Colombia construye un camino para la paz
Por Juana Carrasco Martín, especial para la Mesa Redonda
Con una alocución al pueblo colombiano desde el Palacio de Nariño del presidente Juan Manuel Santos, y el mensaje videograbado en las Montañas de Colombia de Londoño Echeverri (alias Timochenko), máximo comandante de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia-Ejército del Pueblo (FARC-EP), trasmitido desde el Palacio de Convenciones de La Habana, Cuba, se dio a conocer oficialmente el Acuerdo General para la Terminación del Conflicto y la Construcción de una Paz estable y duradera, suscrito el 26 de agosto entre ambas partes y el inicio de las conversaciones para alcanzar la paz en esta nación .que vive un conflicto armado de más de cincuenta años.
La Mesa Redonda Informativa de la Televisión Cubana plasmó este acontecimiento en las voces de sus protagonistas, transmitiendo ambos discursos y la repercusión, tanto en Colombia como en Latinoamérica y otras partes del mundo, en sentido general favorecedora del proceso.
La Declaración del Ministerio de Relaciones Exteriores de Cuba, fue también leída por Randy Alonso, conductor de la Mesa Redonda, como compromiso de la Revolución de seguir brindando sus buenos oficios para la paz en Colombia.
Reproducimos los textos que abren una esperanza en
América Latina y el Caribe.
Alocución del Presidente de la República, Juan Manuel Santos sobre el ‘Acuerdo General para la Terminación del Conflicto’
“Colombianos, buenas tardes.
Hace unos días confirmé que habíamos avanzado en unas reuniones exploratorias en el exterior con representantes de las FARC.
Dije que un proceso para terminar el conflicto en mi gobierno sólo sería posible si éste sigue tres principios: aprender de los errores y aciertos del pasado para no crear falsas expectativas; lograr efectivamente el fin del conflicto -no su prolongación-, y no ceder un solo milímetro del territorio nacional.
Hoy les quiero anunciar que esas reuniones exploratorias han culminado con la firma de un acuerdo marco entre el Gobierno nacional y las FARC que establece un procedimiento -una hoja de ruta- para llegar a un acuerdo final que termine, de una vez por todas, esta violencia entre hijos de una misma nación.
El acuerdo lleva el nombre de “Acuerdo General para la Terminación del Conflicto”, y tiene su origen en unos canales que había establecido el gobierno anterior y que nosotros retomamos y continuamos.
Las conversaciones exploratorias, realizadas de manera directa y con toda discreción, se llevaron a cabo durante seis meses en La Habana, con el acompañamiento de Cuba y Noruega, después de año y medio de trabajo preparatorio.
En ellas se construyó una visión compartida del fin del conflicto y se acordaron el propósito, la agenda y las reglas de juego de un proceso que debe ser serio, digno, realista y eficaz.
Luego de estas conversaciones exploratorias, tengo la convicción de que estamos ante una oportunidad real de terminar de manera definitiva el conflicto armado interno.
Se trata de un camino difícil, sin duda -muy difícil-, pero es un camino que debemos explorar.
Cualquier gobernante responsable sabe que no puede dejar pasar una posibilidad como ésta de acabar con el conflicto.
¡Y eso sí que lo entienden las millones de víctimas!
¿Cuántos colombianos no han sufrido el conflicto en carne propia?
¿Cuántos colombianos no tienen un familiar que haya sido víctima de la violencia?
Estamos ante una oportunidad real por dos razones fundamentales:
La primera, porque Colombia ha cambiado, y el mundo ha cambiado. La segunda, porque este acuerdo es diferente.
Lo primero: ¿Qué ha cambiado?
Hoy podemos hablar de paz porque Colombia crece y se abre al mundo.
Nuestra economía es ya una de las más prósperas de América Latina, similar a la de Argentina y sólo superada por Brasil y México.
Es una economía que está creando empleo, como pocas en el mundo, en medio de una fuerte turbulencia internacional.
Hoy podemos hablar de paz porque millones de colombianos están saliendo de la pobreza y porque seguimos avanzando en esa dirección.
Hoy podemos hablar de paz porque el uso de la violencia para alcanzar objetivos políticos es cosa del pasado.
Ningún país de la región lo tolera, y en varios hay gobernantes que dejaron atrás la lucha armada y optaron por el camino de la democracia.
No sólo Colombia: el continente entero quiere vivir en paz y nos respalda en ese propósito.
