Siria e Irán: escenarios de la lucha imperial (+ Video)
Por Juana Carrasco Martín, especial para la Mesa Redonda
Los combates entre fuerzas insurgentes, grupos opositores y grupos terroristas, con las fuerzas del gobierno de Bashar al Assad se han extendido por toda Siria, pero los enfrentamientos más importantes son Damasco, la capital, y Alepo, la segunda ciudad y capital económica. La situación empeora, porque los observadores de la ONU concluyeron su misión, y está claro que hay tres conflictos en el escenario: el internacional, donde Estados Unidos seguido de otras potencias occidentales dicta las normas a un país soberano; la turbulencia interna que pudo haberse aplacado o resuelto dentro de las fronteras sirias; y el conflicto regional, activado por los países del entorno que siempre han visto en Siria un vecino incómodo por sus relaciones con Irán. E Irán es el objetivo en la mira de la estrategia imperial de dominación para un eje —muy vinculado al petróleo y sus rutas de tránsito— que se extiende desde el Norte de África y llega hasta la India, el bajo vientre de Rusia. De ahí que sea tan difícil implementar una solución negociada, política, del conflicto sirio.
Siria e Irán: escenarios de la lucha imperial, esos fueron los temas que los periodistas Leonel Nodal, Jorge Luis Rodríguez González y el ex embajador y escritor Ernesto Gómez Abascal, bajo la conducción de Cristina Escobar Hernández, trataron en la Mesa Redonda informativa de la Televisión Cubana, el martes 21 de agosto.
Aunque el dato varía, en junio la ONU decía que el 40 por ciento del territorio del país levantino está bajo el control de la insurgencia, pero en su mayoría es área rural más despoblada, y los combates se centran en las dos ciudades más importantes, bien distante una de la otra, porque eso les permitiría a quienes quieren derrocar a Bashar al Assad, afianzar el área que dominan. En esa línea Damasco-Alepo se concentran ocho millones de habitantes, un tercio de la población siria, y Alepo está a unos 50 kilómetros de la frontera turca, y su control le permitiría a los insurgentes el aseguramiento de la logística que suministran Turquía, otros países de la región del Golfo Pérsico, Estados Unidos, Gran Bretaña, Alemania y Francia.
En Alepo, una ciudad que siempre ha mostrado apoyo a Al Assad, al igual que Damasco, los insurgentes entran y salen de algunos barrios, sin lograr dominar la ciudad, pero los grandes medios occidentales y árabes afirman que sí tienen el control, con el objetivo de darles visibilidad internacional y aval para el financiamiento desde el exterior, que llaman en Occidente ayuda no-letal (armas, logística, comunicaciones), pero no el armamento pesado que piden con urgencia, porque tampoco los protagonistas internacionales confían en sus mercenarios, incluso lo admitió el canciller francés. Está el temor de que se instaure en Damasco un gobierno extremista islámico.
También parece que el gobierno de Barack Obama encontró la excusa para atacar en algún momento a Siria y dijo que no crucen la línea roja que supondría utilizar armas de destrucción masiva, porque esto tendría consecuencias, dictando así conducta a un país soberano, cuando son ellos precisamente los que fabrican las armas químicas, pero ya se crea desde la prensa un ambiente sobre ese armamento.
Se llamó la atención sobre el hecho de que Israel posee armas nucleares y amenaza continuamente con atacar a Irán y nadie se alarma en ese caso.
Por supuesto, Rusia y China, que favorecen una solución política negociada al sangriento conflicto, también se oponen a una utilización de armas químicas. Pero los pasos que se dieron en un momento y pudieran haber aplacado la turbulencia interna, como las elecciones que ampliaron el parlamento con una participación pluripartidista y en los que han estado participando grupos opositores no armados, han sido silenciados por los medios occidentales, y esos sectores a duras penas han tratado de que se escuchen estos otros criterios.
Ahora hay nuevas propuestas del gobierno de Damasco, expresadas por el primer ministro, para buscar la solución política y que regrese la paz y la calma, pero son desechadas por Occidente. También hay un nuevo negociador de la ONU, Brahimi, ex canciller argelino, y puede hablarse en lengua árabe. Podría buscarse un gobierno de transición, una solución política que regrese la paz y la calma.
Pero se quiere negociar con el garrote en la mano con un gobierno que ha demostrado que puede enfrentar una guerra de largo alcance y la oposición armada sigue envalentonada por las declaraciones desde el Occidente y cree que puede llevar a Estados Unidos a la opción militar.
