Por: Vladia Rubio, CubaSí
La cultura es el alma de la nación, como afirmaba Fernando Ortiz, y eso es lo que está en juego si nos equivocamos en términos de política cultural. Yo estoy absolutamente convencido de que no nos vamos a equivocar. La cultura va a tener esa subvención, todo el respeto del Partido y de la dirección del gobierno, afirmó el ministro de ese ramo, Abel Prieto, como conclusión del programa Mesa Redonda de este jueves, dedicado a los desafíos de la cultura cubana en el momento actual.
El titular subrayó la tremenda fuerza que el país tiene en su cultura, y que habrá de acompañarnos, dijo, ante los tremendos retos que tenemos, y va a estar ayudando a la calidad de vida de la población en momentos difíciles. Y no podemos retroceder, sentenció, tenemos que hacer masivo el movimiento de aficionados, pero sin aspirar a una profesionalización masiva.
En ese sentido destacó como lo más importante de ese movimiento, del quehacer de los instructores de arte y de la cultura popular en general, su potencialidad para formar ciudadanos con buen gusto, capaces de convivir y disfrutar con la cultura, y con una riqueza espiritual nueva, a la vez que se afianzan los sentidos de pertenencia.
Acerca del desempeño de los instructores de arte, la mayoría concentrados en la Brigada José Martí, comentó acerca de cómo ayudan a que esa capacidad para apreciar las artes y lo hermoso sea cada vez más masiva. En ese diseño, sentenció, está la utopía de Fidel, de Raúl: profesionales del más alto nivel y un público seguidor y amante de la cultura como el mejor antídoto frente al consumismo y la chabacanería pseudo cultural que nos inunda.
Sobre la tesis de que cada familia no puede aspirar a que su niño sea convierta en un profesional de las artes y resumiendo lo que corresponde a la enseñanza artística, jocosamente apuntó que “no podemos pensar en un país de once millones de artistas profesionales porque nos vamos a morir cantando maravillosamente, pero de hambre. Nuestro último aliento va a sonar, dijo, realmente con una melodía postrera maravillosa, pero moriremos sin duda de manera inevitable”.
Entre las intervenciones que nutrieron la Mesa Redonda, marcada por la singularidad de responder a interrogantes de la población, se incluyó la del presidente del Instituto Cubano de la Música, Orlando Vistel, quien, entre otras inquietudes, esclareció las referidas a altos precios para acceder a las presentaciones de algunos artistas fuera de la capital, así como a la divulgación de letras obscenas o chabacanas en discos y medios de comunicación.
A propósito de la primera interrogante, el directivo precisó que tales precios elevados son debidos no a una política institucional, que ha fijado topes al respecto, sino al “entusiasmo” de los territorios que lleva a hacer contrataciones de espaldas a las instituciones que representan a los artistas.
En cuanto a la difusión de letras chabacanas, que nada tienen que ver con nuestra auténtica cultura, refirió que ello tampoco es política de la institución que dirige ni del país, y reprobó tales composiciones, entre ellas “El Chupi Chupi”. A esta última la calificó de “horrible ejemplo” que “se coló por una fisura” porque ese video clip, puntualizó, no fue realizado por ninguna institución artística; el número había sido presentado a la EGREM y reprobado por esa disquera.
Como una de las preguntas versaba justamente sobre ese tema, abundó en que nuestras disqueras no graban ese tipo de música y desde hace nueve años son analizados en el Instituto de la Música todos los planes temáticos. No obstante, explicó que la propagación de las tecnologías facilita realizar a particulares grabaciones de óptima calidad aun cuando no sea así en el caso del contenido.
Pero una cosa es grabar fuera de una disquera -aclaró-, y otra la difusión, que debe contribuir a filtrar que lo difundido se corresponda con la política musical, la cual no excluye géneros sino chabacanerías.
Vistel rememoró que la historia de la música cubana está llena de la picaresca, representada por figuras como Ñico Saquito, El Guayabero, y en el presente por Tony Ávila, entre otros nuevos valores. Pero se trata, aclaró, de enfoques artísticos que nada tienen que ver con el mal gusto del número mencionado.
Vistel subrayó que no siempre la fama es sinónimo de talento, y a propósito de tal verdad se lamentó de cómo prestigiosas figuras y agrupaciones musicales no son lo suficientemente demandadas. En ese sentido hizo mención de las bandas de música, que hoy suman 127 en toda la Isla, y también de las orquestas sinfónicas, seis en total.
En cuanto a cómo repromueve el hábito de lectura en este presente donde los audiovisuales y las nuevas tecnologías representan una fuerte competencia, la presidenta del Instituto Cubano del Libro (ICL) , Zuleica Romay, respondió a interrogantes sobre los precios de libros y a la desigualdad en las ofertas durante el año, reservándose lo fundamental para la Feria Internacional del Libro.
Luego de recordar que la lectura está en la base de la cultura, Romay insistió en seguir apostando por las primeras edades como punto de partida para incorporar los hábitos de lectura, y enfatizó en la importancia de la alianza bibliotecas-escuelas-librerías. Informó que en los últimos años, pese al encarecimiento del costo del papel a nivel mundial, se ha logrado estabilizar la producción editorial que alcanza cerca de 800 títulos y más de cuatro millones de ejemplares, a la vez que se diversifican géneros y temas.
La presidenta del ICL abundó también en la vitalidad del movimiento de escritores cubanos señalando que “todavía nuestros esfuerzos están por debajo de la capacidad creativa de nuestros autores”. Reconoció la diferencia entre las ofertas para la Feria del Libro y las que tienen lugar el resto del año, y afirmó que “tenemos que adaptar nuestros procesos productivos para imprimir los libros en cualquier momento del año.”
En ese sentido dio a conocer que, aun cuando el precio del papel gaceta se ha elevado en un 35 por ciento y el del papel bond en un 40, para el venidero 2012 contaremos con la posibilidad desde el principio del año de producir libros, cuyos precios, aclaró, son ampliamente subsidiados por el estado.
Zuleyca destacó que hoy los principales empeños del ICL están encaminados a la promoción y comercialización de libros y revistas literarias y culturales, de las cuales existen más de 60.
Las intervenciones de todos los directivos que tomaron parte en la Mesa Redonda ratificaron la convicción expresada por el viceministro de Cultura Rafael Bernal, quien, al inicio del programa recordó una importante sentencia del miembro del Buró Político Esteban Lazo: En Cuba no puede producirse un apagón cultural.
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