Los embates de la crisis mundial calan menos en América Latina. Lo señala el crecimiento económico ostentado por la región en la actualidad. Aun así, el continente lleva en sus venas, los vestigios de la desigualdad y pobreza que por largos años lo ha lacerado.

A esa conclusión llegaron este martes, analistas del Centro de Investigaciones de la Economía Mundial en la Mesa Redonda Informativa, titulada Latinoamérica ante los desafíos de la crisis.

En un recuento histórico de los efectos de crisis económicas anteriores, la máster Lidia Llizo explicó en cifras cómo hoy las exportaciones e importaciones hechas en los países ubicados del río Bravo a la Patagonia, perciben avances.

La especialista enfatizó que “cuando uno analiza qué es lo que ha pasado con la economía estadounidense o la europea, ve que la crisis se encuentra muy presente, es decir, casi todos los indicadores han caído. Ahora, cuando uno analiza estos números, estos indicadores macroeconómicos, pareciera que Latinoamérica no ha sido tan influenciada por esta crisis”.

Latinoamérica se ubica hoy en una situación atípica y alejada de los debates financieros que enfrentan Estados Unidos y Europa. El control de sus reservas y del déficit fiscal, la comercialización con China y la alta cotización de la materia prima producida por la región, son algunos resultados que exhibe el llamado Nuevo Mundo, según valoró Osvaldo Martínez, director del Centro de Investigaciones de la Economía Mundial.

Martínez afirmó que en estos momentos “estamos viendo una situación atípica de una crisis fuerte en Estados Unidos, en Europa, en Japón…, y en cambio una cierta o relativa bonanza económica en América Latina. Lo cual, como veremos, no va a evitar la profunda desigualdad social ni los efectos del capitalismo subdesarrollado latinoamericano”.

A pesar de la reducción de las tasas de desempleo, del control del crecimiento demográfico, el continente se resiente en el plano social y no reduce sus índices de pobreza, algo preocupante al decir de la doctora Blanca Munster.

“Lo que han logrado reducir es la intensidad de la pobreza no la pobreza como tal”, dijo Munster.

Es necesario romper la arquitectura actual para lograr un equilibrio entre el desarrollo global y la manera en que viven los latinoamericanos.

Construir en bien de sus pobladores es la palabra que reta a América Latina. Lo han propuesto UNASUR y los gobiernos progresistas de la región. También los panelistas de la Mesa Redonda Informativa de este martes.

(Con información de Radio Rebelde)