El presidente estadounidense, Barack Obama, anunció hoy la reducción de 10.000 soldados de Afganistán para el final de este año y de otros 23.000 más para el próximo verano boreal. El plan anunciado por el mandatario desde la Casa Blanca, permitirá así el regreso de Afganistán para el 2012 de un total de 33.000 tropas asociadas con el envío de los 30.000 soldados de refuerzo anunciados en diciembre de 2009.
El frente de países aliados dispuestos a derrocar al régimen del coronel Muamar Gadafi empezó a quebrarse el miércoles, en vísperas de que se cumplan 100 días de la intervención de la OTAN en Libia, tras el pedido de Italia de suspender las operaciones por razones humanitarias. El ministro italiano de Relaciones Exteriores, Franco Frattini, pidió “una suspensión inmediata de hostilidades” en Libia con el fin de organizar corredores humanitarios para ayudar a la población, al comparecer ante una comisión de la Cámara de Diputados.
El Senado estadounidense aprobó este martes la resolución que da carta blanca al presidente Barack Obama para seguir usando la fuerza en Libia, aunque por un plazo de un año. Bajo el título “resolución Kerry-McCain” el documento permite el “uso limitado” de las fuerzas armadas nacionales en el país africano, en apoyo de los intereses nacionales y para cumplir la resolución 1973 del Consejo de Seguridad de la ONU.
Con el título “Afganistán: ¿Qué dejarán los ocupantes?”, la emisión incluyó opiniones de expertos sobre el futuro político, económico y social de la guerra, ante el anuncio mañana del presidente Barack Obama del plan de retiro de las tropas apostadas en el país centroasiático.
Moisés Saab Lorenzo, jefe de redacción de Medio Oriente en la Agencia de Noticias Prensa Latina, resaltó el interés electoral de esta medida por parte de Obama y declaró que el gobierno estadounidense mantendrá el control en la zona mediante contratistas y bases militares.
Agregó que la decisión del mandatario responde a un momento crítico en la carrera por la reelección, en el cual busca reducir el gasto federal de una intervención militar costosa y ya impopular entre los estadounidenses.
La complejidad del conflicto en Libia ha generado extrañas alianzas en los pasillos de poder en Washington, desdibujando las tradicionales líneas partidarias y dividiendo tanto a demócratas como a republicanos. Mientras el presidente Barack Obama ha logrado el apoyo de algunos republicanos de línea dura, incluyendo a su antiguo rival por la Casa Blanca, el senador John McCain, algunos de sus aliados demócratas de izquierda están en pie de guerra.
El Congreso español aprobó el lunes prorrogar indefinidamente la misión de España en la operación militar en Libia bajo comando de la OTAN destinada a impedir los ataques contra la población civil en ese país. Después de un debate que duró cerca de tres horas, todos los parlamentarios, con excepción de la Izquierda Unida (IU) votaron a favor de la petición de una prórroga de la misión hecha por el gobierno del socialista José Luis Rodríguez Zapatero.