LOS SERVICIOS SOBRE LA MESA
Especialistas y periodistas dialogarán hoy en la Mesa Redonda sobre una de las actividades más cuestionadas en nuestra sociedad. ¿Qué significa servir? ¿Por qué todos queremos recibir el mejor servicio pero no todos sabemos darlo? ¿A quién reclamar? ¿Cambio de gestión, cambio de servicio?
Cubavisión, Cubavisión Internacional y Radio Habana Cuba, transmitirá este programa a las 7 de la noche y el Canal Educativo lo retransmitirá al final de su emisión del día
Lamentablemente, servir con calidad todos los días no es la gloria en la mayoría de las ocupaciones. Esta convicción del apóstol (Servir es nuestra gloria) ha de ser regla y no excepción. Es preciso estudiar el por qué de la desmotivación para ser amable, cortés y eficiente; así como elevar la exigencia y hallar las claves de la necesaria estimulación por el servicio que se debe ofrecer, desde el punto de vista salarial y moral. Mientras no se convierta la calidad en deber y derecho reales no se conseguirá la satisfacción de clientes, usuarios o pacientes. Todos los seres humanos merecemos ser atendidos con bondad y comprensión; pero tenemos el deber de ser recíprocos en las atenciones que ofrecemos. La clave está, a mi juicio, en colocarse siempre en el lugar de quien reclama un servicio. La sensibilidad y el buen trato se deben cultivar desde la cuna, durante toda la vida.
Atentamente, Dr. José Luis Aparicio Suárez.
La cultura del buen servir es una asignatura pendiente en el modo de actuación de muchos. Debía avergonzar el pésimo trato en no pocos lugares. Creo que es una necesidad impostergable exigir la idoneidad en cada ocupación y hacer cumplir el principio socialista de distribución, sobre la base de la exigencia y el control. La credibilidad de los cubanos, con respecto a las bondades de un justo y equitativo sistema social, pasa hoy por la recuperación y sostenibilidad de la calidad de los servicios. Si logramos servir como quisiéramos ser servidos, entonces habrá satisfacción. Hoy está secuestrada la buena atención, y todos tenemos el deber de liberarla.
Dr. José Luis Aparicio Suárez.
Hay desvergüenza en la superficialidad de los servicios ultrajantes y en la indiferencia que identifica a quienes los prestan. Las decisiones paradójicas, ante la perplejidad de la mayoría, están causando mucho daño en instituciones y entidades. No pocas veces se fundamentan en ambigüedades y se convierten en un insulto a la dignidad. Sin embargo, existe conformismo, frustración, pasividad y temor a criticar la mezquindad. Estamos a tiempo de impedir un colapso ético-moral, si advertimos que es solo un «iceberg» desmoralizante lo que se ve en no pocos servicios y aprendemos a desenmascarar a los que actúan con cierta impunidad hasta ahora. Nunca serán respetados los que irrespetan a los demás; tampoco los que se disfrazan para delinquir y apañar con pálido sentido del honor. Vale, entonces, que nos unamos para desarticular el ultraje, que quebranta y corroe cuando no es enfrentado con decoro.
Atentamente, Dr. José Luis Aparicio Suárez.
Se advierten aún muchas dificultades en los servicios. Predominan las subjetivas, que se erigen en referente negativo y muy molesto, precisamente por:
• Indolencias, que son en alguna medida toleradas.
• Indisciplinas, que tienden a ser minimizadas.
• Desmotivación, que a veces resulta contagiosa.
• Inexperiencia o ingenuidad de no pocos directivos.
• Cierta desorganización en instituciones.
• Desequilibrio en la exigencia.
• Descontrol en procesos e inacción ante dificultades.
• Subvaloraciones que impiden avanzar, por falta de sentido crítico.
• Sobredimensionamiento del desempeño, que retarda el reconocimiento de la necesidad de un esfuerzo mayor.
• Descontextualización de decisiones y propósitos.
• No colocarse en el lugar del que recibe la atención.
• Falta de comunicación dialógica e imprevisión, que es también un error.
• Violaciones éticas.
• No tener en cuenta que son vicios los que deterioran los servicios.
• Por lo general, los trabajadores saben y saben hacer; pero no siempre saben ser, lo que demanda prioridad en la formación de los mejores valores del ser humano.
Atentamente, Dr. José Luis Aparicio Suárez.
La prestación de servicios en las instalaciones públicas se ha vuelto una necesidad cada vez más importante en los escenarios tan dinámicos en que nos tenemos que desenvolver por una u otra razón. Sin embargo, recibir un servicio de calidad y con la prontitud requerida y establecida en los centros estatales se ha vuelto un señor dilema, esencialmente cuando no hay regalías que medien el cumplimiento de lo que debe ser un deber social de quien está desempeñando un puesto público en centros de trabajo estatales.
Otro aspecto que debe prestársele la debida atencion es el viejo problema de las trabas burocráticas de “lo que está establecido”.
El mundo ha cambiado, la realidad es otra, las necesidades apremian, el desarrollo espera.