Por: Lianet Leandro López, AIN

El alto precio de los alimentos, el cambio climático, y la falta de correspondencia entre la producción de nutrientes y el crecimiento poblacional, constituyen factores que mantendrán la crisis alimentaria mundial en el presente año.

Marcio Porto, representante de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) en Cuba, comentó este miércoles en el programa televisivo Mesa Redonda, las posibles acciones a realizar internacionalmente para frenar un fenómeno que afecta a más de mil millones de personas.

El funcionario hizo énfasis en la obligación de los gobiernos del planeta de proteger recursos naturales como el agua y los suelos, y de invertir en producciones agrícolas y en tecnología e investigación científica en ese sector, con el objetivo de diversificar los cultivos y lograr la sostenibilidad.

Señaló como ejemplos a seguir, de cara a la crisis global del capitalismo, los programas cubanos de agricultura urbana y suburbana, que permitieron un ahorro en transporte, combustible y otros insumos en los duros años del Período Especial, luego de la caída del campo socialista europeo.

Sobre el cambio climático, Porto precisó que aunque ya no se pueden revertir sus efectos nocivos a corto plazo, se deben estimular estrategias para adaptarse a las condiciones del clima, como la cría o siembra de especies más resistentes a la sequía, las heladas o las intensas lluvias.

En la Mesa Redonda se debatió, además, sobre la influencia del precio del petróleo en la tendencia creciente del costo de los alimentos, pues a medida que se incrementa el primero, se ejecutan mayores inversiones en la obtención de agrocombustibles, a partir de materias primas alimentarias.

Al respecto, Ramón Pich Madruga, subdirector del Centro de Investigaciones de la Economía Mundial de la Universidad de La Habana, destacó que en Estados Unidos, por ejemplo, el 40 por ciento de las cosechas de maíz de los últimos dos años se destinaron a la elaboración de agroetanol.

El especialista añadió que el alza de los precios de los combustibles fósiles incide también en otros insumos fundamentales de la cadena agroalimentaria como son la transportación, el riego, la fertilización y manufactura.

Ambos disertantes coincidieron en la importancia de los mecanismos de integración regionales como la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC), constituida recientemente, para propiciar mejores aprovechamientos de las riquezas potenciales de los países en desarrollo.

Actualmente, las zonas del sudeste de Asia y el Pacífico y de África Subsahariana concentran la mayor cantidad de personas desnutridas, con un 60 y un 26 por ciento, respectivamente, en tanto 22 países del mundo se mantienen en situación de crisis alimentaria continuada.

El alto precio de los alimentos, el cambio climático, y la falta de correspondencia entre la producción de nutrientes y el crecimiento poblacional, constituyen factores que mantendrán la crisis alimentaria mundial en el presente año. Foto: Juan Carlos Alejo

El representante de la FAO mencionó como ejemplos a seguir, de cara a la crisis global del capitalismo, los programas cubanos de agricultura urbana y suburbana. Foto: PerlaVisión

Marcio Porto, representante de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) en Cuba, comentó las posibles acciones a realizar internacionalmente para frenar un fenómeno que afecta a más de mil millones de personas. Foto: Juan Carlos Alejo

Las zonas del sudeste de Asia y el Pacífico y de África Subsahariana concentran la mayor cantidad de personas desnutridas, con un 60 y un 26 por ciento, respectivamente, en tanto 22 países del mundo se mantienen en situación de crisis alimentaria continuada.

Ramón Pich Madruga, subdirector del Centro de Investigaciones de la Economía Mundial de la Universidad de La Habana, destacó que en Estados Unidos, por ejemplo, el 40 por ciento de las cosechas de maíz de los últimos dos años se destinaron a la elaboración de agroetanol. Foto: Juan Carlos Alejo