La magnitud de los daños provocados por el terremoto de nueve grados que afectó el noreste de Japón el viernes último, incluidas tres plantas termonucleares, y del tsunami que arrasó edificios, vehículos, industrias y embarcaciones, y ha causado decenas de miles de víctimas. El máster José Fidel Santana Núñez, presidente de la Agencia Nuclear de Cuba, explicó que Japón dispone de 54 reactores nucleares, en cuyo diseño, que data de 30 años, no están contemplados probables daños por un terremoto de nueve grados en la escala Richter, sino de hasta siete.

El primer grupo de la brigada médica cubana Henry Reeve, que contribuyó a contrarrestar la epidemia de cólera en Haití, regresó hoy a Cuba por el aeropuerto internacional Antonio Maceo de esta ciudad.

Una segunda explosión sacudió este lunes la estación nuclear de Fukushima Daiichi, en el este de Japón, creando una gran columna de humo y despertando nuevos temores de un escape de radiactividad. La compañía operadora de la planta, la Tokyo Electric Power Co. (TEPCO), señaló en conferencia de prensa que se habría tratado de una explosión de hidrógeno en el reactor número tres, y que 11 trabajadores se encontraban heridos. Ya se había producido un estallido en la planta el sábado, en el reactor número uno.

Hace cuatro días, Otsuchi era otra localidad costera más de Japón, un destino para los amantes del surf y de las playas remotas. Hoy, en medio de un mar de devastación, sólo quedan en pie un supermercado y un templo budista. Al igual que la mayor parte del noreste de Japón, Otsuchi se vio afectada el viernes por un gran terremoto y un tsunami posterior que arrasó con todo. Las autoridades temen que más de la mitad de la población de 19.000 habitantes esté sepultada bajo los escombros.

La viceministra colombiana para asuntos multilaterales, Patti Londoño Jaramillo, destacó en esta capital la importancia que posee hoy la labor de más de una década de los médicos cubanos en Haití.

En un país acostumbrado a los terremotos, este seísmo es de particular importancia por su gran magnitud -es el más importante del último siglo- y porque, al ocurrir mar adentro, ha provocado un tsunami con olas de hasta 10 metros que han tocado tierra de manera destructiva.