Hoy podemos hablar de paz gracias a los éxitos de nuestras Fuerzas Militares y de Policía, y gracias a la creciente presencia del Estado en todo el territorio nacional.
Hoy podemos hablar de paz gracias al esfuerzo diario de nuestros soldados y de nuestros policías, a quienes en este momento quiero rendir un homenaje.
Yo sé lo que es la guerra porque fui Ministro de Defensa en un momento crucial y conocí de primera mano el sacrificio de nuestros hombres.
Hoy podemos hablar de paz porque la visión de mi gobierno es una visión integral: NO combatimos por combatir; combatimos para alcanzar la paz.
Y también estamos construyendo paz.
Lo hacemos cuando reparamos a las víctimas, lo hacemos cuando restituimos tierras a los despojados, lo hacemos cuando buscamos mejorar las condiciones de vida de quienes han permanecido olvidados en los confines de nuestra geografía.
Hoy podemos hablar de paz porque este gobierno ha avanzado mucho -de la mano del Congreso- en crear condiciones para la reconciliación nacional.
Lo segundo: ¿Por qué es diferente este acuerdo? ¿Por qué no repite los errores del pasado?
Es diferente porque es un acuerdo para terminar el conflicto.
Contiene las condiciones que el Gobierno considera necesarias para abrir un proceso con suficientes garantías, aunque, por supuesto, el éxito NO se puede dar por descontado.
Por eso un punto de la agenda es, precisamente, “el fin del conflicto”, es decir, lo que pasa cuando cesen definitivamente las acciones militares.
Este acuerdo no es ya la paz, ni se trata de un acuerdo final.
Como ya lo dije, es una hoja de ruta que define con precisión los términos de discusión para llegar a ese acuerdo final.
Este acuerdo es diferente porque no tiene despejes de territorio y porque no hay cese de operaciones militares.
Es diferente porque las conversaciones se llevarán a cabo fuera de Colombia, para seguir trabajando con seriedad y discreción.
Comenzarán en Oslo la primera quincena de octubre y luego continuarán en La Habana.
Es diferente porque las conversaciones NO tendrán un tiempo ilimitado.
Se medirán en meses, no en años.
En todo caso, acordamos que la duración estará sujeta a que se revisen los avances cada cierto tiempo y, si no hay avances, sencillamente no seguimos.
Es diferente porque el acuerdo establece un proceso con una estructura clara, dividida en tres fases:
La primera fase -la fase exploratoria- definió una agenda cerrada y unas reglas y procedimientos para evacuarla, que es lo que ya se firmó.
La segunda fase estará enmarcada dentro de unas sesiones de trabajo reservadas y directas.
Será una discusión, sin interrupciones y sin intermediarios, sobre los puntos acordados para llegar al Acuerdo Final.
Y con ese acuerdo final se terminaría formalmente el conflicto.
La tercera fase es la implementación simultánea de todo lo acordado, con las correspondientes garantías y mecanismos de verificación y participación ciudadana.
Este acuerdo es diferente a los anteriores porque contiene una agenda realista sobre cinco puntos concretos.
El primer punto es EL DESARROLLO RURAL.
Eso significa dar mayor acceso a la tierra, llevar infraestructura a las regiones más apartadas, hacer que la prosperidad y los servicios del Estado lleguen a todos los habitantes del campo.
Es repartir las oportunidades de manera más equitativa por todo el territorio.
El segundo punto son LAS GARANTÍAS PARA EL EJERCICIO DE LA OPOSICIÓN POLÍTICA Y DE LA PARTICIPACIÓN CIUDADANA.
No sólo en la norma, sino en la realidad.
Es decir, que quienes disientan y protesten lo hagan sin temor, y que se rompa para siempre el lazo entre política y armas.
El tercer punto es EL FIN MISMO DEL CONFLICTO ARMADO.
Esto incluye la dejación de las armas y la reintegración de las FARC a la vida civil, junto con todas las medidas del Gobierno para dar garantías al proceso de terminación.
El cuarto punto es EL NARCOTRÁFICO, que tanto daño le ha hecho y le hace a nuestro país.
Si este proceso contribuye a que se combata con más efectividad este negocio ilícito, eso por sí solo sería un gran avance.
Y el quinto punto son LOS DERECHOS DE LAS VÍCTIMAS.
Nadie puede imaginar el fin del conflicto sin atender a quienes han sido sus víctimas, que -precisamente- es lo que comenzamos a hacer con la Ley de Víctimas.
