¿Fueron los separatistas o los milicianos ucranianos quienes derribaron el Boeing 777 que partió de Ámsterdam con destino al Aeropuerto Internacional de Kuala Lumpur, o fue otra fuerza quien tramó este dramático episodio? Esa podría ser la pregunta más recurrente que en estos días se hagan analistas de todo el planeta, y a partir de ella también pueden estarse tejiendo manipuladoras estrategias para cambiar el rumbo de los acontecimientos. Esta interrogante, no cabe dudas, también se la debe haber formulado el más común de los mortales, estremecido desde que el pasado jueves el vuelo 17 de Malaysia Airlines se desplomó en Ucrania, en la región de Donetsk Oblast.