China y Rusia reiteraron su apoyo a Siria y calificaron el referendo, en el cual 89,4 por ciento de los sirios aprobó una nueva Constitución, de importante paso para convertir al país en un Estado democrático moderno. Medios locales de prensa apuntalan sus titulares sobre el resultado de la consulta popular con notas sobre las declaraciones de las cancillerías de Beijing y Moscú, que coinciden en rechazar una vez más cualquier tipo de interferencia o solución extranjera en el problema sirio.

A partir del incremento de la demanda en China del anticuerpo monoclonal Nimotuzumab para el tratamiento de diferentes tipos de cáncer, la empresa cubano-china Biotech Pharmaceutical Ltd. (BPL) ejecuta inversiones que deberán triplicar su producción e incorporar nuevos productos.

En medio de las crecientes amenazas de guerra de EE.UU. y el régimen de Israel contra Irán, las autoridades chinas aseguraron que Pekín está en contra de cualquier ataque militar contra el país persa. “China se opondrá siempre al uso o la amenaza del uso de la fuerza militar contra cualquier país que busque manipular las relaciones entre los diferentes Estados del mundo”, según ha señalado este lunes el portavoz del ministerio de Asuntos Exteriores de China, Hong Lei.

Un viceministro de Relaciones Exteriores chino estará el próximo viernes y sábado en Siria para colaborar en la búsqueda de una solución a la violencia que se vive en el país, anunció la cancillería de la nación asiática.

El portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores de China, Liu Weimin, rechazó que su país suministre armamento a Siria y calificó de infundadas esas afirmaciones. “Semejantes reproches son totalmente infundados e inadmisibles para China”, aseguró, de acuerdo a un reporte de RIA Novosti. Indicó que China asume con seriedad y responsabilidad la exportación de material bélico, al tiempo que acata los tratados internacionales, leyes nacionales y “mantiene bajo estricto control la totalidad de sus exportaciones militares”.

Ante el veto de Rusia y China en el Consejo de Seguridad de la ONU a sanciones al gobierno sirio de Bashar Assad, planteadas por la coalición que encabezó Estados Unidos en la guerra de agresión contra Libia, más la Liga Árabe, las reacciones del Potomac no se hicieron esperar. Fueron airadas, pero no inesperadas. La magnitud del evento se evidenció cuando el rechazo al veto por la embajadora de Estados Unidos en la ONU (algo “vergonzoso”, dijo) se acompañó con declaraciones de la secretaria de Estado Hillary Clinton y del presidente Barack Obama.