El sueño de Yoenis: Manos en el surco
Sin que significara distraerse durante la preparación combativa, alguna que otra vez el entonces conductor mecánico de tanques, Yoenis Caballero Reyes, soñó tener lo que tanto había añorado desde su niñez: un pedacito de tierra donde sembrar plantas, verlas crecer y dar frutos, lidiar con animales…
Para el jovencito, corrían los días del Servicio Militar Activo, allá por la geografía villaclareña, etapa que, como afirma hoy, “recordaré siempre, porque me dejó cosas muy buenas para el trabajo y para la vida”.
Cuba necesita brazos que hagan producir la tierra… aquí están los míos
MI MUNDO: EL MONTE
“Posiblemente mucha gente no imagine que cuando terminé el Servicio hubiera podido irme a trabajar dentro del turismo en Cayo Coco, en Varadero, o en otro de los sectores que nos dieron la posibilidad de escoger…, pero, ¡qué va!, yo soy del campo, lo mío es el monte…, por eso solicité tierra.
“Al final, me complacieron. Yo había tenido buen comportamiento. Cada vez que había visitas, ejercicios o demostraciones me buscaban, y supongo que todo eso influyó para que se reconociera mi conducta y autorizaran a entregarme tierra para trabajarla, según lo establecido en la Resolución 449/13 del Ministerio de la Agricultura.
“En estos momentos tengo 3,43 hectáreas, dedicadas a tabaco. Las atiendo junto a mi padre Yuanis. Él es quien más me ha enseñado sobre ese cultivo. Por ahora, quiero hacer un buen uso de esa área y luego pedir otro pedacito, para rotación.
“Cuento, además, con el apoyo de mi esposa Dianelys Hernández, que, por ser también de aquí, del campo, está acostumbrada a hacer de todo. Hay que verla trabajar…”
Entusiasmado por los resultados preliminares, en cierre de su primera cosecha de tabaco, variedad Criollo 98, Yoenis sigue creando condiciones, incluida la construcción del aposento o casa de tabaco, a la vez que aprovecha cada minuto, a favor de todo lo que permita multiplicar resultados dentro del mismo terreno.
Dianelys Hernández ha decidido unir su vida a la de Yoenis… y a la tierra que ambos cultivan
Por eso refiere optimista las dos cosechas, que ya recogió, de frijoles y una de boniato: cultivos que, por ser de ciclo corto, ayudan a resolver en breve tiempo necesidades familiares, sociales, mejoran los ingresos e incrementan el nivel de entregas a la Cooperativa de Producción Agropecuaria Nicaragua Libre, a la cual pertenece, en la zona de Marroquí, municipio de Florencia.
Su preocupación fundamental, sin embargo, está en el tabaco tapado, para cuyo fomento solicitó créditos por unos 100 000 pesos, que deberá reintegrarle al banco, poco a poco, a partir del monto de las producciones.
“Si otros han tenido suerte, trabajando duro, también la tendré yo —afirma—, en alusión al casi medio centenar de jóvenes desmovilizados del Servicio Militar Activo que han recibido áreas en la provincia (alrededor de 500 en todo el país), mediante la aplicación de la mencionada Resolución y avalados por las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR), con el propósito de incorporarlas a las actividades de cultivos varios, ganadería, arroz, forestal y caña, fundamentalmente.
En opinión de Justo Wilfredo Hernández López, jede del Departamento de Personal en la Delegación Provincial de la Agricultura, son muchachos muy buenos, en sentido general, que vienen con una formación, con una disciplina y la manifiestan en la seriedad con que asumen y trabajan la tierra, casi siempre junto a su familia. Con ellos, la agricultura gana. Por eso merecen la agilidad que establece el proceso, la mejor atención posible y, en especial, acciones de capacitación y de superación, por parte nuestra, para que dominen mejor las labores que realizan.
Yoenis y su padre están muy motivados con la calidad que asegura el cultivo tapado… cuando cada labor se hace bien
Provechosa podría resultar, asimismo, la organización de encuentros con esos jóvenes para escuchar sus opiniones y sugerencias o propiciar contactos entre ellos, en calidad de usufructuarios, con otros que permanecen aún en el Servicio Militar Activo, en el contexto de la atención y seguimiento que puede continuar ofreciendo la propia Agricultura, de conjunto con la institución armada y con otros factores que intervienen en el proceso, tales como la Unión de Jóvenes Comunistas y el Ministerio del Trabajo.
Observo a Yoenis mientras acomoda, junto a su padre, uno de los cujes del tabaco acopiado y por dentro me arde una pregunta:
— ¿Haber torcido recto para el monte significa que ya desconectaste definitivamente de la defensa?
De ninguna manera. Ahora pertenezco a la reserva. Difícilmente, con el tiempo, se me olvide lo que aprendí en mi Unidad Militar. Cuando las FAR me necesiten, aquí estaré.
— ¿Qué les aconsejarías a quienes pasan hoy su etapa de Servicio Militar Activo?
Que se comporten bien, que tengan las mejores relaciones entre compañeros, sin importar el grado o cargo, que conozcan a gente de todas partes, como me sucedió a mí, y que cuando sean desmovilizados cojan lo que más les guste, se pongan a trabajar y hagan algo útil, tanto para ellos como para los demás. Esa es una oportunidad que tenemos todos los que cumplimos nuestro servicio militar, y que sería una verdadera lástima desaprovechar.
(Tomado de Invasor)
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