Hace mucho tiempo se discute sobre cuánto “pesa” la música cubana, en el mercado global, reconocida mundialmente por sus cualidades excepcionales. Música y mercado, la indiscutible relación de esos términos en creaciones nacionales recientes y su demanda frente a otras de baja factura en medios alternativos, en tiempos de bombardeos de pésimas letras y ritmos, son puestos Sobre la mesa.

Entre cubanos hay términos que aluden a nuestro esfuerzo incesante por abrirnos paso en medio de múltiples dificultades: la “batalla” o la “lucha”, por ejemplo, sirven para recordar el afán emprendedor, muchas veces en positivo, de los hijos de esta Isla. Pero hay palabras que nos hablan de actitudes menos limpias —como la “búsqueda”— o de invitaciones a “resolver”.

A 140 años de protagonizarse una de las páginas más heroicas de Cuba, analizamos la historia presente y pasada del pueblo cubano, sobre todo, de dónde vienen las posiciones y pensamientos antiimperialistas de esta Revolución. Baraguá guarda la historia que una y otra vez debe ser revisitada.

En el Consejo de Derechos Humanos que sesiona en Suiza, el embajador Pedro Luis Pedroso Cuesta, Representante Permanente de Cuba en Ginebra, llamó a poner fin a las políticas agresivas de Estados Unidos contra Cuba y exigió además la devolución del territorio ocupado ilegalmente por por la Base Naval en Guantánamo.

Los cambios, no tan sutiles ni progresivos, en el ámbito musical, son un tema que la mayoría acepta o aplica esa habilidad de adaptación que hizo que durante millones de años el hombre no construyera una casa porque bastaba con la caverna.

Músicos, críticos y directivos del Instituto de la Música y del Ministerio de Cultura, son invitados a la Mesa Redonda de este viernes para reflexionar sobre la siempre compleja relación de la creación y la producción musical con el mercado en las particulares condiciones de un país como Cuba. ¡Participe con su comentario!