Nuevamente “El Mundo a mitad de semana” fue el tema de la Mesa Redonda Informativa de este miércoles en la que destacados periodistas y analistas internacionales comentaron recientes acontecimientos de este controvertido planeta en el que bombardeos, represiones, terremotos y golpes de estado son noticias comunes.

La guerra en Costa de Marfil, el papel de la ONU y la intervención extranjera fue el tema principal del programa radiotelevisivo en el que también se presentó el documental “Un Golpe y una Carta”, sobre los sucesos de abril de dos mil dos en Venezuela.

París no llama la atención en estos días por la grandeza de su Torre Eiffel o las bellezas que se presentan en el Museo del Louvre, sino por los nuevos aires colonialistas que retornan al Palacio del Elíseo, la casa de gobierno francesa, indicó el Jefe de la Redacción de África y Medio Oriente de la Agencia de Noticias Prensa Latina, Moisés Saab

Al parecer el gobierno conservador de Nicolás Sarkozy ha querido volver a interpretar su papel protagónico como metrópoli colonial en el continente africano, dijo, primero su voraz agresividad contra Libia y ahora la postura imperial sobre Abiyán.

“Triste, pero cierto, la ciudad luz regresa sus garras sobre el continente negro”.

Costa de Marfil es el principal motor económico de África Occidental y si el caos readueña de esa nación, la economía de esa región sufrirá un golpe muy duro, añadió.

Algunos de los países vecinos más pobres, como Malí y Burkina Faso, difícilmente serían capaces de absorber el retorno de millones de ciudadanos y este hecho, a su vez, podría llevar a su propia desestabilización. Otros estados frágiles, como Guinea y Liberia, también podrían verse salpicados por el conflicto marfileño, comentó.

En tal sentido, la profesora del Instituto Superior de Relaciones Internacionales María Elena Álvarez, recordó la aceptación del Ministro de Exteriores francés, Alain Juppe, sobre la implicación militar de ese país en la crisis de Costa de Marfil.

En la historia de Costa de Marfil el éxito es sucedido por el desastre. Desde su independencia de Francia en la década de los 60, el país africano, el mayor productor mundial de cacao, disfrutó una prosperidad excepcional.

Los años de bonanza del sector del cacao y del café atrajeron a miles de inmigrantes de países vecinos, sobre todo Burkina Faso, en busca de trabajo en las plantaciones.

Sin embargo, cuando a mitad de los 90 la economía de esa nación se estancó, algunos políticos inescrupulosos utilizaron la gran cantidad de residentes extranjeros -más de un cuarto de una población total de 21 millones- como pretexto para fomentar el resentimiento social.

De manos cruzadas o amarradas, da igual, la ONU no hace nada. Una Asamblea que no es tan General, acepta; mientras el Consejo de Seguridad, o de Guerra ¿me pregunto? Decide. Primero excluyó una zona aérea para que Libia fuera atacada y ahora abre las puertas para el retorno colonial a Costa de Marfil.

Mientras tanto África, un continente con tantos problemas como riquezas sufre y padece, recordó el periodista de Prensa Latina Mosés Saab.

(Con información de Radio Rebelde)

Al parecer el gobierno conservador de Nicolás Sarkozy ha querido volver a interpretar su papel protagónico como metrópoli colonial en el continente africano.

De manos cruzadas o amarradas, da igual, la ONU no hace nada. Primero excluyó una zona aérea para que Libia fuera atacada y ahora abre las puertas para el retorno colonial a Costa de Marfil.

Costa de Marfil es el principal motor económico de África Occidental y si el caos readueña de esa nación, la economía de esa región sufrirá un golpe muy duro.

Se presentó el documental "Un Golpe y una Carta", sobre los sucesos de abril de dos mil dos en Venezuela.

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