Los males de Europa (+ Fotos)
Por Yailin Orta Rivera, especial para la Mesa Redonda
Fotos: Roberto Garaicoa
La tensa situación socioeconómica y las elecciones anticipadas en Grecia, el camino electoral en España, y la avalancha y las tragedias migratorias en Europa fueron los temas principales abordados por los analistas en la Mesa Redonda.
Elsa Claro sostuvo que en estos momentos la sociedad griega está atravesando por una gran confusión. A tres semanas para que se celebren las elecciones generales, Syriza aventaja a Nueva Democracia en intención de voto, pero la diferencia es mínima. Todo ello contrasta con el hecho de que el 80 por ciento de los griegos, según las encuestas, consideran la gestión de Tsipras como de mal.
En vísperas de las elecciones del día 20 de septiembre, también se prevé que haya un gran número de abstenciones. No obstante, si se unen los tres partidos tradicionales tendrían grandes posibilidades de ganar.
En tanto, los pensionistas griegos ya sufren los efectos de una serie de recortes en sus retribuciones. Después de los comicios, el nuevo Gobierno, independientemente de su composición, estará obligado a aplicar cambios en el sistema de seguros y pensiones, de acuerdo con lo pactado con los socios internacionales en el memorándum.
Por todas estas razones, las personas hablan mal de Alexis Tsipras, quien no hizo consultas para firmar el nuevo memorándum de austeridad, con lo que a su vez echó por la borda el programa de Syriza.
La decisión del anterior mandatario de aceptar un nuevo paquete de rescate no era el camino. Hoy unos 17 mil puestos de trabajo se han perdido y unas 40 mil personas que tenían pleno empleo poseen un empleo, pero a tiempo parcial. A lo que se une que el 25 por ciento de la población económicamente activa se encuentra desempleada.
La experta Jourdy James alegó que la situación en Grecia ha cambiado para peor. Tsipras perdió el apoyo mayoritario de junio. Y de los más de 240 mil millones de dólares que la troika le ha dado a Grecia, su mayoría se ha cogido para pagarle deudas a los acreedores alemanes y a los franceses.
“Habrá nuevas medidas para el mercado griego, el gasto militar para 2016 se verá obligado a ser reducido, y en Atenas van a aumentar las privatizaciones. Todo ello ocurrirá porque ese fondo de rescate está monitoreado por la troika directamente, cuando la mayoría de los economistas coincidimos con que Grecia no tiene capacidad para pagar la deuda”, puntualizó.
Aseguró que la realidad que vive actualmente el pueblo griego también se debe a la mala gestión de los Gobiernos, a lo que no escapó Tsipras, quien se sentó a la mesa de negociaciones para adoptar acuerdos que negaban el programa de su partido.
En otro momento del programa los analistas se detuvieron en otra dimensión dramática que se vive en Europa: la actual crisis migratoria. Para el experto Leyde Rodríguez, decir algo nuevo sobre lo que ocurre en los últimos años, y que se agudiza en las últimas semanas en el Mediterráneo, no resulta fácil ni sencillo.
“Se trata de un fenómeno complejo, con causas históricas que guardan relación con la economía de saqueo que se aplicó con la expansión de las potencias hacia el Sur, a lo que se suman las recientes guerras, la existencia de un orden internacional injusto, y el desplome de los precios del petróleo. Ese contexto acentúa las desigualdades”.
El estudioso insistió en que la inestabilidad en los pueblos del África y del Medio Oriente también ha aumentado con la presencia del llamado Estado Islámico. “Se trata, dijo, no de un fenómeno novedoso, pero que se exacerba con la creciente militarización en la región”.
Aludió a que son más de 350 millones de emigrados que llegan a la Unión Europea, y este sistema ha sido ineficaz frente a esta avalancha. Europa se sigue encerrando en sí misma y trata de extender entre sus habitantes un cierto sentimiento de prevención y temor hacia las oleadas de emigrantes africanos y asiáticos. Hoy somalíes, libios, sudaneses, etíopes, sirios, iraquíes o afganos llegan a sus costas, pero no quieren conquistar nuevos espacios sino el derecho a una vida digna que se les ha arrebatado en sus países. Simplemente desean recuperar su derecho a la dignidad como seres humanos.
A los inmigrantes se les llama ahora refugiados porque el motivo de sus desesperados esfuerzos para llegar a Europa no es la búsqueda de trabajo sino la huida de la persecución y de la guerra. Sin embargo, Europa no sabe qué hacer con ellos, como no sabe qué hacer con los inmigrantes ilegales.
Han llegado a cuestionarse hasta el Tratado de Schengen, con el que abrieron sus fronteras a quienes viven en la Comunidad. Al mismo tiempo reciben muchas críticas porque no han tenido una postura humanitaria frente a semejante conflicto.
Los expertos coinciden en que si los dirigentes europeos no han sido capaces de encauzar un problema menor como el de Grecia, ¿cómo van a afrontar una cuestión del calado de la crisis de los refugiados?
Tampoco en España las cosas muestran mejores síntomas. El reciente tablero político formado en ese país busca cómo conquistar los votos del 27 de septiembre. “En Cataluña, en opinión de Elsa Claro, se persigue la unidad de todos los partidos contra Rajoy”.
Para Leyde Rodríguez, la situación de Europa de crisis financiera, estructural y de legitimidad, está confirmando el fiasco de un modelo en el que la troika está ejerciendo una ocupación financiera, en tanto la OTAN establece la de tipo militar.
“No es arriesgado afirmar que se verá un escenario convulso, porque toda esta crisis genera tendencias nacionalistas. Pero bajo las políticas neoliberales no habrá alternativas posibles”.
El periodista Pascual Serrano, vía telefónica, aseguró que la Unión Europea es un fracaso. “El tiempo ha demostrado que lo que se quería era un marco económico para imponer las finanzas y el mercado. Hemos perdido décadas de democracia”.
Jourdy James hizo énfasis en que, en efecto, se demuestra el trasfondo económico de la crisis que cuestiona el Estado de bienestar. “La Unión Europea solo creció en un 0,3 por ciento y España está a la cabeza con un 1 por ciento, lo cual es un espejismo”.
En su criterio, hablar de empleo en estos países es una mala palabra y se observa un endeudamiento crónica, ya que se da más dinero y se especula con la deuda.
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