Esta tarde, el heroísmo sobre la Mesa
Héroes y heroínas abundan como las batallas por la independencia en la historia de Cuba. Sus ejemplares vidas han inspirado nuestras peleas y resistencias como nación. ¿Son ellas y ellos un patrimonio exclusivo del pasado o de los espacios de enfrentamiento a los enemigos externos?
¿No brinda la sociedad cubana actual oportunidades para el comportamiento heroico? ¿Puede un pueblo de héroes destruir algunos de sus valores fundamentales a cuenta de las dificultades de la cotidianidad?
Un expedicionario del Granma, una joven profesora de Psicología y un periodista de Juventud Rebelde, son los invitados al análisis “El heroísmo sobre la Mesa” que se presentará hoy vísperas de otro Día de la Rebeldía Nacional, por Cubavisión, Cubavisión Internacional y Radio Habana Cuba a partir de las 7:00 p.m. y el Canal Educativo lo retransmitirá al final de su emisión del día.
A propósito del heroísmo de estos tiempos.
Sólo cultivando con modestia el heroísmo cotidiano seremos dignos de la condición que enaltece a los buenos patriotas. La moral, que deviene heroísmo en estos tiempos, es centinela que impide evadir el sendero de la virtud. Ser, más que existir, es hacer por el bien de todos. Es sentir por los demás. Ser no es poseer, mucho menos ambicionar u ostentar. Cuando hay honor, la actitud es congruente con el sentimiento.
No hay secretos para formar verdaderos héroes. Si se promueven e inculcan los mejores valores desde la cuna, se cultivan nobles sentimientos en la escuela y asegura el cumplimiento cabal de los más sagrados deberes, estaremos forjando la conciencia necesaria para actuar digna y heroicamente en nuestra sociedad. Si algo ha de arraigarse para ser un héroe hoy es el compromiso social.
El deber de un héroe y una heroína del siglo XXI es combatir la inmoralidad, el irrespeto, la arrogancia, el engaño, la irresponsabilidad y los falsos conceptos sobre la amistad. Si algo necesitamos hoy y necesitaremos siempre son las convicciones ideológicas. No es posible soslayar que nuestros paradigmas, los de ayer, hoy y siempre, aquilatan con su sencillez y acrisolan con su ética. De ellos tenemos mucho que aprender.
Todas las generaciones de nuestro pueblo, desde hace más de 60 años han sido heroicas y lo siguen siendo. Heroicas las del pre-Moncada, las del Moncada, la Lucha Clandestina,las de Girón, Crisis de Ocubre, Lucha contra Bandidos, Angola, Etiopía, Mozambique, Etc., la del Período Especial, la del Reordenamiento Económico. Todas ellas han sido y son heroicas porque todas en su momento han tenido que vencer, y aún vencen, enormes dificultades de todo tipo, tanto internas como externas, en medio del más férreo y descomunal bloqueo económico de los Estados Unidos. A muchos se les aflojaron las piernas, se han desviado o abandonado “el frente de combate” de la Revolución abandonando el país bajo un sinnúmero de justificaciones individualistas, pero la inmensa mayoría de nosotros ha asumido como propio el decoro perdido por aquéllos multiplicándolo en el suyo propio. Estos últimos, nosotros, los que estamos en Cuba luchando, somos los héroes y lo seguiremos siendo, junto a nuestros hijos, nietos y biznietos, que aún están por nacer… Todavía no ha surgido en este mundo un gobierno que sea capaz de doblegar al pueblo más noble de la historia (por no decir el único), que le brinda a otros pueblos parte de lo poco que tiene y no lo que le sobra, porque no le sobra nada, el modesto, altruista, combativo, crítico, patriota e internacionalista pueblo cubano. Ahora los jóvenes son los que tienen la palabra y la fuerza en sus manos para encaminar el país por nuevos derroteros, los que deben asumir conscientemente sus responsabilidades y recibir el honroso batón de la heroicidad con el mismo espíritu revolucionario de sus predecesores para hacer las cosas incluso mucho mejor que ellos. Estoy seguro que esta juventud actual, revolucionaria y con elevado nivel técnico no nos defraudará y será capaz de verter la parte que le ha tocado asumir de la heroicidad en encaminar nuestra sociedad hacia metas muy superiores para lograr que todos vivamos más felices.