Satisfacer los derechos de las víctimas es una obligación de todos.
Eso significa también emprender un ejercicio de esclarecimiento de la verdad porque no sólo las víctimas, sino todos los colombianos, tenemos derecho a saber qué pasó y quiénes fueron los responsables.
Todos estos puntos tendrán su correspondiente verificación y, en su conjunto, constituyen una fórmula integral para la terminación efectiva del conflicto, y para avanzar en la construcción de una paz estable y duradera.
Y son, además, consecuentes con las políticas de este gobierno.
Nosotros seguiremos haciendo en el terreno lo que prometimos a los colombianos: restituir tierras, reparar a las víctimas, garantizar justicia, disminuir la pobreza, crear empleo.
Hemos trabajado con seriedad, y debo reconocer que las FARC también.
Todo lo que hasta ahora se ha acordado, se ha respetado.
Si las FARC abordan la siguiente fase con la misma seriedad, tenemos buenas perspectivas.
Para la fase que comienza, vamos a establecer mecanismos para informar sobre los avances y para garantizar una adecuada participación de la sociedad, manteniendo -eso sí- el carácter serio y discreto de las conversaciones.
En el entretanto -repito- el Gobierno no hará concesiones de ningún tipo en el terreno militar.
Las operaciones militares -ministro Pinzón, general Navas, señores comandantes- continuarán con la misma intensidad.
Tampoco nos dejaremos amedrentar por los extremistas y los saboteadores, de cualquier sector, que suelen aparecer en estos momentos.
Le pido al pueblo colombiano templanza, paciencia, fortaleza ante eventuales nuevos ataques de las FARC o un incremento de la violencia, que de todas maneras SERÁN respondidos con toda la contundencia por parte de la fuerza pública y de la justicia.
Por último, quiero agradecer a los gobiernos de Cuba y de Noruega por el generoso apoyo que nos han brindado.
Sin su concurso no habría sido posible llegar a este punto.
Cuba y Noruega seguirán actuando como anfitriones y garantes en la segunda fase.
También quiero agradecer al gobierno de Venezuela por su permanente disposición a ayudar en todo momento, y al gobierno de Chile por haber aceptado apoyarnos en la siguiente fase.
Estos dos países ¬¬¬-Venezuela y Chile¬¬¬- serán acompañantes.
Agradezco, finalmente, a una serie de expertos internacionales que -desde el principio- con su conocimiento, con su experiencia y con gran dedicación, han enriquecido enormemente este proceso.
Compatriotas:
Hay momentos en la historia en que un gobernante debe decidir si se arriesga a emprender caminos nuevos para resolver los problemas fundamentales de su nación.
Éste es uno de esos momentos.
Sin duda hay riesgos, pero creo que la historia sería mucho más severa con todos nosotros si no aprovechamos la oportunidad que hoy se nos presenta.
En todo caso, la responsabilidad de esta decisión recaerá sobre mis hombros y sobre los de nadie más.
Eso sí, quiero poner muy de presente a mis compatriotas que -si no somos exitosos- tendremos la tranquilidad de que hicimos lo correcto; de que no hicimos concesiones ni cedimos un centímetro del territorio, ni tampoco desatendimos las tareas del gobierno.
Hemos procedido y procederemos con la debida cautela, pero también con determinación.
Los invito entonces a que miremos este proceso con prudencia, pero también con optimismo.
Si somos exitosos, habremos puesto fin a esa oscura noche de medio siglo de violencia.
NO podemos seguir siendo un país con uno de los conflictos internos más largos del planeta, y el último del hemisferio.
NO podemos dejar que sigan naciendo nuevas generaciones-como la mía- que no conozcan un solo día de paz.
No hay duda de que es hora de pasar la página.
Hace unos días, una madre cabeza de familia, con cuatro hijos -de los cuales había perdido dos en este conflicto- se me acercó y me dijo:
“Presidente, busque la paz. En paz seremos mejores personas. En paz los dos hijos que me quedan tendrán más oportunidades”.
Así lo creo. Si ponemos fin al conflicto, los colombianos estaremos frente a un mundo lleno de oportunidades.
Si terminamos el conflicto, se desatará todo nuestro potencial, y a Colombia no la parará nadie.
TENEMOS QUE UNIRNOS.
Tenemos que unirnos todos para hacer que el sueño de vivir en paz se convierta por fin en una realidad.