Hay que seguir de cerca los acontecimientos y ver que puede suceder en los próximos días, en Siria, donde el gobierno ha enfrentado los retos, ha resistido más de año y medio cuando tiene la oposición de potencias tan importantes, porque se trata de eliminar una de las piezas de la coalición formada también por Irán, en cierta forma por Iraq, y Líbano.
Por ahora, se mantiene el apoyo al gobierno sirio de sectores y partes importantes de la población y hay firmeza y unidad en las fuerzas armadas; pero la oposición, los Estados Unidos y otras potencias están apostando al desgaste, al cansancio del pueblo sirio y finalmente a la caída del gobierno de Al Assad.
VAN EN BUSCA DE IRÁN
Aumento de tensiones y de amenazas. Cuatro paquetes de sanciones, declaraciones de Obama de que si Irán no desiste de las armas nucleares lo atacara en el año 2013, una retórica agresiva y fuerte desde Israel por parte de Netanyahu y Ehud Barak. Todo esto dice mucho de cerrar el cerco a Irán.
Los gobernantes de Israel han planteado la locura de que la guerra duraría 30 días, como si Irán no fuera militarmente fuerte, como lo demuestra a cada rato en desfiles y pruebas, y de apenas 500 muertos como si no pudiera ser una guerra nuclear, porque Israel sí tiene ese armamento y no ha firmado el Tratado internacional, como lo ha hecho Teherán y le da el derecho a tener su programa nuclear pacífico.
La historia de encontronazos por el dominio sobre Irán es bien larga, cuando el imperio británico anhelaba las riquezas y posición estratégica de Persia. En el pasado siglo, con el Sha en el poder, Estados Unidos, Francia y otras potencias apoyaron el programa nuclear, lo impulsaron y ayudaron con tecnología para poder llevarse el petróleo. Una posición que cambia en 1979 cuando cambia la dirección del país.
Ahora, Israel —sobre todo sus medios de prensa y su cabeza política— azuza la guerra, aunque hay ministros en contra y más del 60 por ciento de la población que valora riesgos y costos, los obstáculos tácticos y estratégicos.
Y Barack Obama, en plena campaña electoral, no puede arrastrarse en estos momentos a una guerra contra Irán.
Un Irán que está interesado y promueve la búsqueda de una solución negociada al conflicto sirio, de una alternativa a la situación en la que el Occidente desde Siria y posiblemente luego el Líbano iría acortando espacios hacia Irán como objetivo final.
Hay razones ideológicas, razones sectarias, razones económicas importantes y estratégicas para que el Occidente y sus aliados en la región del Golfo vayan en busca de Irán, un país poderoso, una potencia regional, una población grande, de poder económico y con poderosas fuerzas armadas, una pieza que Estados Unidos quisiera tener de su lado como en la época del Sha, pero esa posibilidad ya no existe.
Pero ahí están las presiones, las amenazas, las interferencias, las sanciones con carácter de extraterritorialidad de Estados Unidos que luego son seguidas por sus aliados europeos.
La resistencia objetiva por parte de Irán evidencia que no le será fácil a Estados Unidos avanzar como un gigante pisoteando a estados que considera pigmeos. Irán tiene la fortaleza de sus relaciones con Rusia y China, y fortalece su posición política con la organización de la XVI Cumbre del Movimiento de los No Alineados a punto de comenzar en Teherán la próxima semana.
Ha tenido la fortaleza de que el presidente Ahmedinejad asistió a la cumbre de la Unión de la cooperación islámica en Arabia Saudita.
Ha hecho una reunión para buscar una alternativa al conflicto sirio y allí participaron los embajadores de los países del Alba, lo que demuestra el puente tendido por Irán y los países de América Latina, todo un desafío a la política norteamericana en su región.
Se habló en la Mesa de un inteligente uso de los medios y de las más avanzadas tecnologías espaciales para la comunicación, que le da fortaleza a Irán. El Islam es sinónimo de progreso, de desarrollo, de avance científico, contrario a la tendencia de presentarlo como símbolo de atraso, se advirtió por los panelistas.
No será fácil a Estados Unidos el reducir a Irán, de ahí el ataque a la periferia, para tratar de romper algunas líneas como Libia, Siria, el movimiento palestino, en la caza de su objetivo más importante en la región. Es una confrontación de largo plazo y de altos kilates, y hay que fortalecer el movimiento de resistencia al imperio.
Occidente sigue jugando peligrosa y sangrientamente con la vulnerabilidad de la región.
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