HOY “LA URBANIDAD SOBRE LA MESA”
Las normas que deben regir el comportamiento ciudadano serán analizadas por un panel de destacados especialistas y periodistas hoy a partir de las 7:00 pm por Cubavisión, Cubavisión Internacional y Radio Habana Cuba en “La Urbanidad sobre la Mesa”, que se retransmitirá al cierre por el Canal Educativo.
Mi ciudad es un hipódromo.
El título de mi breve comentario obedece a la excesiva cantidad de equinos que arrastran un carretón en mi Santa Clara querida, muchas veces mal guiados y maltratados por sus dueños. Además, sus heces fecales están por doquier, afectando la limpieza de una ciudad que suele caracterizarse por la pulcritud de sus calles y la higiene comunal. Heces y orina de caballos dominan el panorama de la capital de Villa Clara, en calles, aceras y las suelas de los zapatos de quienes habitamos aquí, así como en el aire en forma de molestos aerosoles. Estos deshechos se trasladan a hogares e instituciones, incluyendo policlínicos y hospìtales, y constituyen un riesgo potencial para la salud de mi pueblo. La convivencia irracional con animales domésticos no está exenta de riesgos para la salud. El pelo de caballos puede ser un factor sensibilizante para una alergia; y los animales que no estén estrictamente controlados por un veterinario y convenientemente vacunados, pueden ser causa de enfermedades en las personas (zoonosis). Es ya excesiva la cantidad de caballos en zonas urbanas de Santa Clara; creánme, mi ciudad es un hipódromo. Atentamente, Dr. José Luis Aparicio Suárez.
“Entorno que deviene candonga”.
En relación con la urbanidad, no son pocos los decisores que se distancian del sentido común. Me referiré, brevemente, a un mal ejemplo de micro localización de las llamadas candongas, donde suelen venderse, a precios altos, productos que se expenden primariamente en las tiendas recaudadoras de divisas o en la red de comercio estatal. La moda en Santa Clara es situar estos establecimientos de cuentapropistas al lado de hospitales y la prestigiosa Universidad de Ciencias Médicas, creando un ambiente malsano e insalubre, de molestos pregones, pésima higiene y favorecedor de vectores, obstáculos al paso peatonal, la vialidad y el parqueo del transporte, incluido el sanitario. Me enorgullece trabajar como profesional en una institución que lleva el nombre del guerrillero heroico “Ernesto Che Guevara”, una de las pocas que en el país ostenta la condición de excelencia, además de “Colectivo Moral”. En mi Cardiocentro cuidamos la salud del corazón y, en general, de la población que atendemos de varias provincias de la región central de Cuba; pero el mal gusto y la insensatez, en una calle repleta de catres y personas, afecta los procesos asistenciales, docentes e investigativos. Tales efectos negativos los sufren pacientes, familiares y trabajadores de mi centro y del vecino y legendario Hospital Universitario “Celestino Hernández Robau”, donde se atienden, esencialmente, enfermos con dolencias oncológicas. Es posible hallar mejores lugares, más adecuados y confortables, para vendedores y clientes. Hasta ahora parecen sordas e invidentes las autoridades que están llamadas a resolver este serio problema. Las invitamos a actuar con celeridad, energía y candor. Créanme, hoy nuestro entorno deviene candonga.
Dr. José Luis Aparicio Suárez.
Intestinos en lugar de pulmones.
Mi ciudad no tiene grandes ríos; más bien tiene pequeñas corrientes de agua, ya no tan naturales, que fluyen con tenue continuidad, arrastrando cualquier cantidad de residuales, tanto líquidos como sólidos, producto de la indisciplina social, la falta de sentido común, la baja percepción del riesgo que tales prácticas representan y la indiferencia de no pocos ciudadanos. El caudal de los ríos de Santa Clara es más de desperdicios que de agua; los afluentes llevan insalubridad y las márgenes u orillas no son agradables ni seguras. Las direcciones política y gubernamental se empeñan en sanearlos, de conjunto con empresas y organismos del territorio; pero solo serán coronados tan titánicos esfuerzos si se gana en conciencia del pueblo y se hacen cumplir las leyes. No podemos permitir que nuestros angostos ríos sean intestinos en lugar de pulmones de la ciudad.
Dr.José Luis Aparicio Suárez.
