Estados Unidos entre elecciones y Sandy
Por Juana Carrasco Martín, especial para la Mesa Redonda
Fotos de Roberto Garaicoa
La noticia del día, la visita del Presidente de los Consejos de Estado y de Ministros, General de Ejército Raúl Castro Ruz, a las provincias orientales cubanas afectadas por el paso del huracán Sandy, llegó en imágenes de un reporte de la Televisión Cubana donde el pueblo de Santiago de Cuba mostraba su confianza en la Revolución y el ánimo y la disposición a levantarse sobre la destrucción que originó ese ciclón categoría 2 durante cruce por Cuba .
El programa televisivo Mesa Redonda del martes 30 de octubre analizó los efectos del fenómeno atmosférico, que reducido en su categoría a tormenta extra-tropical, porque salió de linderos habituales para estos eventos, ha ocasionado en su viaje hacia el Norte.
Cuando aún no habían transcurrido 24 horas de su entrada a territorio de Estados Unidos, Sandy contabilizaba hasta la media tarde del martes 30 de octubre, una cifra preliminar de 39 muertos a su paso por los estados de la costa noreste de ese país, donde están situadas algunas de las más densamente pobladas y más importantes ciudades del país, incluidas Washington D.C., la capital, y Nueva York, a lo que se añadían las considerables afectaciones eléctricas y al transporte en urbes prácticamente paralizadas, con daños económicos no cuantificados aún, pero que ya se calculan entre 10 000 y 20 000 millones de dólares, razones para que los medios de ese país la llamaran la super-tormenta.
Ella llegó en un momento crucial de la campaña electoral que tendrá su día de urnas el 6 de noviembre, apenas dentro de una semana, y también puede dejar su impacto en ese escenario político en el que se enfrentan, en una cerrada carrera por la Presidencia, el actual mandatario, el demócrata Barack Obama, y el republicano Mitt Romney. Otra decena de candidatos, de pequeños partidos, la mayoría de ellos desde posiciones de izquierda o progresistas, no cuentan para la peculiar democracia del imperio, y los medios los desconocen.
Sobre estos temas se estuvieron hablando en la Mesa Redonda que, con la conducción de Cristina Escobar, contó con los criterios de la periodista Juana Carrasco Martín, jefa de la Redacción Internacional del periódico Juventud Rebelde, y desde la posición de Internet con Aixa Hevia, vicepresidenta de la Unión de Periodista de Cuba (UPEC).
Desde Washington, vía telefónica, fue entrevistada Aurora Samperio, jefa de la corresponsalía en EE.UU. de la cadena televisiva transnacional TeleSur, quien también valoró de primera mano los daños de la tormenta, cuando ya la situación avanzaba hacia la normalidad, los vientos que fueron de hasta 150 kilómetros habían cesado, pero las temperaturas de un frente frío que le acompañó eran casi de congelamiento, 4 grados centígrados en Washington.
Varios millones de personas sin electricidad, paralizado el transporte público e incluso buena parte de los comercios y cerrados los tres aeropuertos de Nueva York, los de mayor tráfico aéreo del país tanto en vuelos nacionales como internacionales, constituyen un panorama que también llevó a la campaña electoral a un segundo plano, en momentos de cuenta regresiva. Hay que ver cómo irá evolucionando la situación para el día de las elecciones, dijo la periodista de TeleSur.
Por su parte, las colegas cubanas desde el estudio de la Mesa Redonda analizaron la marcha de la campaña electoral estadounidense, interrumpida momentáneamente por Sandy.
Tras tres debates televisivos, presenciados por millones de estadounidenses deseosos de saber que les depara cada uno de los dos contendientes de los partidos mayores, y concebidos por los analistas como rounds de una pelea de boxeo, el resultado quedó 2-1 a favor del actual presidente, quien había perdido el primero, logró recuperarse en el segundo —ambos dedicados a la economía y problemas generales internos de ese país—, y ganar también el tercero, este último dedicado a la política exterior.
Pero aunque en la percepción de las encuestas y de los analistas políticos, Obama venció en esos eventos, no logró tumbar al contrario, no le dio nocaut a Romney, quien sigue en una pelea bien cerrada, que tendrá su definitivo round con los resultados de las urnas el 6 de noviembre.
Se consideró que solo el 4 por ciento del electorado considera prioritario las posiciones en política exterior, mientras un 37 por ciento del electorado le preocupa en primer lugar el estado de la economía en general y un 26 por ciento estima como su prioridad el desempleo.
En el debate tercero, donde prácticamente las casi dos horas que duró estuvieron dedicadas a los asuntos del Medio Oriente, Obama estuvo seguro, agresivo y propositivo, imponiendo la experiencia de cuatro años de presidencias en los asuntos principales que fueron también el programa nuclear iraní, el apoyo a Israel en un hipotético enfrentamiento con Irán, y el presupuesto militar.
Romney rechazó la violencia extremista radical, consideró a Irán como la mayor amenaza para Estados Unidos, uno de sus zigzagueos porque anteriormente había dicho que era Rusia; prometió la retirada de Afganistán para el 2014, nada novedoso porque es el plan programado por la administración demócrata; dijo que protegería a Israel en todo momento y enfrentó a China diciendo que no permitiría que avasallara a Estados Unidos robándole los empleos. Fue el único que en una sola línea mencionó a América Latina con la que dijo aumentaría el comercio.
