La Universidad ha de volverse hacia la sociedad
Por Yailin Orta Rivera, especial para la Mesa Redonda
Fotos de Roberto Garaicoa
Corresponde a la Universidad repensar su función y su diseño. Su tarea de servicio no puede colocarse en beneficio de los grandes intereses empresariales transnacionalizados. Ha de volverse hacia la sociedad. Si queremos que la Educación Superior no sea una mercancía, sino instrumento imprescindible de nuestro desarrollo social, sustentable y justo, hay que construir vínculos universidad-sociedad adecuados a los modelos de desarrollo que respondan a las expectativas de nuestros pueblos.
Sobre esos conceptos ineludibles se dan cita en La Habana los delegados al Congreso Internacional Universidad 2014, un espacio que defiende cómo puede la Universidad favorecer transformaciones sociales que promuevan la justicia, la inclusión, la integración, la lucha contra la pobreza y el desarrollo sostenible.
El cónclave se desarrolla en La Habana inmersos en la disyuntiva de los reclamos de la inmediatez urgente y la indispensable preparación de un porvenir que se nos encima a pasos acelerados. Desde el reconocimiento de esa realidad, invitados de más de 60 países ponen la mirada en cómo esa institución académica puede tener un rol más activo en la dinámica de las naciones.
El Viceministro primero de la Educación Superior en Cuba, en la Mesa Redonda de este martes, precisó que la mayor cantidad de académicos de otros países provienen de Venezuela, México, Brasil, Angola, Nicaragua, mientras por la parte cubana se dan cita casi 900 delegados. Explicó que asisten además más de 300 rectores de universidades extranjeras y varios ministros de Educación Superior.
El directivo se detuvo en que favorecer estrategias bilaterales de cooperación, así como debatir acerca de las mejores prácticas educativas vinculadas al tercer y cuarto nivel de enseñanza son algunas de las claves que motivan la realización cada dos años de este evento.
La universidad y su responsabilidad en la formación de profesionales aptos para desempeñarse en el mundo actual, con una ética que los responsabiliza con el desarrollo de sus naciones, son también argumentos que no faltarán durante la celebración del encuentro, que concluirá el próximo viernes.
Francisco Telémaco Talavera, presidente del Consejo de Rectores de América Latina y el Caribe, hizo énfasis en que la Universidad debe ser centro natural de transformaciones, y debe promover soluciones contra la marginación, la desnutrición, el deterioro ambiental, la violencia, la narcoactividad… pero para lograr tremenda empresa se requieren conocimientos, destrezas y valores.
El intelectual sostuvo que es importante que nos articulemos dentro de cada país, para que haya una perspectiva y una sinergia, y luego nos relancemos en un abrazo continental que favorezca igualmente la integración de nuestros pueblos.
Reconoció que la Celac nos pone ante un nuevo contexto, más favorable a que desde la diversidad y la convergencia, se hagan propuestas que redunden en el bien de los pueblos de esta parte del mapa.
Expresó que este evento es un paso más para apostar por la suma de competencias y capacidades para que la Universidad responda a nuestras realidades, por ello las queremos con la mayor pertinencia y con nuestra propia identidad. “Queremos integrarnos al mundo con capacidad, pero desde Latinoamérica y el Caribe”.
El Doctor Arturo Zomoza coincidió en que este Congreso puede fortalecer la integración cultural, aprovechando nuestras diferencias y nuestras potencialidades. “Hay que mirar el futuro a partir de la superación, de lo contrario no podremos remontar los problemas. La Universidad tiene una deuda importante con la sociedad, tiene que involucrarse e integrarse a las políticas públicas”.
El académico Alfonso Fuentes Soria opinó que desde el ámbito de la investigación también podemos aunar esfuerzos integradores. “La región tiene que mostrar la manera en que se puede investigar de conjunto, porque hay países que han logrado desarrollar mucho la técnica y otros más desfavorecidos, por lo que creo que también es necesaria la solidaridad para entre todos compartir lo que tenemos y lograr al final mayores alcances”.
Los panelistas a su vez coincidieron en que la Universidad no puede ser una institución que apuntale las dependencias, sino todo lo contrario, debe educar para la emancipación, en medio de un modelo de transformación económica y política diferente, que apunta hacia estrategias comunes.