La urbanidad depende de todos los que convivimos. En la medida que reduzcamos los ruidos estaríamos demostrando cultura sanitaria y educación integral. Los seres humanos tenemos la capacidad de comunicarnos; pero sufrimos con los sonidos desmedidos, no solo en el oído interno sino también en el sistema nervioso y el organismo en su conjunto. Podemos y debemos controlar la contaminación sonora, que es una injuria a la salud individual y colectiva. La calidad de vida será mayor si conversamos en voz baja y evitamos generar ruidos lesivos. Vivamos en paz y armonía.
Atentamente, Dr. José Luis Aparicio Suárez. Médico especialista en Hematología. Jefe Departamento Clínico-Hematológico del Cardiocentro Ernesto Che Guevara, Santa Clara.
Cuándo en la prensa escrita, dígase periódico Granma, Juventud Rebelde y Trabajadores que llegan a todo el país van a publicar aunque sea por partes las contravenciones en materia de ordenamiento territorial y de urbanismo, las ordenanzas de construcción de todas las provincias, las relaciones de vecindad, las contravenciones personales (DECRETO-LEY Número 99-1987) y todo lo que tenga relación con esto; se dice que el desconocimiento de la ley no exime del delito pero si la gente supiera a qué atenerse los problemas fueran menos; pero hay un silencio total con estas cosas, sólo se habla de las ilegalidades que se han levantado en distintos lugares principalmente en áreas de edificios pero no se especifica la norma legal que se viola; insisto en que sea en la prensa nacional, además de que pueda salir en gaceta o en otras publicaciones, porque sólo lo de la prensa nacional llega a mayor cantidad de personas y es más comentado; además de que las personas puedan tener lo publicado como consulta permanente. Hay que dejar de seguir confiando en la conciencia de las personas porque esta la tienes muy pocas, ya muchos olvidaron y otros desconocen todos los sacrificios que se hicieron para lograr lo que hoy tenemos. No bastan los spots de la televisión, no sirven de nada; que la prensa publique la cuantía de las multas por romper un banco en un parque, echar basura al suelo, pisotear el césped, dañar las áreas verdes; que se actualice la legislación en estos temas de forma clara y precisa para que no se convierta en letra muerta y que no se deriven tantas legislaciones de otras, como por ejemplo un decreto que explica la segunda parte de un decreto-ley.
Creo que la Mesa debió comenzar esclareciendo el concepto “urbanidad” (sinónimo de cortesía , amabilidad, afabilidad, comedimiento, fineza, etc, etc. pues a pesar de que intentaron diferenciarlo del concepto de “urbanismo” el análisis se inclinó más hacia ese lado ( a pesar del vínculo entre ambos, hasta tal punto que comparten sinónimos). Es decir, debió haberse analizado más el comportamiento en las relaciones interpersonales. Cito un ejemplo: Estaba sentada sola en una mesa de una heladería de la callle Obispo. Llegó una joven y sin saludar, ni solicitar permiso para compartir la mesa, se sentó, ingirió a toda velocidad su helado y se retiró de la misma forma en que llegó.¿No es eso una falta de urbanidad? ¿No es eso una incorrecta interpretación de lo que son los derechos? Se que las largas colas obligan a compertir mesas pero debemos aprender que hay que respetar el derecho ajenos, quizas hasta el deseo de estar solo por algunos instantes, por lo tantto al menos se debe saludar y pedir permiso.
Gracias Eusebio por existir, QUE FALTA LE HACE A ESTE PAÏS PERSONAS COMO USTED ,me encantó la solución dada a su colega con respecto a los perros,estos pobres animales abandonados a su suerte,que son maltratado por muchas personas, que lo son por su apariencia ,pero sin corazón.En la urbanidad intervienen muchos factorers ,pero los principales responsables son la familia y el estado con sus intituciones,se no fdué de las manos el respeto, la convivencia, la decencia etc, ahora nos vá a costar mucho esfuerzo volver a la normalidad, la educación ,el llamado de alerta, harán falta ,pero si no se pone mano dura contra estas ,seguirán proliferando y campeando por todos lados.Conocí a un jóven que emigró ,mi hermano fué a buscarlo al aeropuerto ,y pedía permiso para fumar en el auto, guardaba su latica vacia, antes de irse estaba alborde de la marginalidad.Mi esposa estudió en el antiguo Leningrado y yo en La antigua RDA ,desde los 80y pico no tiramosanada en el suelo , ¿saben por qué? porque allá si lo hacia te buscabas tremenda multa ,no veias un policia , perocdo se daba el problema estaban allí sin saber de donde venian.