Dígase hombre y se dirán todas las razas
Por Yailin Orta Rivera, especial para la Mesa Redonda
Fotos de Roberto Garaicoa
El racismo es una perniciosa construcción social. A esa compleja realidad nos acercaron este viernes en la Mesa Redonda prestigiosos intelectuales cubanos, quienes consideraron que este fenómeno tiene una fuerte dimensión cultural y por ello a veces se hace más difícil desmontarlo.
El antropólogo Jesús Guanche ahondó en que son muy diversas las miradas sobre el racismo, y que lo más curioso es que si no existen las razas cómo es posible el racismo. Argumentó que se trata de una construcción social, por ello es necesario repensar desde el punto de vista de la conciencia el cambio, sin olvidar que habrá resistencias porque es un estigma con el que cargamos desde el mismo discurso colonial.
Para la Doctora Ana Cairo, existen los racismos, que tienen una expresión en el color de la piel, la religión, las obras de arte… Tienen una fuerte vinculación con la no aceptación de las diferencias. Una de estas expresiones, puntualizó, lo viven actualmente los gitanos, que son objeto del racismo también. “El racismo es un fenómeno que viene desde antes del colonialismo, porque ha sido una forma de justificar la dominación”.
El periodista y crítico Pedro de la Hoz comentó que las estructuras sociales y el clasismo están vertebrados en toda esta problemática. Y en el caso de Cuba, destacó que se ha avanzado, pero “todavía percibo que no se discute suficientemente. El tema se ha instalado, sobre todo, en la vanguardia intelectual. El propio Fidel en 1998 habló de factores históricos asociados al racismo, y de los factores objetivos y subjetivos que gravitaban sobre ello”.
A lo que Ana Cairo sumó que “es que Fidel perteneció al Comité contra la discriminación que creó la FEU en el año 1947”.
Pedro de la Hoz valoró que hablar de negros y blancos es un ejercicio de racismo. Al tiempo que citó a Abel Prieto, quien en su libro El vuelo del gato, refiere el concepto de cuánto se adelanta o te atrasas a partir de factores como la raza. “Se trata de una reproducción cultural que se mueve a nivel de conciencia y es difícil de desmontar”.
En entrevista para este espacio, Zuleika Romay, directora del Instituto Cubano del Libro, subrayó que el racismo es una construcción cultural, que se sustenta en actitudes contrarias a valores como el humanismo. “Quien legitima los estereotipos raciales mantiene una actitud con valores disminuidos. En esta batalla que estamos la lucha contra los prejuicios debe tener un espacio importante”.
En este sentido, Pedro de la Hoz compartió que todos somos de color, por lo que es un eufemismo decir que uno es una persona de color, porque todos tenemos un color.
Ana Cairo reforzó la opinión de que la integración de blancos y negros tuvo distintas fases. Para Fernando Ortiz había una que él denominaba la indiferenciación, que es cuando pierde connotación la distinción por el color de la piel.
Según el Doctor Fernando Martínez Heredia, el racismo fue uno de los elementos constitutivos de la cultura en el siglo XIX cubano. “Se convirtieron en negros por ser esclavos. Y así el racismo estuvo permeado por elementos como la pobreza crónica, la desigualdad, y en lo privado por la manera vergonzante de ser así. La gesta de 1895 fue pluriracial, fue la base de la integración racial. En 1959 se conquistó la igualdad de oportunidades, pero había una acumulación cultural que es más difícil de desmontar, por ello otra revolución cultural estamos necesitando en este sentido”.
Los panelistas coincidieron en que después del 59 ha habido una plena integración, pero aún hay bolsones sociales en los que se aprecia cierta discriminación, como en el Turismo o en algunos sectores empresariales.
En las palabras finales, Jesús Guanche precisó que hay que insistir en el antirracismo como valor. Hay que incorporarlo. A lo que Pedro de la Hoz sumó que la batalla hay que llevarla a la educación, por vías formales y no formales. Igualmente aludió a que también hay quien se ha aprovechado del tema para alimentar la desintegración de los cubanos, y esto lo que tiene que ser un tema de mayor unidad.
Mientras la Doctora Ana Cairo abogó porque tiene que haber también acciones de enfrentamiento público. “Tiene que haber una conducta de sanción pública a cualquiera de esas expresiones o prácticas. A veces nos falta la contrarréplica, porque los racismos se reciclan.
Bien nuevamente por la Mesa Redonda y lo digo por la que recientemente dedicó a la Diversidad sexual.
Los(as) felicito aunque es deber de los Medios ser transformadores activos del imaginario y deconstructores constantes de herencias culturales que sustenten cualquier tipo de discriminación, en este caso, por el color de la piel.
Debemos hablar sin temor de los problemas porque de lo contrario, no avanzamos como sociedad.
No importan las veces dichas y tratadas, estos siguen siendo tiempos difíciles por lo que es necesario ser cada día más martiano, limpio de alma…..tremendo de corazón ….y fuerte en el día a día para ser luz y no víctima.!no al racismo! no a ese enorme cáncer de los sentimientos, todos somos iguales al mundo de algún modo como de algún modo Martí supo ser para todos. Gracias.
Una mesa muy necesaria. La sociedad cubana contemporánea presenta, lamentablemente, manifestaciones de racismo, discriminación y prejuicios. El racismo en Cuba tiene una larga data que se remonta a la etapa colonialista, que hoy con otras características y en menor proporción se sigue reproduciendo.
A pocos meses del triunfo de la Revolución, a finales de marzo de 1959, Fidel destacó que “El problema de la discriminación racial es, desgraciadamente, uno de los problemas más complejos y más difíciles de los que la Revolución tiene que abordar.”
El racismo es un aspecto muy importante y necesario debatir públicamente, y nuestros medios y las instituciones educacionales, por ejemplo lo han ignorado casi totalmente. Nuestra Constitución en su Artículo 42, expresa que “La discriminación por motivo de raza, color de la piel, sexo, origen nacional, creencias religiosas y cualquier otra lesiva a la dignidad humana está proscrita y es sancionada por la ley.
En la Conferencia del PCC, celebrada en enero pasado fue aprobado el objetivo No. 57 que expresa: Enfrentar los prejuicios y conductas discriminatorias por color de la piel, género, creencias religiosas, orientación sexual, origen territorial y otros que son contrarios a la Constitución y las leyes, atentan contra la unidad nacional y limitan el ejercicio de los derechos de las personas.
Precisamos de un plan de acciones que propicien la lucha contra las manifestaciones de racismo, discriminación, prejuicios, estereotipos, y sus formas de reproducción en todos los sectores de nuestra sociedad. La problemática racial cubana esta obligada a ser reflejada críticamente a través de los medios, en todos los niveles de educación, y debe formar parte de los proyectos de investigación de los centros que les corresponda y de nuestras universidades. Ello no propiciará el racismo como piensan algunos, al ignorar un problema incentivamos su desarrollo. El cambo de mentalidad urge también en esta problemática y debe de dejar ser un tabú su análisis y debate público. La familia es otro elemento fundamental en esta lucha contra el racismo pues es sabido que es también una fuente de reproducción de buenas o malas conductas.
No basta con ser antirracistas, tenemos que ser activamente antirracistas, y además ser socialmente responsables en esta cruzada que urge emprenderse en nuestra sociedad.
Antonio J. Martínez Fuentes
Lo conozco en lo personal y es tan magnifica persona tanto en la casa como en la obra en la que se desempeñe