celajes. Hubiera sido útil profundizar en aspectos claves del problema: el peligro no está en tomar alcohol, sino saber el límite. Cómo se toma en muchas ciudades y pueblos de provincia, hasta ver el fondo de la botella, y después los encuentran en las carreteras volcados o chocados; las crisis familiares que crean los borrachos, el rechazo y la violencia; la necesidad de crear una cultura de que maneja quien no toma, y si toma se coge taxi o guagua, o se queda a dormir en la casa; la irresponsabilidad de venderle alcohol a niños o adolescentes, que no conocen el límite de sus posibilidades, etc.
Hubiera sido útil que la nueva sección “En la calle”, en vez de quedarse en las instituciones (que no es la calle), hubiera entrevistado a gentes con problemas de alcoholismo, personas que no quieren ver a su familiar alcohólico, opiniones de gente que ve o ha sufrido la violencia por causa del alcohol… en fin, todo un abanico de problemas que pudieran haberse tratado y, al final, no llegaron. Se quedó en el puritanismo que nadie se traga. Y seguiremos teniendo programas que quisiéramos que la gente vea pero que, sencillamente, no van a ver.
Y es una pena, porque buena falta hubiera hecho tratar a profundidad este asunto, que crea tantas dificultades en la vida diaria.