Oficiales del Servicio Aéreo Especial británico (SAS) están en Libia para encontrar a Muammar Gaddafi mientras su hijo, Seif al-Islam promete continuar luchando, indica un informe. Un gran número de oficiales del SAS han llegado a las costas libias para iniciar la cacería de Gaddafi y sus partidarios, afirmaron fuentes en Libia a la británica ITV News el miércoles.
Los poderes imperiales, a través de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), se aprestan a nuevas aventuras bélicas contra otros países, tras desatar la barbarie y propiciar el caos en Libia. Panelistas de la Mesa Redonda de la televisión y la radio cubanas analizaron este lunes la actual situación en la nación del norte de África y anticiparon que las fuerzas intervencionistas albergan nuevos propósitos de conquista geopolítica y saqueo económico.
La periodista Ana Teresa Vadía pasó revista a la información sobre Libia en Internet, donde algunas fuentes citan riesgos graves de epidemias sanitarias por la falta de agua y medicamentos, junto con la existencia de cadáveres insepultos, situación que se agrava aún más por la ausencia de un liderazgo político en la capital, Trípoli.
Países influyentes de la OTAN como Reino Unido y Francia, tuvieron que jugar sucio para ganar la guerra en Libia, y ahora, exponen argumentos para justificar la cacería a muerte emprendida contra Maumar Gadafi. A medida que la guerra civil en Libia se aproxima su fase final con Gadafi prófugo, combates en el sur de Tripoli y sangrientas matanzas por parte de ambos bandos, la OTAN es de nuevo el centro de la atención. Según la prensa, Inglaterra, Francia, Qatar y Jordania, infiltraron de forma clandestina unidades militares en el territorio libio para ayudar directamente a las agrupaciones armadas rebeldes durante los combates para la ocupación de ciudades, y de forma muy especial durante el asalto final a Trípoli la semana pasada.
Desde que empezó la intervención y masacre al pueblo libio por parte de la OTAN en contubernio con los mal llamados “Rebeldes de Benghazi”, se repitió continuamente en todos los medios occidentales que Gaddafi estaba pagando ingentes cantidades de dinero reclutando a mercenarios negros venidos de países limítrofes. Esta idea pareció extenderse como la pólvora hasta instalarse en el imaginario social occidental de tal forma que la imágenes que veíamos en ocasiones sobre capturas y asesinatos a sangre fría de supuestos soldados negros leales al gobierno de Gadafi parecía tratarse de esto mismo: mercenarios negros contratados por Gaddafi.
Mientras escribo estas líneas, el derecho internacional es nuevamente atropellado por un sistema mundial que ha demostrado una vez más como a fuerza de fuego y sangre, la voz de unos pocos se impone a todo el mundo, en una clara –y triste- explicación de lo que consiste el imperialismo y sus lógicas de funcionamiento. ¿Razonamientos? ¿Leyes? ¿Derechos Humanos? Pues la práctica deja ver que para nada son principios universales pues valen solamente para algunos… ¡y a veces!
Joven vuelca un bote de pintura roja sobre el Secretario General de la OTAN Rassmussen y lo llaman criminal de guerra. Pintura roja sobre Rassmussen, como la sangre de los libios, los afganos y los iraquís que sus tropas están matando.