UNIVERSIDAD DE SUEÑOS Y REALIDADES
En nuestra familia universitaria de la Salud, que crece y se diversifica, hay un júbilo extraordinario cada periodo lectivo, precisamente porque comienza a fraguarse un nuevo canto a la dignidad educativa. Y, además, porque no hay regocijo mayor que recibir cada curso por la vida. La Universidad Médica Cubana abre sus puertas a quienes con certeza la sabrán dignificar, que es decir a jóvenes cubanos, revolucionarios comprometidos con su tiempo, e hijos humildes nacidos en otras latitudes, que tienen en Cuba la esperanza de prepararse para cuidar la salud de sus pueblos.
Al darles la bienvenida a la fiesta de la Educación en Salud, y al saber integral, se les refiere como motivación el propósito de dedicar resultados concretos al Che, paradigma del hombre nuevo, que más allá del título de Doctor en Medicina, alcanzó el escalón más alto de la condición humana: el de revolucionario ejemplar, y a nuestro Comandante en Jefe, invencible artífice de una obra colosal e inspirador de cada realización exitosa, con la estratégica resonancia de sus profundas reflexiones. A ellos hemos de sentirlos día a día, en cada Brigada estudiantil, en cada proyecto educativo, en cada organización, en cada colectivo o claustro, en el cumplimiento de cada misión o deber, en cada pensamiento revolucionario, noble compromiso o buen resultado. Su firmeza inquebrantable los debe acompañar en cada acción y en cada empeño formativo.
Se les convoca a amar a la Federación Estudiantil Universitaria, gloriosa y siempre joven organización que marcha victoriosa desde su fundación por Julio Antonio Mella. Y, precisamente con el inicio de cada curso por la sabiduría y el buen hacer, se rinde tributo a un médico ejemplar, paradigma de la ciencia y el noble ejercicio de la profesión: el sabio cubano Carlos J. Finlay, benefactor de la humanidad. Quienes tenemos el privilegio de continuar defendiendo su obra, asimilar su ejemplo y respirar en la patria donde brilló su capacidad, ternura y espíritu inclaudicable, asumiremos el compromiso de concretar los resultados que se esperan de nosotros. En Cuba continuará floreciendo el esplendor de sus sentimientos, e iluminará la humildad de su grandeza.
El prólogo de cada período lectivo resulta alentador, y se espera de sus protagonistas una buena conducta, en el crisol de la ética y la excelencia, para que el epílogo sea realmente exitoso. Entonces: ¡Vístase de entusiasmo y responsabilidad la Universidad de Ciencias Médicas! Hemos de profundizar en los resortes académicos y educativos, arraigando la honestidad como valor imprescindible, así como acariciar el júbilo revolucionario, para hacer de cada nuevo curso el mejor de la Historia. Se necesita, para este propósito perfectamente posible, una actitud fervorosa y atinada de todos. Ha de sentirse el sacrificio como «el más puro goce» y tenerse presente que conciencia y conducta se armonizan con disciplina.
Es indispensable asimilar que cada sitio de estudio y educación en el trabajo decide el éxito del curso. El reto principal de cada uno es transformarse a sí mismo, para hacer Revolución en su contexto, conscientes de que más vale la heroicidad que se sostiene que la que un día fue. Sepan que si entendemos bien, entonces actuaremos mejor. Nuestra Universidad es el pórtico de la salud integral; por tanto, tenemos que ser capaces de crear un pensamiento salubrista de avanzada, profundamente revolucionario y gradualmente transformador, sin olvidar que de la convicción nace la tenacidad. Vale, pues, la invitación a irradiar dignidad, aquilatando cualidades a la luz del ALBA que siembra la esperanza.
Las prioridades están en la universalización, con calidad, de la formación, atención, superación continua e investigación integrales, así como en una responsable interacción social. Desde el prisma de la educación en salud, se vislumbra un tenaz esfuerzo por la excelencia de los servicios, que no es una quimera. A todos nos debiera fascinar hacer cada vez más por los demás, con sencillez y vocación. Cada septiembre se presagia un curso cualitativamente superior; pero no exento de dificultades y carencias, que deben ser resueltamente enfrentadas con inteligencia y consagración.
