La Habana, capital de la unidad regional
Por Yailin Orta Rivera, especial para la Mesa Redonda
Fotos de Roberto Garaicoa
El 28 de enero es una fecha símbolo para Cuba y América. Esa luz especial sobre el calendario la pone Martí, ese hijo virtuoso y digno que se debió a la geografía extendida desde el Río Bravo hasta la Patagonia. Por ello no podía ser otro el día que viera, 161 años después de aquel alumbramiento, a los 33 países que componen esa región reunidos en La Habana, en la II Cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y de Caribe (Celac), bajo los principios de unidad y complementariedad que defendió el Apóstol.
El edificio Pabexpo —recinto ferial del Palacio de Convenciones—, acogerá el encuentro, que tiene entre los principales puntos de su agenda la toma de una serie de decisiones para combatir el hambre y la pobreza que aún afligen a más de 164 millones de latinoamericanos y caribeños (hace diez años la cifra era de 225 millones), y una agenda singular para iniciar la nueva fase de unión económica y financiera de América Latina y el Caribe.
Los propósitos, aunque abarcadores, no son utópicos. La región tiene recursos para ello. Los 33 países que conforman la Celac —el más amplio de los espacios de concertación política regional, sin la presencia de Estados Unidos y Canadá— comparten una gran riqueza de recursos naturales. La Comunidad destaca por ser el tercer mayor productor de energía eléctrica y el entorno de mayor diversidad biológica del planeta. Alberga casi la mitad de los bosques tropicales del mundo, el 23 por ciento de las áreas forestadas, más del 30 por ciento de toda el agua dulce disponible y aproximadamente, el 40 por ciento del total de recursos hídricos renovables.
Posee, además, entre sus virtudes un área de singulares atractivos turísticos y la quinta parte de las reservas mundiales de petróleo. Su economía, de conjunto, constituye la tercera más grande y potente a nivel mundial con 6,06 billones de dólares. En 2012, el Producto Interno Bruto (PIB) de la región creció en un 3,1 por ciento, superando la media del orbe.
Todos estos elementos convierten al bloque integracionista, creado el 3 de diciembre de 2010 en Caracas, Venezuela, en representante de un área geopolítica independiente y soberana, acompañada en ese empeño por otros bloques, como la Unión de Naciones Suramericanas y la Alianza Bolivariana de los Pueblos de Nuestra América (ALBA).
Pero sería imposible hablar del considerado como el más importante suceso internacional de la región en esta época, no solo evocando a Martí, sino también las luchas de Bolívar, las de Fidel y las de Chávez, quienes pusieron sus energías y sus dimensiones de proverbiales estrategas en función de la unidad. La Celac es también heredera del patrimonio del Grupo de Río y de la Cumbre de América Latina y el Caribe (Calc).
Cuba, quien recibió la presidencia pro témpore de manos de Chile, el primer país en conducir los destinos de este espacio de concertación, y quien ahora entregará tal responsabilidad en La Habana a Costa Rica, desplegó una amplia agenda en temas como recursos naturales, energía, agricultura familiar, empleo juvenil y preferencias arancelarias.
Nuestro país en la presidencia temporal de la Celac en 2013, impulsó la incorporación plena del Caribe al escenario político internacional para que tuviera una voz más protagónica, sobre todo por la vulnerabilidad económica y climatológica de los pequeños países insulares.
Al mismo tiempo desarrolló numerosas reuniones sectoriales, entre ellas las referidas a la educación, pobreza, salud, cultura, reducción del analfabetismo, desarme nuclear, migración, cooperación, ciencia y tecnología, gestión de riesgos y desastres. Igualmente, en la ONU, en septiembre pasado, durante las jornadas de alto nivel del 68 Período de Sesiones de la Asamblea General, llevó el mensaje del bloque, que pretende ser un escenario de acercamiento a otras naciones interesadas en el nuevo mecanismo.
En este período, asimismo pudimos constatar el encuentro de la Troika Ampliada—formada por Cuba como presidente temporal, Chile, saliente, y Costa Rica, entrante este año—, más Trinidad y Tobago al frente del Caricom —bloque económico del Caribe—, reunídos con el Consejo de Cooperación de Países Árabes del Golfo, formado por Bahrein, Kuwait, Omán, Catar, Arabia Saudita y Emiratos Árabes Unidos. Otro importante paso en ese camino fueron los intercambios sostenidos con Rusia, en los que las partes establecieron un diálogo político a nivel de cancilleres.
El próximo día 25, como se confirmó en la Mesa Redonda de este martes, comenzarán en La Habana las reuniones preparatorias a nivel de expertos de los países miembros de la Celac, luego se darán cita los ministros de Relaciones Exteriores, responsables de los preparativos de la II Cumbre de Jefes de Estado y/o Gobiernos, así como del documento que discutirán en la fase final del encuentro.
Cuba, según precisó Abelardo Moreno, viceministro primero del Ministerio de Relaciones Exteriores, prepara una treintena de documentos sobre la lucha contra el terrorismo, las Islas Malvinas o las migraciones en la región. Además, de comunicados especiales y la declaración que saldrá del evento, también se está preparando el documento sobre el plan de acción del bloque para 2014 que contiene 21 grandes temas. Argumentó entre esos asuntos la seguridad alimentaria, la cooperación, asistencia comunitaria, medio ambiente y otros de interés para llevar adelante los proyectos del organismo regional.
El Vicecanciller cubano dijo que en la II Cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños se buscará declarar la región como zona de paz. Recordó que las 33 naciones de la Celac son parte del tratado de Tlatelolco, el cual prohíbe las armas nucleares en Latinoamérica y el Caribe. Sin embargo, consideró necesario ir más allá y alcanzar una unión por la paz, apuntó.
Según se confirmó en el programa, la organización para el evento marcha muy bien. Están creadas todas las condiciones logísticas para recibir como corresponde a todos los participantes.
En otras ocasiones Pabexpo ha sido escenario de encuentros internacionales de trascendencia como la Cumbre Iberoamericana, en 1999.
sin duda nuestro Jose Marti estaria muy contento con lo que nuestra America ha logrado, estoy seguro que le haremos justicia a su sueño.
Estoy de acuerdo con usted Fiodor, ese gran pensador José Martí gosaría en un momento como ese de unidad latinoamericana y caribeña, pero también se retorcería de saber que no todos los cubanos les gusta la frase de “capital de todos los cubanos”. Esperemos que algún día hagan una mesa redonda al menos reconociendo la discriminación regionalista que hoy impera en el país.