El 11 de junio se cumplen tres meses de uno de los peores sismos en la historia de Japón, que fue seguido por un potente tsunami con olas de hasta diez metros de altura. Este día los japoneses recuerdan la fatal tragedia saliendo a las calles para protestar por la incierta situación en la averiada central atómica de Fukushima-1.
En el programa Toda Venezuela, que transmite Venezolana de Televisión, Segarra explicó que los índices sociales están descendiendo en España, como el empleo o la economía, lo que ha comenzado a preocupar a los ciudadanos de ese país. Se ha comenzado a experimentar un incremento en la emigración de los españoles hacia países latinoamericanos, cuando tradicionalmente eran personas provenientes de los países del sur los que se movían hacia el norte en busca de mejores condiciones, dijo.
Cargando una foto de Julieta, desaparecida hace 10 años, Consuelo Valenzuela marcha junto a su otra hija y su nieta para pedir el fin de la violencia en la mexicana Ciudad Juárez, conocida antes de que el narcotráfico ensangrentara sus calles por los “feminicidios”. No es raro por eso que testimonios de la abuela en la tarea de portar el retrato. La adolescente, con lentes cuadrados que dejan ver su rostro cuidadosamente maquillado, cuenta que es difícil ser una joven en Ciudad Juárez. “Uno no puede salir con libertad a la calle, cuando quieres ir a un lugar o salir con alguien, siempre te quedas pensando que te puede pasar algo”.
Los ‘indignados’ han protagonizado hoy un asalto sorpresa a la sede de la CEOE en Madrid para protestar contra la reforma de la negociación colectiva. Hace unos minutos alrededor de veinticinco personas han entrado en el edificio que la CEOE tiene en Madrid y se han quedado en la recepción. Allí han comenzado a corear algunas de las consignas que vienen repitiéndose desde el inicio del movimiento. Una de las más gritadas ha sido la de “¡Manos arriba, esto es un contrato!”.
Juan Ponce ha estrenado hoy su escaño en las Cortes Valencianas con un porrazo. “Salí a despedir a mi madre y a mi hermana, tras el acto de constitución de le legislatura, y me convertí en protagonista de diez minutos de tensión y palos”, asegura el diputado de la coalición Compromís, que ha recibido un golpe en su brazo derecho durante la carga contra los indignados de Valencia. “Las porras volaban”, recuerda mientras se recupera de la crisis nerviosa.
¿Qué perderían los árabes hoy si desaparecieran todos sus regímenes? La respuesta a esta pregunta define ya el valor y nivel de dichos regímenes. Lo más probable es que la inmensa mayoría de los árabes contesten: no perderíamos nada. No obstante, esta misma respuesta es la que convierte a la acción por cambiar dichos regímenes en una suprema responsabilidad histórica, tanto cultural como humana.