Universitarios cubanos intercambiaron con Josefina Vidal sobre efectos del bloqueo
Aguijonazos de razones salpimentaron la mañana de este lunes en la jornada Avispero contra el bloqueo, cuando los universitarios de la capital del país intercambiaron con Josefina Vidal Ferreiro, directora general de la Dirección de Estados Unidos de la Cancillería cubana.
El bloqueo daña al pueblo de Cuba, daña el funcionamiento de la economía, las relaciones con terceros países e incluso las que pudiéramos tener con los EE.UU., dijo al iniciar su intervención.
Al referirse a la directiva presidencial anunciada el pasado viernes, sobre la normalización de relaciones entre ambos países, sostuvo que es la primera que aprueba y emite el presidente Barack Obama, y la segunda vez que un mandatario de la nación norteña —el primero fue Carter en 1977— emite una directriz con indicaciones para iniciar y conducir este proceso.
Sin embargo, más allá de erigirse en una guía, el documento está elaborado desde la óptica y la visión del gobierno de los EE.UU. —insistió Vidal Ferreiro—, y por tanto no puede despojarse de una visión injerencista, que históricamente ha marcado la proyección de los Estados Unidos hacia Cuba.
Puntos a su favor constituyen que aparece de manera oficial, por primera vez, el reconocimiento a la independencia, la soberanía y la autodeterminación de nuestro país, así como a la legitimidad del gobierno cubano y de los beneficios que reportaría a ambas naciones y pueblos el logro de una relación de convivencia civilizada dentro de las grandes diferencias que existen.
Además, propone continuar de-sarrollando los vínculos con el gobierno cubano y la cooperación en áreas de interés mutuo, reitera que el presidente Obama ha dicho en varias ocasiones que el bloqueo es obsoleto y debe ser levantado, e insta una vez más al Congreso a trabajar en esa dirección.
No obstante, el documento no oculta que el objetivo de la política de ese país es lograr el avance de sus intereses en la Mayor de las Antillas, basados en promover cambios en su ordenamiento político, económico y social. A su vez, refleja un interés muy marcado en el desarrollo del sector privado y cuestiona profundamente el sistema político cubano.
Otro elemento que revela el sesgo injerencista de la política, al decir de Vidal Ferreiro, consiste en la expresión clara de que EE.UU. no tiene la intención de modificar el tratado que dio lugar a la ocupación en el territorio cubano por la base naval en Guantánamo.
En definitiva, «se reafirma que hay un cambio en la política, pero no en el objetivo estratégico que seguirá persiguiendo»; incluso admite que se recurrirá a viejos métodos e instrumentos como los programas subversivos y las transmisiones ilegales de radio y televisión.
«Se reitera el llamado al Congreso a que levante el bloqueo, pero a la vez se dice claramente que es importante que se levante porque el bloqueo constituye un impedimento para que EE.UU. pueda hacer avanzar sus intereses dentro de Cuba».
Vidal Ferreiro se refirió, además, al nuevo paquete de medidas emitido por los Departamentos del Tesoro y Comercio, para modificar la aplicación de algunos aspectos del cerco económico, las cuales definió como de «un alcance muy limitado».
En su mayoría están dirigidas a ampliar transacciones que ya habían sido aprobadas con anterioridad y que en general han sido muy trabajosas de implementar.
Entre sus limitaciones fundamentales, alegó, figura la prohibición de las inversiones en Cuba, más allá de la esfera de las telecomunicaciones. En tanto, tampoco hay una expansión de las exportaciones de la nación norteña a la Isla, con excepción de las muy limitadas ventas que fueron aprobadas en paquetes anteriores, y que no incluyen productos de EE.UU. que puedan destinarse a los programas esenciales de la economía cubana.
Como salvedad, y después de muchos reclamos de compañías estadounidenses interesadas, se aprobó la posibilidad de que productos farmacéuticos puedan ser exportados —noticia que ha sido «muy bienvenida»—, mas se mantienen, en sentido general, todas las prohibiciones para las importaciones de productos cubanos, expresó.
No se anunciaron nuevas medidas en el área financiera, en la que continúa siendo muy restringido el espacio de maniobra de nuestro país, denunció. «A pesar de que se autorizó el uso del dólar en las transacciones internacionales, les reitero que hasta el día de hoy no se han podido realizar depósitos en efectivo en esa moneda, ni realizar pagos a terceros, por tanto es una medida que está pendiente de implementación».
De igual forma, se ha mantenido sin cambio la prohibición para que Cuba pueda abrir cuentas corresponsales en instituciones bancarias norteamericanas.
Por ello, consideró, las nuevas medidas adoptadas, que entraron en vigor este lunes, benefician más a EE.UU. que a Cuba y a su pueblo. Mientras, dentro de tres meses el presidente de Estados Unidos va a concluir su mandato, «pero el bloqueo se queda».