Gracias y buenas tardes”.
EXHORTAN LAS FARC A TODA COLOMBIA A SUMARSE A DEBATE SOBRE LA PAZ
Una hora después de la alocución del presidente Santos, las FARC dió a conocer su posición desde el Palacio de las Convenciones de Cuba, en declaraciones de Marcos Calarcá (Mauricio Jaramillo), el vocero, dio explicación sobre este acontecimiento.
Jaramillo confirmó que las FARC participaron en esta primera fase de negociaciones con el Gobierno e hizo la presentación del comandante máximo de esa guerrilla, quien fijó la posición de la organización guerrillera a través de un video.
Rodrigo Londoño Echeverri (alias Timochenko), máximo comandante de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia-Ejército del Pueblo (FARC-EP), exhortó a «Colombia entera» a sumarse a las discusiones de paz, al confirmar el inicio del proceso con el Gobierno de Bogotá, encaminado a poner fin a cinco décadas de conflicto bélico.
En un mensaje dado a conocer en el Palacio de las Convenciones de La Habana, Timochenko expresó el convencimiento de la guerrilla que lidera de que «la realidad nacional impondrá la voluntad de las grandes mayorías que creen y necesitan de la paz con justicia social».
Asimismo, apuntó que la paz debe fundarse en «la verdadera reconciliación, en el entendimiento fraterno, en las transformaciones económicas, políticas y sociales necesarias para alcanzar el punto de equilibrio aceptable para todos, en la extirpación definitiva de las razones que alimentan la confrontación armada».
El Encuentro Exploratorio transcurrió aquí en La Habana, entre el 23 de febrero y el 26 de agosto de este año, y en él participaron Cuba y Noruega como «garantes», y Venezuela como «facilitador de logística y acompañante», según las FARC-EP.
Timochenko señaló que «construir la paz es asunto de la sociedad en su conjunto y por tanto requiere de la participación sin distinción de todos, que deben respetarse los derechos humanos en todos los confines del territorio nacional, que el desarrollo económico con justicia social y en armonía con el medio ambiente es garantía de paz y progreso».
Dijo que «seis meses batallando por estas verdades, nos permitió por fin conseguir del gobierno nacional su inclusión. Agregó que para las FARC es perfectamente claro que «el verdadero y único depositario de tal llave (la de la paz) es el pueblo de este país», y agregó que «ha vuelto a abrirse la puerta de la esperanza».
«Haber llegado a La Habana no fue solo el fruto de la resistencia indoblegable de la insurgencia colombiana. Es sobre todo el triunfo del clamor nacional por la paz y la solución política», apuntó Timochenko, al referirse a los actos de masas realizados en diferentes puntos de la geografía colombiana, a la movilización campesina, indígena y de negritudes que confluyó en Barrancabermeja en agosto de 2011, a los paros y huelgas contra el capital transnacional, así como a la labor de artistas, estudiantes, y otros sectores y grupos de la sociedad colombiana que quieren la paz.
En su mensaje, Timochenko afirmó que «sin la preocupación y gestión del gobierno presidido por el comandante Raúl Castro, esta larga faena no habría llegado a tan exitoso puerto».
Sus palabras de agradecimiento también fueron para «la invalorable colaboración del gobierno de la República Bolivariana de Venezuela», encabezado por el presidente Hugo Chávez, que «resultó determinante para la conclusión de este Acuerdo», dijo.
El máximo comandante de las FARC-EP también agradeció la actuación del gobierno del Reino de Noruega, del cual dijo, «jugó papel fundamental en los momentos más difíciles de esta brega».
Concluida la alocución de las FARC , Se anunció que el jueves 6, habrá una rueda de prensa de los delegados de las FARC para las negociaciones.
La comisión de las FARC, según informó el vocero, son ‘Marcos León Calarcá’, ‘Ricardo Téllez’, ‘Andrés París’, ‘Sandra Ramírez’ y ‘Hermes Aguilar’.
DECLARACIÓN DEL MINREX DE CUBA
Cuba, país garante del proceso hizo su declaración oficial
La Revolución cubana tiene un compromiso histórico con la paz en Colombia y con los esfuerzos encaminados a poner fin al conflicto político, social y militar de ese país hermano de América Latina y el Caribe.
El Gobierno de Cuba ha hecho esfuerzos discretos y constructivos para ayudar a la búsqueda de una solución negociada, respondiendo siempre a una solicitud de las partes involucradas y sin influir en lo más mínimo en sus respectivas posiciones.
