Mis saludos para el pueblo heroico de Cuba y, en particular, para nuestro querido hermano, líder de la Revolución Cubana, líder revolucionario latinoamericano y caribeño, líder mundial, Fidel -Fidel que está presente en todas estas batallas-, y para Raúl que viene librando estas batallas también desde el Moncada, desde la Sierra Maestra, contra el bloqueo, en Girón, es decir, una batalla por la libertad, una batalla por la democracia, una batalla por la justicia.
En estos tiempos ya no se puede callar a nadie, a nadie se puede callar, o no se debería callar a nadie. Desgraciadamente, en esta reunión en Trinidad y Tobago, en Puerto España, la primera debilidad que yo señalaría es que -como decía Fidel: “la reunión secreta”, y yo agregaría: la reunión censurada-, ahí se impuso la censura, nada más y nada menos que a los jefes de Estado de América Latina y el Caribe, se les censuró.