Abordan en Parlamento Europeo el odio hacia el pueblo gitano
El odio hacia el pueblo gitano tiene nombre: romafobia o gitanofobia, y es un tema de gran preocupación en el Parlamento Europeo. La integración de los gitanos en los diferentes Estados miembro de la Unión Europea es una tarea para la que Bruselas destina fondos comunitarios para proyectos concretos cada año. Hay alrededor de ocho muillones de gitanos en Europa, lo que representa la minoría étnica más numerosa del continente.
A dos días de la celebración del Día Internacional del Pueblo Gitano, que conmemora a las víctimas gitanas del nazismo, el Parlamento Europeo ha dedicado un debate al tema en el que han saltado, una vez más, las alarmas por los mensajes de odio que vierten los partidos de extrema derecha contra ellos. Se trata de una actitud muy corriente entre estos partidos cuando se habla sobre inmigración o refugiados.
En esta ocasión, la abanderada del discurso racista y xenófobo contra los gitanos ha sido la eurodiputada Mara Bizzotto, del partido ultra Italiano Liga Norte. Durante su intervención, Bizzotto ha dejado perlas como que los fondos europeos para la integración de los gitanos es “dinero del contribuyente tirado a la basura” porque, en realidad, el problema “es que los gitanos no quieren integrarse”. Es más, para esta ultraderechista, el debate necesario en la Eurocámara tendría que tratar sobre “las víctimas de los problemas causados por los gitanos”. “No somos racistas, no voy a permitir que se diga eso. Simplemente decimos cosas que son reales”, ha argumentado.
La intervención de Bizzotto ha provocado la réplica de varios europarlamentarios, que le han recriminado su “falta de valores europeos”, ha calificado de “vergonzoso” su discurso y le ha pedido qué explicase qué trabajo ha realizado como europarlamentaria para solucionar los problemas del pueblo gitano.
Lejos de responder, Bizzoto ha continuado con su discurso de odio, ha afirmado que los niños de los poblados gitanos de Italia “no tienen zapatos” y están desnutridos mientras que se pueden ver coches de alta gama en sus campamentos. Ha insinuado que el dinero europeo para la integración de los gitanos se lo gastan en esos coches en lugar de mejorar las condiciones de vida de sus hijos y ha dicho que los menores “no van al colegio porque sus padres les obligan a robar y a pedir limosna”. “Parece que los gitanos buenos llegan a otros países y, a Italia, sólo los gitanos malos”, ha respondido a las intervenciones que la han criticado. “Vengan conmigo a un campamento gitano para ver lo que digo, pero eso sí, acompañados de la Policía porque si no es imposible”, ha aseverado.
No es la primera vez que la Liga Norte enarbola la gitanofobia en la Eurocámara. En 2015, la diputada de Izquierda Unida, Marina Albiol, pidió que se sancionara al eurodiputado Gianluca Buonanno por afirmar que “no todos los gitanos son iguales, pero una gran parte de ellos participa en robos y utiliza a sus hijos para robar” y que deberían celebrarse 364 días al año para quienes sufren sus robos. También se refirió a la comunidad romaní como “la escoria de esta sociedad”.
IU requirió esta sanción argumentando que se estaba incitando a la violencia contra esta comunidad desde la Eurocámara y que sus declaraciones atentaban contra la legislación de la mayoría de los Estados miembros y contra la Carta Europea de Derechos Fundamentales.
Buonanno ya fue sancionado con siete días sin dietas por insultar a la jefa de la diplomacia europea, Federica Mogherini y también condenado a pagar 11.500 euros por haber colocado un cartel discriminatorio con el que pretendía prohibir el burka, el niqab y el burkini en su etapa como alcalde de la localidad italiana Varallo Sesia. Este eurodiputado ultra falleció el pasado año en un accidente de tráfico, pero su discurso de odio sigue vivo en Bruselas.
(Tomado de Público)
Haga un comentario.