Reportaje sobre los hechos que confluyeron para que esta enfermedad avanzara hasta convertirse en una epidemia que afectaría a 400 mil personas y se convirtiera en una seria amenaza para los demás pueblos de América Latina y del Caribe.

El número de muertos en Haití por la epidemia de cólera supera los 4 mil 737 y la cifra puede aumentar en meses venideros.

La localidad con mayor cantidad de fallecimientos por esta causa (cerca de 893)es la capital, seguido de la norteña Antibonite (884) y la suroriental Grand Anse (830).

Incansable fue la labor de los cooperantes cubanos en Haití para lograr reducir el índice de mortalidad del cólera, que provocó cerca de 5 000 muertos desde que se desatara en octubre pasado, a unos meses del fuerte terremoto que devastó a esa nación caribeña.

Ciento 30 cooperantes cubanos de la Brigada Internacional Henry Reeve para el control de desastres y grandes epidemias regresaron a Cuba en los últimos días con la satisfacción de haber reducido a cero coma 38% la letalidad del cólera en territorio haitiano, luego de cuatro meses de combatir ese mal.

En 67 puntos del vecino país se destacaron los médicos cubanos que lograron salvar a más de 71 000 pobladores y alcanzar el índice de mortalidad más bajo entre las fuerzas internacionales que combaten aún la epidemia en la nación caribeña.

Un ejemplo de humanismo y sensibilidad dieron al mundo en estos cuatro meses los cooperantes cubanos, cuya mayor parte aún permanece en Haití trabajando para paliar los efectos de la enfermedad en el empobrecido país.

Vital para lograr contrarrestar el cólera fue la puesta en práctica de la idea del máximo líder de la revolución cubana, Fidel Castro, de crear un grupo de pesquisa activa para buscar enfermos en las regiones más apartadas y humildes.

Esa iniciativa posibilitó encontrar a más de 5 000 pacientes aquejados del mal, a los que se le dio atención temprana en los centros de tratamiento hasta su total recuperación.

La Mayor de las Antillas, que desde hace once años presta colaboración a Haití en la esfera de la salud, ha vuelto a dar una lección al mundo de humanismo y solidaridad, principios que rigen a la revolución, que nunca ha abandonado a su suerte a los pueblos más necesitados.

Estados Unidos, comentó, prometió mil 150 millones de dólares, pero el flujo de esa ayuda todavía se encuentra demorado, pendiente de la aprobación del Congreso norteamericano, cuando ya pasó un año de la tragedia del terremoto de 12 de enero del 2010.

Las condiciones de vida de los haitianos siguen siendo infrahumanas; las familias viven en las calles, hay problemas de inseguridad, la gente no tiene trabajo y los hospitales en general no funcionan bien.

El desvastador terremoto y las condiciones de extrema pobreza posibilitaron el aumento de los casos de cólera.

El número de muertos en Haití por la epidemia de cólera supera los 4 mil 737.

La epidemia ha afectado a 252.640 personas, de las que 136.275 han requerido hospitalización, pero 133.407 recibieron el alta médica tras recuperarse del brote.

La ONU sigue liderando los esfuerzos humanitarios y de reconstrucción del país, pero nuevos y antiguos donantes solo piensan en ganar liderazgo y protagonismo con su presencia en Puerto Príncipe.

La Mayor de las Antillas, que desde hace once años presta colaboración a Haití en la esfera de la salud, ha vuelto a dar una lección al mundo de humanismo y solidaridad