Más de dos mil Shej se reúnen en Trípoli. Son portavoces de la mayor experiencia y mentes más lúcidas en sus tribus. Vienen desde todos los rincones, del este y oeste, del norte y sur de Libia. Los convoca su nación, hoy nuevamente en guerra. Un evento de esta naturaleza se reserva sólo para grandes urgencias. La Primera Conferencia Nacional de las Tribus de Libia fue en 1910, y luego se sucedieron otras cuatro hasta 1922 para debatir cómo derrotar la agresión colonial italiana.

El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, se reunirá hoy con integrantes del comando especial que participó en la operación que culminó con la muerte de Osama bin Laden en Pakistán. A cuatro días del suceso, la cobertura mediática sigue siendo alta y se ha beneficiado la imagen del mandatario, hasta ese momento acorralado por las presiones de los republicanos, las promesas incumplidas y una economía en crisis.

Rusia dijo el viernes que se opone firmemente a cualquier operación extranjera en terreno en Libia y criticó al grupo liderado por Occidente por prometer ayuda a los rebeldes que luchan contra las fuerzas de Muammar Gaddafi. Tras negociaciones con su par chino Yang Jiechi, el ministro de Relaciones Exteriores Sergei Lavrov dijo que la resolución del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas que autorizó la intervención militar en Libia “directa e inequívocamente descarta” operaciones en tierra.

El complejo residencial de la ciudad norteña paquistaní de Abbottabad donde se escondía y resultó muerto el lunes por fuerzas de EEUU el líder de Al Qaeda, Osama bin Laden, será derribado, informó hoy una fuente de seguridad paquistaní. “Derribaremos este edificio al igual que hemos hecho en el pasado (con otros), para evitar que se convierta en un edificio sagrado para los yihadistas”, dijo la fuente citada por el rotativo paquistaní “The News”.

La muerte de Osama Bin Laden en Pakistán, por comandos del Pentágono, sirve de pretexto a legisladores estadounidenses para arremeter contra el Gobierno de Islamabad al acusarlo de evitar combatir a los terroristas. Muchos congresistas están indignados al conocer que el líder de Al Qaeda vivía en una tranquila localidad, cercana a la capital, por lo cual exigen a Washington cortar la ayuda a ese país, comenta hoy el diario The Hill.

No todo fue satisfacción y celebración en la ceremonia presidida ayer en la zona cero por el mandatario estadounidense, Barack Obama. Muchos familiares de las víctimas se quedaron sin poder participar en el acto de homenaje. Otros pedían pruebas que confirmaran que el cuerpo muerto en la operación estadounidense en Pakistán fuera relamente Osama bin Laden.