UN AVISPERO DE PREGUNTAS
Ante interlocutores mayoritariamente jóvenes, que nacieron y viviven bajo los efectos del cerco impuesto por EE.UU., la diplomática cubana, en un tono profundo y a la vez sencillo, comenzó a despejar dudas y abrir el camino del debate.
Rompió el hielo la estudiante Rachel, del Instituto Superior de Relaciones Internacionales (ISRI), quien indagó acerca de cuál podría ser la posición del gobierno de Estados Unidos sobre las relaciones entre ambos países, luego de las elecciones del próximo 8 de noviembre.
La funcionaria del Ministerio de Relaciones Exteriores (Minrex), reiteró que la directiva presidencial emitida por Obama «en principio es válida. Pero el presidente que le suceda no tiene obligación de darle continuidad. Puede revocarla totalmente y emitir una nueva directiva. Puede enmendarla para introducirle cambios, puede incluso no tocarla, engavetarla».
En caso de que un futuro presidente de ese país —o ahora o más adelante— tenga el interés de darles continuidad a las relaciones con Cuba, manifestó, este documento puede servir como un punto de referencia.
A una inquietud de Jorge Serpa, de la Facultad de Geografía de la UH, sobre la cercanía de la votación el 26 de octubre en Naciones Unidas y la posición de los países, la diplomática aseveró que Cuba entregó a las Naciones Unidas el informe sobre cómo se ha continuado el bloqueo contra nuestro país, y comentó que otras naciones y organismos internacionales también emitieron sus propios reportes sobre cómo han sido impactados por su aplicación extraterritorial.
Por esa razón, «nosotros esperamos de nuevo que la comunidad internacional pida el fin del bloqueo», insistió.
En relación con las prerrogativas del presidente Obama para hacer de esta una política vacía, interrogó una joven del ISRI, a lo que la Directora General para Estados Unidos de la Cancillería cubana aludió a la Ley Helms-Burton, que le retiró al presidente la potestad para terminar mediante una firma con el bloqueo, potestad que desde ese momento posee el Congreso de EE.UU.
De igual forma, aclaró que la propia Ley Helms-Burton, en acápites posteriores, sostiene que ello no elimina las prerrogativas del mandatario para aprobar determinadas transacciones con Cuba, mediante licencias.
«Quitarle ladrillos al muro del bloqueo», explicó Vidal Ferreiro el uso de estas licencias. Obama lo ha venido haciendo de manera muy sencilla al inicio de su mandato y de una manera seguida del 2015 para acá. «Pero todavía puede hacer más», dijo.
Precisamente, la funcionaria del Minrex lanzó la diana hacia aquellos aspectos que el presidente de la nación norteña no puede cambiar, como poner fin a esa política.
Tampoco puede revertir la Ley Helms-Burton, que impide la realización de transacciones con propiedades estadounidenses que fueron nacionalizadas en Cuba; ni la Torricelli, prohibitiva del comercio entre subsidiarias de empresas de EE.UU. en terceros países con Cuba. Asimismo, tampoco puede autorizar los viajes con fines turísticos a Cuba.
Sin embargo, todavía queda un enorme espacio para que el presidente de EE.UU. pueda ejercer sus prerrogativas. Más temprano que tarde el muro del bloqueo se va a derribar, insistió.
La estudiante Nilexis, de la Facultad de Derecho e integrante del Modelo de Naciones Unidas de La Habana, se interesó por la Ley de comercio con el enemigo —que data del año 1917— y según Vidal es «la madre de las leyes del bloqueo».
Vidal Ferreiro argumentó cómo cada año el presidente de turno ha tenido que justificar por qué es conveniente a los intereses de su país mantener esas sanciones, algo que, en las actuales circunstancias resulta contradictorio.
Sobre las posiciones dentro del Congreso para el levantamiento del cerco económico, cuestión sobre la que inquirió otra estudiante del ISRI, insistió en que el rechazo es cada vez más y más bipartidista.
De manera creciente vemos un núcleo de republicanos y demócratas que se oponen al bloqueo, en primer lugar porque aprecian que daña los intereses económicos y estratégicos de EE.UU. «Hay en este momento más de 20 propuestas de ley para modificar aspectos del bloqueo, la mayoría promovida por republicanos, tanto en la Cámara de Representantes como en el Senado».
Finalmente, explicó que los daños del bloqueo en un solo año han sido de 4 000 millones de dólares. Hay muchísimos ejemplos de los perjuicios en las esferas de la salud pública, la alimentación, el transporte, la biotecnología, entre otras, y que demuestra que es una política que daña no solo a nuestra economía, sino a todos los sectores de la sociedad, concluyó.
(Tomado de Granma)
seria muy bueno.