ZunZuneo: el vuelo que no termina

Por Yailin Orta Rivera, especial para la Mesa Redonda

Fotos de Roberto Garaicoa

Lo que nos dice esta nueva aventura encubierta de la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional  (Usaid) es que, además de espiar a medio mundo y convertir a cada internauta en un blanco fácil, el Gobierno de EE.UU. tiene la capacidad de construir potentes herramientas virtuales en un limbo tecnológico y financiero,  y embasurar la red de telefonía móvil de un país con mensajes no solicitados.

Quien sostiene estos criterios es la Doctora Rosa Miriam Elizarde, al desgranar la trama rocambolesca que develó la AP, al acceder a más de mil páginas de la operación encubierta de la Usaid contra Cuba, en su propósito de subvertir el actual gobierno a partir de la conquista de los jóvenes a través de una red social muy singular (parodia de Twitter) que llamaron ZunZuneo.

La experta explicó que hay una amplia y documentada evidencia del financiamiento y puesta en práctica de los esfuerzos de EE.UU. para destruir al gobierno cubano, que ha incluido múltiples formas retorcidas, y que en la era de Internet tampoco se detiene, como lo ha demostrado Zunzuneo, ni ante violaciones flagrantes de la legalidad cubana e internacional.

Advirtió además que este ZunZuneo no está desarticulado de un programa más amplio para América Latina. «Llama la atención que nadie ha reparado en una operación especial aprobada por el Comité de Relaciones Exteriores del Senado, cuyo objetivo es “expandir” los Nuevos Medios Sociales en el continente enfocados en la promoción de los intereses norteamericanos en la región».

En su opinión, la desclasificación de este proyecto ha generado además un fuerte debate interno en ese país sobre el papel de la Usaid, que con acciones como estas ha puesto en juego la credibilidad de todos los proyectos humanitarios que ha pretendido desplegar, porque debajo de estos ropajes se advierte el marcado interés de los Estados Unidos por revertir los gobiernos que no le son cómodos y refuerza el largo historial injerencista que ha tenido esta dependencia federal.

Llamó la atención sobre el hecho de que  Rajiv Shah, administrador de la Usaid, al hablar ante el Subcomité de Asignaciones para el Departamento de Estado y Operaciones en el Exterior del Senado, justificó este programa, que se mantuvo en funcionamiento de 2009 a 2012, por ser parte de los «esfuerzos críticos para llegar a la sociedad civil» y promover la democracia alrededor del mundo. Sin embargo, hizo notar Rosa Miriam, encubrió todo el tiempo al verdadero jefe: “Es muy difícil tragarse que no recuerde el jefe de un proyecto que ha costado 1,6 millones de dólares, como si tuviera amnesia”.

La analista enfatizó en que todo esto se concatena. “No existe diferencia entre las revelaciones de Snowden y esto. ZunZuneo nos confirma que hay una vigilancia y un control mundial para intervenir en los procesos políticos de los países, para crear estados de opinión, para mentir, y lograr los objetivos de los EE.UU.”.

El experto Iroel Sánchez abordó que el debate en el Congreso se cuestiona las maneras de hacer. Ha habido dos bandos, los que han hablado de chapucería y los que han dicho que tiene que ser con otros métodos. Al tiempo que por otro lado también se alzan las voces más retrógradas de la extrema derecha anticubana.

Para este panelista, todas estas visiones nutren la línea creciente del cuestionamiento a la política hacia Cuba. “A pesar de que esto no es nada nuevo, es importante detenernos en el relieve que ha tenido este escándalo, al punto de que la propia AP sacó un informe con el que desmiente las palabras del jefe de la Usaid cuando los acusó de imprecisos”.

Frank Carlos Vázquez, más conocido como Robin, y quien se enfrentó a los planes subversivos desde su condición de agente de la Seguridad del Estado, expresó que es muy importante conocer que todos ellos monitorean nuestra conducta, sobre todo la de los jóvenes para lanzar al ruedo proyectos como estos.

“Nosotros en el año 95 quisimos crear un proyecto cultural independiente y ya a las pocas semanas fuimos visitados por personas de la CIA. Y como ellos saben que son acciones ilegales, lo hacen de una manera oculta”.

Entre las estrategias que potencian, hizo referencia a que les decían que ellos eran subvalorados y así empezaron a mover sus hilos, de forma tal que les proporcionaban los recursos, alimentaban sus vanidades e iban conduciéndolos hacia donde ellos querían.

“Constantemente utilizaban la concepción de que éramos los mejores y nos lanzaban el anzuelo de hacer presentaciones en galerías norteamericanas o tener intercambios culturales. En sentido general utilizaron muchas herramientas, nos hacían banquetes en sus residencias y nos daban materiales que eran muy difíciles de obtener. Ellos se sentían como los grandes hermanos que atendían a los artistas”.

Frank Carlos recordó que “luego comenzaron a suministrarnos tecnología y lo hacían de una forma muy coordinada, nada era resultado de la casualidad. Querían que yo hiciera una página web para que promocionara mi arte. Nos trajeron discos, cámaras digitales, empezaron a enseñarnos  las herramientas para que conociéramos cómo hacer una página web. Y de pronto nuestro proyecto se convirtió en un proyecto globalizado. Los artistas tuvieron la posibilidad de promocionar su obra desde esa vidriera que es el mundo digital en todos los continentes. Empezamos a recibir decenas de mensajes. Nos relanzamos, de ser un proyecto comunitario a algo más universal. Pero para ellos nosotros éramos la contrapartida a las instituciones del culturales del gobierno”.

Frank Carlos destacó que ellos tenían un crédito abierto para poder hacer todas las acciones que quisieran. “Este mismo sitio web hizo posible que se me enviara a los Estados Unidos y tuve la posibilidad de tener intercambios con varias instituciones culturales. Era todo un engranaje”.

Y eso ocurría justo en los años en los que el bloqueo ponía cada vez más a Cuba contra las cuerdas, y le negaba todas las puertas a Internet. Rosa Miriam Elizarde puntualizó que estos fondos millonarios apuestan al escenario digital donde se convive con el cierre de toda posibilidad de que Cuba pueda recibir beneficios económicos de la Internet. Hasta mayo de 1994, EE.UU. bloqueó para Cuba el acceso a sitios norteamericanos de Internet, bajo una política de “filtración de ruta” de la National Science Foundation (NCF), y no es hasta  octubre de 1996 en que finalmente la Isla se enlaza a la red internacional. En esa fecha se hizo efectivo el permiso para enlazar a la Isla a la red internacional, establecida en la Ley de la Democracia Cubana (Cuban Democracy Act o Ley Torricelli) de 1992, aún vigente, cuyo objetivo explícito es “democratizar la sociedad cubana”, e impuso límites y sanciones para las personas naturales o jurídicas de los EEUU que favorezcan el comercio electrónico, el turismo o cualquier otra área que genere beneficios económicos a Cuba, incluyendo la provisión de tecnologías.

Rosa Miriam también hizo énfasis en que esta no es una actividad nueva, lo cual queda demostrado hasta en un documento del Comité de Relaciones Exteriores del Congreso que habla del uso específico de esta actividad. “Pero para ellos Cuba es un punto y aparte. Por ello han utilizado una política diferenciada, y quieren insistir en los jóvenes”.