La muerte de Osama bin Laden complica una decisión de por sí difícil para el presidente Barack Obama: cómo empezar a poner fin a la guerra en Afganistán, que ya lleva casi un decenio. La razón simbólica para continuar la guerra _capturar al líder de al-Qaida y vengar el 11 Sep, ha desaparecido. Antes de la incursión que mató a bin Laden, crecían las presiones en el Congreso y otros ámbitos para reducir la envergadura y el costo de la presencia militar en Afganistán.

El presidente de Estados Unidos ha decidido no publicar la fotografía del cadáver de Osama Bin Laden, según informa la cadena CBS. La negativa se produce pocos minutos después de que la cadena reconociera que había visto la imagen, definida ayer por la Casa Blanca de “truculenta”. Según la descripción de la cadena, se observa la herida que le provocó a Bin Laden uno de los dos tiros recibidos, el que entró por encima del ojo izquierdo, que le abrió el cráneo y le extrajo parte de la masa encefálica.

Pasan los días y ni una sola foto ha mostrado qué ocurrió exactamente este domingo en Pakistán durante el operativo de fuerzas especiales estadounidenses que ultimaron al líder de la red Al Qaeda, Osama Bin Laden.

Las noticias transmitidas por la Casa Blanca dejan ver fisuras en el supuesto desenlace de los hechos, coincidieron periodistas cubanos invitados al espacio radiotelevisivo nacional Mesa Redonda Informativa.

“Estamos de nuevo en presencia de esa maestría del espectáculo que tiene Estados Unidos y en particular el sistema de poder de ese país”, dijo el analista internacional Leonel Nodal.

Los atentados causaron más de 6.000 heridos, la muerte de 2.973 personas y la desaparición de otras 24,resultando muertos igualmente los 19 terroristas. Sin duda, los cimientos del World Trade Center no fueron lo único que se derrumbó. El impacto afectó, en gran medida, la percepción que el norteamericano tiene de sí mismo y de su país. El atentado sirvió para instaurar la doctrina de la guerra preventiva o el “por si a las moscas, te jodo”, como política exterior del imperio, dejando para la especie humana la incertidumbre de vivir en un mundo forajido.

La legisladora demócrata Barbara Lee llamó hoy al presidente de Estados Unidos, Barack Obama, a poner fin a la guerra en Afganistán y a combatir las verdaderas causas del terrorismo. “Aunque Osama bin Laden ya no está vivo, debemos atajar de verdad las causas originales del terrorismo y comprender que debemos replantear nuestros recursos y estrategia de un modo que nos permita salir de Afganistán”, afirmó Lee en diálogo con la cadena comunitaria de radio y televisión Democracy Now.

Un signo más de los muchos que ilustran la profunda crisis moral de la “civilización occidental y cristiana” que Estados Unidos dice representar lo ofrece la noticia del asesinato de Osama Bin Laden. Más allá del rechazo que nos provocaba el personaje y sus métodos de lucha, la naturaleza de la operación llevada a cabo por los Seals de la Armada de los Estados Unidos es un acto de incalificable barbarie perpetrado bajo las órdenes directas de un personaje que con sus conductas cotidianas deshonra el galardón que le otorgó el Parlamento noruego al consagrarlo como Premio Nobel de la Paz del año 2009.