Es bueno decir que hay sabiduría en el comportamiento cuando traduce respeto y disciplina, y que es gozosa la hazaña educativa cuando se comparte su realización. Resulta indigno eludir el compromiso y el deber. Por tanto, es un honor abrazar la incondicionalidad. Vale siempre una exhortación a ser alegres y a la vez profundos, cultivando la virtud de ser justos, modestos y sinceros; a servir a la Patria, que es decir la Humanidad, siempre vestidos de ética, con dignidad y decoro. Fieles al legado del Che, hemos de escribir cada jornada una heroica página de saber y virtud, con la certeza de que nuestra universidad de sueños y realidades, al servicio de la salud de Cuba y el mundo, se yergue como esperanza y futuro.
A LOS HIJOS DE CUBA NACIDOS EN OTRAS LATITUDES
Cuando se respira compromiso y regocijo en ustedes, vale que les hable como un padre a sus hijos o, si lo prefieren, de hermano a hermano, o de colega a colega. Utilizaré pocas palabras, que deseo lean con atención, de forma tal que demuestren que la gratitud es expresión de su cultura.
¿A quiénes deben honrar siempre?
• A los padres, abuelos y demás familiares que confían en ustedes.
• A los más humildes que, en numerosas latitudes, reclaman su saber.
• A los pueblos que defienden la paz y luchan por un mundo mejor.
• A quienes hacen posible nuestra familia universitaria que, al integrarse cada día más, deviene hermosa realidad.
• A los iniciadores y protagonistas de esta colosal obra educativa, profundamente humana y solidaria.
¿Qué nos une hoy?
• La dimensión universal de un Proyecto por la Vida.
• El compromiso con el desarrollo pleno del ser humano.
• El amor a una noble profesión.
• La identificación con sólidos preceptos éticos.
• La voluntad de consagrarnos a defender la salud.
• La solidaridad en su sentido más amplio.
¿A quiénes debemos felicitar especialmente?
• A los que acarician la esperanza de verlos profesionales de la salud.
• A los que aguardan optimistas su feliz regreso a casa.
• Al pueblo que los acoge como hijos.
• A la organización estudiantil que crece con ustedes.
• A la Brigada de la Solidaridad con Cuba, cuyo desempeño integral se agradece de todo corazón.
• A cada una de las nacionalidades representadas en las universidades de ciencias médicas, por compartir cultura e historia, por dignificar su espíritu solidario.
• Al Proyecto de la Escuela Latinoamericana de Medicina (ELAM), por estar al servicio de los pueblos.
• A nuestro Fidel, por continuar soñando y creando.
¿Qué consejos estimo convenientes?
Con sentimiento paternal, les ofrezco los siguientes:
• Hagan de su conducta pública un homenaje al prójimo. Rindan honor al ser humano, y recíprocamente serán honrados.
• No hagan de su vida una parranda y sean prudentes en sus juergas bulliciosas.
• No pierdan la libertad ante el alcohol.
• Dignifiquen el entretenimiento, y no se excedan en la parodia, que es decir imitación burlesca.
• Eviten la exaltación extrema de los afectos o pasiones.
• Cuiden el pudor o la vergüenza que los preservará dignos.
• No se dediquen a embaucar o engañar a sus compañeros, ni a nadie.
• No se dejen hipnotizar por estereotipos mediocres e hipócritas.
• Sean profundos, sin perder la jovialidad.
• Alejen, con su alegría, la tendencia a la melancolía.
• No permitan el ultraje en sus escenarios de formación y desempeño.
• Más que vanagloriarse, sientan la gloria de querer saber más y obrar mejor.
• Protéjanse de la ostentación y la frivolidad.
• Actúen con vehemencia y sin vejar.
• Definan ultimátum a la incultura general.
• Consideren el escándalo como una acción que ofende la moral.
• Cuiden su epitelio sin lesionar el de los demás.
• No alimenten alevosía, y resuelvan civilizadamente los conflictos.
• Sean congruentes consigo y con los demás.
• Asuman una actitud quijotesca y no dejen escapar su ternura.
• Multipliquen sus valores y traten siempre de ceñirlos.
• Confraternicen mucho más, que es lo mismo que tratarse con amistad y compañerismo.
• En lugar de envidiar, vale congratular, dígase manifestar que se comparte la alegría o satisfacción.
Invitándolos a compartir con humildad el decoro que poseen, les expreso el respeto y la confianza de la comunidad universitaria y la patria cubana que los acoge como legítimos hijos. Queremos que la felicidad los acompañe, junto a su pueblo y los familiares que los esperan graduados. Un abrazo a todos y el cariño de siempre.