Colaboradores internacionalistas cubanos en Bolivia aseguran que al Comandante Ernesto Che Guevara no lo desaparecieron físicamente en el humilde poblado de La Higuera aquel 9 de octubre de 1967. Desde ese paraje recóndito en las altas estribaciones de la serranía andina, las ideas y valores del mítico revolucionario se esparcieron por otras tierras hasta convertirse en la esperanza de un mundo mejor posible, señalan.
A 44 años de su asesinato en este humilde poblado boliviano, el mítico revolucionario Ernesto Ché Guevara está hoy más presente en la obra de médicos, educadores y diplomáticos internacionalistas. Desde la vigencia de su vida, acción y obra, así lo recordarán aquí cientos de personas que viajaron hasta esta región oriental boliviana para recorrer sitios históricos como la réplica de la escuelita donde fue asesinado Ché Guevara un 9 de octubre, pero de 1967.
Si se quiere “globalizar la verdad, la esperanza, la dignidad y la solidaridad, hay que luchar a fondo contra la mentira y la manipulación”, aseguró Ricardo Alarcón de Quesada, presidente de la Asamblea Nacional del Poder Popular de Cuba, quien agregó que ante la excarcelación de René González Sehwerert –hoy 7 de octubre–, la verdad tocará a las puertas de Washington y el gobierno estadunidense deberá decidir a quién va a proteger, si a quien mantuvo durante 13 años preso injustamente o a los grupos terroristas que trabajaban contra de Cuba.
René González, uno de los cinco hombres conocidos como los Cinco Cubanos, saldrá hoy de la Prisión Federal en Marianna, Florida. René saldrá con su frente en alto después de más de 13 años en prisión, cumpliendo con completa dignidad su absolutamente injusta condena. Él ha sido un prisionero modelo, a pesar de haber estado sufriendo la vejación de ser inhumanamente privado de las visitas de su esposa, por más de 11 años.
Algunos aseguran que el paso del tiempo desdibuja acontecimientos y hasta hace olvidarlos, ¿qué significación confiere el transcurso de 35 años a aquel terrible y aun impune acontecimiento? -El hecho de que un suceso tan bárbaro como ese, que arrancó la vida a 73 personas, se haya mantenido impune durante 35 años significa, en primer lugar, la evidente complicidad del Gobierno de los Estados Unidos con quienes, luego de servirle durante mucho tiempo desde la CIA, prepararon y comandaron la ejecución del zarpazo, una abominable venganza contra la nación que para siempre escapó de su dominio neocolonial.
Las continuas violaciones del sistema de justicia de Estados Unidos contra cinco antiterroristas cubanos y tres presos políticos de Puerto Rico, convierten hoy a ambas naciones caribeñas en víctimas de un mismo culpable. Fernando González, Ramón Labañino, Antonio Guerrero, Gerardo Hernández y René González, cumplen severas condenas por informar sobre planes de acciones violentas contra la mayor de las Antillas, fraguados por grupos terroristas basados en territorio norteamericano.