En el curso de más de un año, por solicitud expresa del Gobierno de Colombia y de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia – Ejército del Pueblo (FARC-EP), y respetando celosamente el compromiso de confidencialidad acordado, el Gobierno cubano ha brindado su colaboración y apoyo para celebrar conversaciones exploratorias conducentes a un proceso de paz, a la vez que ha participado como garante en las deliberaciones. Por solicitud de ambas partes, también ha servido de garante, junto a los Gobiernos de Noruega y de Venezuela, para el traslado a Cuba de representantes de las FARC-EP.
Como fruto de las conversaciones exploratorias celebradas en La Habana desde el 23 de febrero de 2012 y conforme han declarado las partes, se ha abierto un proceso de diálogo comprometido con la paz y con la solución del conflicto histórico en Colombia, el cual Cuba respalda, consciente de la importancia que tiene para el pueblo colombiano y de su trascendencia para América Latina y el Caribe. El Gobierno cubano continuará prestando su ayuda solidaria y sus buenos oficios a favor de este esfuerzo, en la medida en que el Gobierno de Colombia y las FARC-EP así lo soliciten.
La Habana, 4 de septiembre de 2012
LATINOAMÉRICA FAVORECE PROCESO PARA ALCANZAR LA PAZ EN COLOMBIA
Conocido el anuncio del presidente Santos y de las FARC, se hizo inmediata la reacción en la propia Colombia, en América Latina y el Caribe y en otras partes del mundo. En la Mesa Redonda se leyeron algunas de las opiniones y comentarios, destacando la posición del otro país garante, Noruega, y de los acompañantes Venezuela y Chile.
El presidente de Venezuela, Hugo Chávez, escribió en su cuenta en la red social twitter: «Acompañemos a la hermana Colombia en sus esfuerzos por lograr la Paz! Ya lo dijo Simón Bolívar: “La paz es mi puerto, la paz es mi todo».
El gobierno de Chile expresó su «respaldo y solidaridad» y su cancillería anunció que el presidente Sebastián Piñera ha designado al embajador Milenko Skoknic, como su representante especial y acompañante en el diálogo de paz.
La cancillería de Oslo se sumó en un comunicado de su ministro de Relaciones Exteriores, Jonas Gahr Stor, quien resaltó que sobre los colombianos recae una gran responsabilidad», elogió a las partes y aseguró que «Noruega hará lo mejor posible para continuar ayudando a las partes en el futuro».
En un mensaje dirigido a Santos, la presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, expresó que el anuncio es motivo de celebración para toda Suramérica y el mundo, y que la paz en Colombia es fundamental para consolidar el proceso de integración en la región.
El anuncio fue recibido en Colombia con un amplio apoyo de sectores políticos, sociales y sindicales. Las opiniones de los ex presidentes Álvaro Uribe y Andrés Pastrana chocaron hoy, dijo DPA. Mientras Uribe ve como un «error» y de «muy grave» la decisión de Santos, Pastrana dijo a RCN Radio que él «único colombiano que no ha querido darle la oportunidad de paz al país es Uribe».
El Polo Democrático Alternativo consideró «factible» la agenda de cinco puntos para concretar la paz en el país,; y el presidente de la comisión de Paz de la Cámara de Representantes, Iván Cepeda, calificó de histórico el momento y llamo a no desatender la advertencia de Santos sobre «los saboteadores extremistas» que se opondrían a una negociación con el grupo insurgente.
El Ejército de Liberación Nacional de Colombia (ELN) — la segunda guerrilla más importante del país después de las FARC— expresó su deseo de colaborar en las negociaciones de paz en busca de lo que llamó un proceso real, estable y duradero.
El vocero de la Asamblea Permanente de la Sociedad Civil Por la Paz, Jaime Zuloaga, destacó el pronunciamiento de las FARC que instó a la participación de la sociedad en el proceso de paz, y manifestó optimismo por el nuevo proceso oficializado por el presidente Santos. Otra Colombia es posible recalcó en declaraciones a Telesur.
La Unión Europea celebró la oficialización del diálogo y su alta representante para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad, Catherine Ashton, dijo que es «una oportunidad única para poner fin a las hostilidades que, durante décadas, han lastrado el desarrollo y causado enorme sufrimiento al pueblo colombiano», citó Notimex.
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