El gobierno griego estaría dispuesto a retardar la aplicación de algunas promesas electorales para infundir confianza a los socios europeos, expresó el ministro de Finanzas, Yanis Varoufakis, durante un evento que concluye hoy en el norte italiano.

No somos populistas, no prometemos cosas irreales, manifestó anoche tras un encuentro a puerta cerrada con líderes económicos y financieros reunidos en la localidad de Cernobbio para participar en un simposio titulado El escenario de la Economía y de las Finanzas.

En declaraciones que publica este sábado el diario italiano Corriere della sera, Varoufakis señaló que el programa de gobierno dura cuatro años, y el propósito es seguir trabajando para cumplir las promesas en ese periodo de tiempo.

Si eso significa que en los próximos meses tendremos que suspender o retrasar temporalmente su aplicación, lo haremos para fomentar la confianza entre nuestros socios y hacer crecer la economía, apuntó.

Tal pronunciamiento se produce después de que Grecia y sus acreedores internacionales reanudaran las negociaciones sobre el futuro del rescate financiero entregado desde 2010 por un monto de 240 mil millones de euros, que ha elevado la deuda del país a niveles considerados insostenibles.

En ese sentido, indicó que tienen el propósito de cumplir sus obligaciones hasta el final, pero para ello piden la ayuda del resto de las naciones de la Eurozona a fin de relanzar el crecimiento del territorio heleno.

Mientras más rápida sea la estabilización de nuestra economía, más rápido será el ritmo de reembolso, aseguró el ministro, quien en reiteradas ocasiones ha señalado la necesidad de reestructurar la deuda ascendente al 185 por ciento del Producto Interno Bruto griego.

Al mismo tiempo, el titular pidió la evolución de la estrategia europea para el problema heleno, al afirmar que deben tomarse en cuenta dificultades inexistentes en 2010, cuando se concertaron las bases de la asistencia financiera.

Como consecuencia de ese acuerdo, los acreedores internacionales (Comisión Europea, Banco Central Europeo y Fondo Monetario Internacional) exigieron al anterior Ejecutivo la aplicación de antipopulares medidas de recortes y políticas de austeridad.

La implementación de esas estrategias, encaminadas a garantizar que Grecia pudiera cumplir sus compromisos y devolver el préstamo más los intereses, llevaron al país a una crisis humanitaria que el actual Gobierno trata de solucionar.

Pero desde la llegada de Syriza al poder en enero último, los socios europeos han presionado a Atenas para que continué con el camio de las reformas y se mantenga atada a sus responsabilidades con los prestamistas.

(Con información de Prensa Latina)