El mundo, tal y como lo conocemos hoy, que al decir del líder de la revolución cubana, Fidel Castro, requiere de más reflexión, ecuanimidad y sentido común, se comenzó a diseñar desde décadas atrás. Para tratar de establecer una especie de gobierno mundial, posterior a la Segunda Guerra Mundial, se crearon toda una serie de organizaciones a escala internacional, que con sus altas y sus bajas, buscaban mantener el dominio, directa o indirectamente, de los países centro del capitalismo mundial sobre el resto de la humanidad.

El presidente venezolano, Hugo Chávez, felicitó al gobierno y el pueblo de Cuba por el 53 aniversario del triunfo de su revolución, y agradeció el apoyo que ese país ha dado a su proceso hacia el socialismo. Un comunicado oficial de la Cancillería venezolana destacó el apoyo solidario de Cuba en el combate contra la pobreza y la exclusión, y ‘su aporte infinito a nuestra salud y nuestra educación y, por sobre todas las cosas, su ejemplo de indoblegable dignidad’.

El embajador de Cuba en Egipto, Otto Vaillant, destacó hoy el legado revolucionario de la isla caribeña para el Tercer Mundo, y enalteció a su líder histórico, Fidel Castro, como símbolo de humanismo y solidaridad internacional. “Cuba aún lucha por las mismas causas que lo hicieron Fidel (Castro) y (el expresidente egipcio) Gamal Abdel Nasser”, expresó Vaillant al hacer una valoración de los nexos históricos entre La Habana y El Cairo, en una entrevista concedida al programa televisivo Con Embajadores.

Justo en el sitio donde se levanta el Memorial-Biblioteca de Soplillar, lugar intrincado en la geografía cenaguera, sus habitantes rememorarán hoy la primera cena de Fidel Castro con los carboneros en 1959. En los Comités de Defensa de la Revolución (CDR) los lugareños recordarán el día en que el líder de la recién triunfante Revolución Cubana, ayudó a preparar aquella primera cena de Noche Buena, en la humilde vivienda de Rogelio García y Pilar Montano.

Desde el mismo instante en que el joven Fidel Castro encaminó sus pasos por el camino de la Revolución, ya concebía la imperiosa necesidad de provocar un cambio radical en la situación social existente en Cuba. Frente a décadas de ignorancia y sumisión, el saber debía oponerse a tanta miseria y desesperación. No era, por tanto, asombroso que enunciara un peculiar programa durante el juicio por los sucesos del Moncada, donde descarnaba crudamente el crítico panorama de Cuba y las alternativas para revertirlo. Triunfar y ponerlas en práctica, fue cuestión priorizada para la joven Revolución.

De conquista de pueblo fue calificada hoy la Campaña de Alfabetización de 1961, en el espacio televisivo de la Mesa Redonda, dedicada al aniversario 50 de esta epopeya, destinada a erradicar la ignorancia en toda Cuba.

La doctora Berarda Salabarría, responsable entonces de la Sección Técnica de la Comisión Nacional de Alfabetización, subrayó que los esfuerzos por llevar las letras a todos los rincones de la geografía insular no fue un hecho fortuito y sí un sueño gestado en la Sierra Maestra.

Señaló el discurso del Comandante en Jefe Fidel Castro, líder histórico de la Revolución Cubana, en la Organización de Naciones Unidas, el 26 de septiembre de 1960, como el punto de partida para la gran movilización culminada un año después.