Europa y su crisis económica y social, a pesar de ser el principal aliado de Estados Unidos desde la OTAN, luego de Israel, fue soslayada en el debate.
Al final, de estos tres debates que deben dejar su impronta en el ánimo electoral y por eso se dejan para el último mes de la contienda, la carrera sigue cerrada.
Según el Pew Research Center, entre los votantes registrados Obama lidera con el 47 por ciento contra el 45 por ciento para Romney, lo que queda dentro del margen de error de las encuestas; pero entre los votantes posibles a llevar su voto a las urnas están empatados en el 47 por ciento.
Se vieron algunas encuestas y estudios en los que se dice que Romney está ganando el voto de los blancos en un porcentaje mayor para cualquier candidato presidencial republicano desde los tiempos de Ronald Reagan, sobrepasando en 20 puntos a Obama; sin embargo, este le lleva ventaja de 40-50 puntos en el voto latino, un segmento de electorado que cada vez adquiere mayor importancia porque es el de mayor crecimiento demográfico, algo que los republicanos tendrán que tomar en cuenta a futuro.
También dijo el centro de investigación Pew que hay una predicción de más republicanos dispuestos a votar respecto a los demócratas, un elemento a tener en cuenta con las probabilidades inciertas que Sandy ha agregado al panorama electoral estadounidense.
La tormenta, que influyó sobre la campaña electoral, pues ambos candidatos suspendieron sus campañas en un momento crucial, apenas ocho días antes del martes 6 de noviembre, y llamaron a sus seguidores a donar a la Cruz Roja. Sin embargo, la campaña continúa en los anuncios de la Televisión o de la red de redes, y sacan ventaja o no los contendientes de acuerdo a su disposición frente a la enorme tormenta.
También paralizó el voto adelantado, una modalidad que tradicionalmente ha favorecido a los demócratas. Se calculaba que el 40 por ciento de los votos emitidos para estas elecciones generales de 2012 serían votos adelantados —el mismo Obama ya votó, estimulando esa fórmula, y ahora no se sabe cómo puede verse reducido o no, en dependencia de la normalización de las condiciones dejadas por el paso de la tormenta.
Obama asumió su rol de presidente, con un mensaje a la nación urgiendo a seguir las órdenes de las autoridades locales y las instrucciones de evacuación y disponiendo la ayuda por catástrofe, lo que fue bien acogido y agradecido por el gobernador de New Jersey, que es un republicano fuertemente vinculado a Romney, y por ese estado y Nueva York penetró Sandy a EE.UU.
Cuando un reportero le preguntó a Obama sobre Sandy y las elecciones dijo: «Yo no estoy preocupado en este momento por el impacto en la elección. Estoy preocupado por el impacto sobre las familias (…) Estoy preocupado sobre el impacto en nuestra economía y en el transporte.»
Katrina y la mala respuesta de George W. Bush,hijo, a aquel terrible fenómeno que dejó más de mil muertes en la costa del Golfo estadounidense, tuvo su reflejo y fue símbolo de la incompetencia. Si Obama falla, será ganancia para Romney, cuya posición fue expresada a través de una declaración de su directo de comunicaciones de campaña; él asistió a mediodía del lunes a un evento de campaña en Avon Lake, Ohio, un estado crucial que se dice siempre ha favorecido a quien se alzará con la presidencia, pero ya en la tarde suspendió el acto en Wisconsin.
De todas formas las campañas continuaron en la publicidad que es agobiante para no pocos estadounidenses, cansados ya de este proceso electoral, y también con la presencia de otros líderes de los partidos, en el caso del demócrata con el ex presidente Bill Clinton que tiene planificado en los días que restan visitar cada uno de los llamados estados péndulos o bisagras.
Sandy afectó a 13 estados, fundamentalmente de la costa noreste de Estados Unidos, bastión demócrata tradicional, y algunos de ellos aportan buena cantidad de votos electorales o compromisarios, que son los decisivos en la peculiar democracia estadounidense.
Porque el voto del ciudadano no cuenta, es el Colegio Electoral, constituido por los votos electorales que aporta cada uno de los 50 estados norteamericanos proporcionales a su población, los que deciden. California, por ejemplo, tradicionalmente de voto demócrata da 55 votos electorales y son 270 los que necesita un candidato para ser proclamado Presidente.
De acuerdo con la forma tradicional de votar, hay estados demócratas y otros republicanos, Hecho ese conteo —que no necesariamente tiene que ser exacto— Obama tendría a su favor 253 frente a 191 Romney, por tanto se encuentra más cerca de la meta.
El mandatario ganaría los estados costeros del oeste y del este del país, y Romney se vería favorecido por el centro de la nación ; pero la decisión será en los estados indecisos o ambivalentes en su proyección, y hay siete de ellos donde se considera que la votación será tan reñida que ninguno podrá cantar victoria hasta el último momento: Ohio, Colorado, Iowa, Florida, Virginia, Carolina del Norte y New Hampshire.
¿Podrá Obama salir de la situación en los muy afectados estados de la costa noreste? Esa es una interrogante que solo será respondida el 6 de noviembre. Si bien su actuación presidencial frente al Sandy parece ser la correcta y hasta le sería beneficioso, por otra parte las condiciones dejadas a su paso por la geografía pueden serle adversas con una mayor abstención en las urnas de las fuerzas demócratas.
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