Estados Unidos no se detiene en contra de Cuba
Por Yailin Orta Rivera, especial para la Mesa Redonda
Fotos de Roberto Garaicoa
El programa subversivo ZunZuneo, revelado a inicios de abril por la agencia estadounidense Associated Press (AP), demuestra la persistencia de la voluntad desestabilizadora de los Estados Unidos hacia Cuba, en esta ocasión, con el propósito de crear una «primavera cubana», en analogía con las revueltas populares que han tenido lugar en el norte de África y Medio Oriente, en más de un caso, azuzadas por los propios EE.UU. y Occidente.
Con el envío de mensajes de textos con «contenido no controversial» (noticias de deportes, cultura, publicidad), a celulares de ciudadanos cubanos, la Agencia Internacional de Estados Unidos par el Desarrollo (Usaid) —instancia del Departamento de Estado que financiaba este programa— pretendía ganarse un amplio número de usuarios para luego comenzar a enviar mensajes políticos y convocar a manifestaciones antigubernamentales.
ZunZuneo arrancó en diciembre de 2009 y desapareció a mediados de 2012. Con esta propuesta injerencista, Washington suscribe otro método en la guerra sucia que durante 55 años ha emprendido contra Cuba.
El profesor Carlos del Porto, en la Mesa Redonda de este viernes, alertó que aún el Gobierno norteamericano no le ha dado respuesta al de Costa Rica, quien exigió argumentos por estar utilizando su país como escenario de proyección de ZunZuneo. “Este país latinoamericano ha dicho que se sintieron utilizados para desestabilizar a otro país. Sin embargo, hay un silencio absoluto alrededor de este pronunciamiento porque es muy difícil justificar lo injustificable”.
Expresó que ahora han aparecido otros proyectos, pero con redes inalámbricas, con los que persiguen el mismo objetivo: destruir a la Revolución Cubana.
El ingeniero Daniel Ramos, director de operaciones de seguridad de Etecsa, alegó que otro sistema utilizado para estafar a la telecomunicadora cubana es usar buzones de voz para dejar o escuchar mensajes en un teléfono, sin pagar por ello el costo de la llamada internacional.
Como Etecsa logró obstaculizar este fraude, pasaron al envío de SMS a celulares cubanos, los cuales incitan a su propietario a que llame a un número ubicado en el extranjero, pero en vez de oír un timbre, lo que escucha es un audio subversivo.
Lo más complejo de este sistema es que tanto para Etecsa como para el operador telefónico donde esté ubicado el teléfono fantasma, como la llamada no se concretó no es facturada y no se cobra, pero sí congestiona las redes, imposibilitando otras comunicaciones, creando malestar y ocasionando pérdidas a ambos.
Aseguró que además del fraude en sí y de la manipulación política, junto a los daños económicos este tipo de acciones también provoca incomodidad en los usuarios y un descrédito de la empresa, pues muchos achacan a esta el que no hayan podido concretar sus llamadas, enviar o recibir mensajes, e incluso conectarse al correo por congestión en las líneas, dificultades que en realidad han sido creada de forma ficticia.
Esta estrategia fraudulenta ha sido puesta en marcha frecuentemente en los últimos tiempos, tanto para el envío masivo de SMS no deseados, como para incitar a realizar llamadas a buzones de voz, como se desprende de los análisis realizados del tráfico telefónico con destino internacional originado en Cuba.
Por todas estas razones, Cuba denunció en la reunión Multisectorial Global sobre Gobernanza de Internet el uso de las tecnologías por Estados Unidos para espiar Gobiernos y desestabilizar naciones.
El viceministro cubano de Comunicaciones Wilfredo González destacó en la cita la importancia de regular y hacer un buen uso del ciberespacio, y condenó el uso de la red para actividades de espionaje a casi todo el mundo, así como el proyecto ZunZuneo.
José Manuel Collera, en la Mesa Redonda, demostró que estas acciones no son nada nuevas, ya que él fue contactado por la Usaid como un posible «agente de cambio», cuando esta instancia del Departamento de Estado norteamericano se propuso crear una red con los masones.
“Se querían aprovechar de la práctica tradicional secreta de la masonería y de su estructura piramidal para sus fines subversivos. Y así comenzaron a facilitarnos una serie de tecnologías, porque su mayor fin era crear una red de comunicación que evadiera los servidores cubanos”.
Haga un comentario.