El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, llegó este martes a El Salvador, última escala de una gira que incluyó a Brasil y Chile y en la que han primado las manifestaciones populares de rechazo por su presencia.
En el periplo sobresalió hasta el momento la propuesta de una Alianza por las Américas, lanzada en Santiago de Chile, que no es más que una copia de la Alianza por el Progreso enarbolada por John Kennedy hace medio siglo supuestamente para ayudar al desarrollo de América Latina y que en realidad perseguía detener el ejemplo de la Revolución Cubana.
Con su iniciativa, Obama dejó claro el propósito imperial de continuar el condicionamiento económico de lo que considera su traspatio, mediante una programa en el que no falta el componente militar y la trillada verborrea.