Limpios
A los 12 años deberíamos estar entrando, todos, en la edad de las oportunidades. Y conocer el mundo, explorarlo, no debiera terminar, nunca, en perder el rumbo. Pero puede pasar… A los 12 años, a Carlos y Rubén les cambió la vida. El «vuelco», que ahora rememoran, vino de mano de las drogas; y el camino de sucesión de pérdidas que desatan.