Un grupo de unos 30 estudiantes secundarios fueron detenidos este lunes tras tratar de ingresar a las oficinas del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) en Santiago, en el marco de protestas estudiantiles realizadas en las últimas semanas contra la privatización de la educación, informó la policía militarizada de carabineros.
La causa estudiantil secundaria y universitaria chilena, que ya lleva casi seis semanas de tomas y movilizaciones, ha concitado la adhesión de buena parte de la ciudadanía y ha recibido el respaldo de líderes de opinión: rostros televisivos, artistas, trabajadores y gente común y corriente. Pero ahora un hecho histórico se suma a las demandas. El apoyo brindado por más de 300 escritores chilenos y extranjeros da más peso a las reivindicaciones estudiantiles por más que la mano –metafóricamente hablando– venga de las plumas. Pero vaya qué plumas.
El cambio de ministros anunciado por el presidente chileno, Sebastián Piñera, en particular la salida del titular de la cartera de Educación, fue calificada por los estudiantes de ese país como una conquista luego de dos meses de protestas del sector en defensa de la enseñanza gratuita. Igualmente, los dirigentes estudiantiles consultados aclararon que con el cambio de Joaquín Lavín en ese ministerio no finalizaron sus luchas en rechazo a la privatización del sistema educativo.
Dirigentes estudiantiles reconocieron que el movimiento por la calidad y gratuidad de la Educación en Chile sufrió un desgaste “natural”, pero aseguraron que se mantendrán firmes y seguirán con sus demandas. “Hay un desgaste importante, pero también hay una convicción mucho más importante de seguir adelante”, afirmó la dirigente Camila Vallejo, presidenta de la Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile.
La Policía se enfrentó a cientos de estudiantes este jueves en el centro de Santiago, donde se realizó la tercera marcha estudiantil en menos de un mes en Chile, para pedir un fortalecimiento de la educación pública, constataron periodistas de la AFP. Agentes policiales lanzaron gases lacrimógenos y chorros de agua en las afueras del palacio presidencial de La Moneda para disolver una manifestación que congregó a miles de personas por la céntrica avenida Alameda y que no contaba con una autorización oficial.
Los estudiantes chilenos, que exigen desde hace semanas educación pública gratuita y de calidad para todos, salen a las calles este jueves por tercera vez en un mes en el marco de una protesta que se ha caracterizado por una gran participación y por su originalidad. En las dos primeras marchas, estudiantes, profesores, rectores y padres unieron su voz en festivas manifestaciones que coparon varias cuadras de la céntrica avenida Alameda y que no alcanzaron a ser opacadas por incidentes menores que se registraron con la Policía.