Fidel se va victorioso, invicto de todas las batallas (+ Video)
Ya está hueca y sin lumbre aquella cabeza altiva que fue cuna de tanta idea grandiosa y mudos aquellos labios que hablaron la lengua tan varonil y tan gallarda, y yerta aquella mano que fue sostén siempre de pluma honrada, sierva de amor y al mal rebelde. Llorarlo fuera poco. Estudiar sus virtudes e imitarlas es el único homenaje grato a las grandes naturalezas y digno de ellas. La muerte es una victoria, y cuando se ha vivido bien el féretro es un carro de triunfo.